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Eloísa Smith

Había pasado un mes desde esa cena y todo había cambiado.

Justin y Misael ahora eran como dos mejores amigos. Ellos cada vez hablaban con más confianza.

William y Demi por si parte continuaban más enamorados que nunca.

Mi empresa por su parte estaba más caótica por todos los contratos que se iban haciendo, teniéndonos más ocupados.

Justin hoy cuidaba de nuestros hijos por lo que podía estar un poco más relajada en el última día de trabajo en la semana.

Mañana teníamos una salida familiar a la cual tenía expectativas altas.

-Eloísa necesito que firmes estos documentos- entro mi secretaria a la oficina

-¿Para cuándo son estos proyectos?- los leí por encima antes de firmarlo

-Para el próximo mes entrante- me informo

Eran alrededor de uno 15 contratos que debía tener firmados.

Mi secretaria salió mientras yo intentaba tenerlos todos.

-¡Mami!- mi hijo entro sin ser anunciado

-Mi príncipe ¿Qué haces aquí?- lo senté en mi falda

-Papi me trajo- señalo hacia la puerta en donde él estaba

-Hola- le sonreí

Él se acercó a mí y me robo un beso corto de mis labios

-¿Almorzamos?-

-Pueden esperar a que termine de firmar esto- señale los documentos

-Si- él se sentó en el sofá mientras entretenía a los dos pequeños

Deborah juagaba con sus manos y pies haciendo pequeños ruidos que no me molestaban para nada

Me tarde unos 20 minutos en terminar todos los documentos.

-Ya- me puse de pie mientras tomabas mis pertenencias

Al salir algunos empleados saludaban a mi hijo como era de costumbre.

-¿Comeremos ahí?- señale una mesa que había en el patio interior de la empresa

-Si- sonrió para guiarme hasta la mesa

Mis tacones se encajaban en el pasto lo que me dificultaba un poco mi caminar

Justin intento ayudarme lo más que pudo.

Me sorprendí como de la mochila de nuestra hija comenzó a sacar comida.

-¿Y todo esto?- lo mire sorprenida

-Lo hice yo mismo- hablo con un poco de orgullo

-No se ve nada mal- fui sincera

Lo que había traído eran unas hamburguesas hecha en casa con papas fritas.

-Sabes qué te echaba mucho de menos- Justin se me quedo mirando

-Yo también, pero debo trabajar- sonreí un poco tímida

-Pero que seca- se rio mientras hacía que nuestros hijos se rieran también

-Sabes que por ti y por esto acabo de dañar mis tacones favoritos- señale mis pies

-Bueno que es más importantes ¿tus tacones o nosotros?- se acercó más a mi

-Mis tacones-

-¿Cómo?- me reí para negar

-Es mentira amor- roce nuestros labios

-Me gusta cuando eres cariñosa- entrelazo una de nuestras mano

-Mami ya no quiero más- Matthew me ofreció la

-Está bien- la puse a un lado para limpiar a Deborah que tenía todo su rostro lleno de su puré

-Deborah- me reí de ella

Ella solo sonrió y no sabía en que segundo la deje sin atención para tener todo eso.

-Eres un pequeño tornado- bese su mejilla

-¿Puedo jugar allí?- Matthew señalo un área pequeño que teníamos en la empresa para los niños

-Ve con él- mire a Justin

-Vamos- le ofreció su mano

Me quede sola con Deborah lo que me daba un tiempo para terminar mi comida

Mientras comía continuaba limpiando las manos de mi hija.

Decidí tomar un poco del agua de mi botella para limpiarla y que no quedara pegajosa.

Termine de comer para ir a donde los chicos estaban.

-Vamos- tome su mano mientras ella intentaba caminar.

En ocasiones era un poco difícil para ella.

Caminábamos lentos, pero llegamos al área de juegos.

Ayude a Deborah a sentarse en una mecedora.

-Eres tan hermosa- Justin me abrazo por mi espalda mientras empujaba suavemente a Deborah

-No quiero que fallemos otra vez- susurre

-Juntos podemos con todo- beso mi mejilla

-No negaré que me gusta estar así contigo- confesé

-A mi también-

Una vez nuestros hijos se cansaron recogimos nuestras cosas y fuimos a mi oficina.

Allí le cambie el pañal a mi hija y Matthew hizo sus necesidades.

-Bueno amor te dejamos trabajar nosotros nos devolvemos a la casa- Jsutin tomo la mochila que trajo y a los niños

-Esta bien los veo en la tarde, pórtense bien- bese la frente de mis hijos

-Te ceo más tarde- Justin me beso

-Nos vemos- sonreí

Justin Bieber

Algunos días decidía quedarme en la casa de Eloísa mientras los cuidos por el hecho de que ahí ellos tienen todo lo que necesitan.

Había decidido cambiar mis autos deportivos por autos en donde mi familia estuviera cómoda.

Había comprado de igual forma una nueva propiedad para poder hacerle una habitación a mis hijos.

De cierta forma había cambiado.

-Papi, quiero helado- subí a Matthew al auto

-Hoy no se puede, ayer ya comiste uno-

-Papi- inicio con su berrinche

-No Matthew- Subí ahora a Deborah

-Lo siento- comenzó a derramar lagrimas en silencio

No quiero que ellos se acostumbre a tenerlo todo.

Inicie con la marcha y todo iba bien hasta que Matthew continuo pidiendo cosas.

-Papi, quiero un juguete nuevo- lo mire por el retrovisor

-Tienes mucho en casa de mamá-

-Papi- volvió a hacer un puchero

-No Matthew, si compramos un juguete debes eliminar algunos que ya no uses-

El no dijo nada.

Se quedo tranquilo hasta llegar a la casa.

Estacione el auto en el garaje y baje primero a Matthew.

Él siempre me ayudaba con las cosas de su hermana.

Deborah cuando la deje en el suelo camino tambaleándose, pero tenía que velarla porque intentaba correr.

Lo que me quedaba en esta vida es casarme con Eloísa y tener a mi familia conmigo siempre.

Soltera, pero con un hijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora