7:¿Dónde estamos?

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Llegó el momento.
Alistamos todo, nos pusimos en círculo y empezamos a recitar las palarbras:
"Aperiuntur coeli portas".
Por más que repetíamos nada sucedía, hasta que de pronto...

-Eeeh... ¿Chicos?- dijo Mika señalando el portal.

Una inmensa luz azul manaba desde el centro.

-Creo que ya es hora- dije.

-Si estás segura...

-Confía en mi Niss- le respondí.- A quién engaño, no tengo idea de que esto funcionará.

-Ok, eso me tranquiliza mucho- me respondió ella.

-¡Dejemos de perder el tiempo y entremos de una vez por todas!- exclamó Thomas.

-Tiene razón- añadió Mika alzando las cejas.

-¿A la cuenta de tres?- propuse.

-A la cuenta de tres- afirmó Mika.

-Uno... dos... ¡tres!- gritamos al unísono justo antes de entrar por la luz azul.

Por unos segundos, no vi más que luz. Tenía una sensación extrañísima que no puedo explicar.

Desperté en un lugar muy extraño, era como un bosque muy oscuro donde todos los árboles estaban secos.

-¿Dónde estamos?- pregunté.

-En cielo, aunque no parece...- respondió Mika mirando al rededor intrigada.

-Les puedo asegurar de que el cielo no luce así- dijo Thomas extrañado.

-¡Sabía que esto no era buena idea!Debí haberme quedado en mi casa comiendo donuts...- dijo Niss.

-A ver, tranquilicemosnos y busquemos una solución- propuse.

-Como si fuera tan fácil...

-¡Niss! Reclamando no ayudas en nada.

-Ya ya, y cual sería la solución entonces.

-No lo sé, piensa tú en algo.

-A ver, a ver, se supone que tú eres el ángel.

-Yo no elegí ser un ángel, ni ser tu amiga.

-No se peleen, por favor- interrumpió Mika poniéndose en medio de Niss y yo.

-Por ahora tenemos que encontrar una solución, pero esto no termina aquí, Denisse Butler- dije mirando fijamente a Niss.

-Ok... Entonces, lo más fácil sería volver a hacer el ritual. ¿Queda algo de agua bendita?- dijo Thomas.

-No, la gastamos toda- respondió Mika.

-Caracoles...

-Bueno, tal vez podri... ¿Que fue eso?- un extraño ruido me interrumpió.

-¡Corran!- gritó Thomas mirando a lo lejos.

-¿Que pasó? ¿A dónde debemos ir?- le pregunté preocupada.

-¡Solo corran, estúpidas!

Mika, Niss y yo cruzamos miradas y salimos corriendo. Corrimos y corrimos hasta que no pudimos más y me di cuenta de que el paisaje no cambiaba.

-¿Qué pepinillos fue eso y dónde rayos estamos?- preguntó Mika asustada.

-No tengo ni la más mínima idea.

Eeeh...


Entre cielo y tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora