Los Ángeles, 22 de noviembre
Los cambios, pánico, miedo, temor a cambiar, temor a salir de la zona de confort, temor a perder lo que te costó ganar, temor al rechazo.
Tenía miedo papá, tenía miedo a dejar atrás todo lo que me unía a ti, tenía miedo a que se me pudiera olvidar algo de ti, tenía miedo al cambio, tenia miedo a cambiar.
Mírame, aquí estoy, y he aprendido que no solo me retenía a ti la casa en la que vivíamos, o la oficina a la que ibas cada día a trabajar, que no solo me retenía tu tumba o que no solo me retenían tus recuerdos, también me retenían mis miedos a no llegar a ser lo que tu esperabas, a defraudarte o a olvidarte.
Pero hay algo que me da alas para viajar, para dejar esto atrás, para dejar lo malo y llevarme lo bueno, y eres tú, aquí en Roma o en Berlín, te llevo conmigo , porque nuestro amor no era comparable a nada mas en el mundo, porque a día de hoy sigue persistiendo esa conexión.
Con esto solo quiero reiterar que no hay que tener miedo a los cambios, que lo que verdaderamente te hace feliz y te llena siempre estará contigo, y que lo que no se esfumará.
También quiero darte las gracias y que pronto se hará 11 años de tu perdida y me duele como un infierno, pero se que estarías orgulloso de nosotros, de que mamá a convertido tu sueño en realidad y de que tu pequeña esta ilusionada, y el causante es un boxeador de ojos verdes.
Estoy feliz, y espero que tu también lo estés.
Te ama tu pequeña.
ESTÁS LEYENDO
Hasta siempre Aria
JugendliteraturNoche del 3 de febrero, y última vez que ví a mi padre: - Buenas noches papa, que descanses, te amo- dije con una sonrisa de oreja a oreja propia de una niña de 7 años. - Buenas noches pequeña, que descanses- me dijo dándome un beso en la frente y...