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Eloísa Smith

Una vez en mi oficina le prepare un área a mi hija para que estuviera entretenida.

Luego inicie con mi travesía de firmar cada uno de los contratos que Patricia me había dejado.

Ricardo por su parte se encargaba de clasificarlos y guardarlos en sus respectivas carpetas.

-Al fin- me desplome un poco en mi silla al terminar con los contratos

-Ahora hay que enviárselo al presidente- entro Patricia

-Si- cerré mis ojos

Podía escuchar a mi hija jugando con unos bloques que le había comprado Austin.

-Ricardo ya te puedes ir a casa y Patricia si quieres le entregamos los documento luego de regresar del día de acción de gracia-

-No tengo problema- ella acomodo un poco todos los documentos

Ellos se fueron y en ese momento en que me quedé sola decidí buscar la nueva canción de Justin.

Busqué mis audífonos y me la puse.

Estaba nerviosa y no sabía por qué.

Le preste atención al video y la letra.

No entendía la historia detrás de la letra.

Mi error en ese momento fue ver los comentarios, todos decían que era una canción para Selena Gómez y no veía error en ese planteamiento.

Mire a mi hija con la canción de fondo y no sabía cómo sentirme.

¿Enojada? No

¿Decepcionada? Quizás

¿Triste? No sé

No quería que peleáramos por esto, pero a la misma vez merecía una explicación al menos.

¿Qué debía hacer?

Apague mi ordenador para tomar a mi hija en brazos.

-Vamos con tu hermano- bese su mejilla.

Fui directo a la oficina de Austin.

Toque la puerta, pero no me respondió.

Al entrar me encontré con un Austin con una corbata en su cabeza mientras hacia el papel de un monstros y mi hijo era el héroe.

-No toques a mi mamá cosa fea- Matthew hizo una pose como si tuviera una espada

-Me mataste- Austin se acostó en el suelo

Seque algunas lágrimas que se me escaparon

-Debemos irnos- les hable

-Bueno la reina ya hablo así que los plebeyos deben hacer caso- Austin comenzó a arreglar su camisa

-Matthew despídete-

-Adiós cookie and creams- me reí por el apodo

-Ya sé que te debo el helado, pero será otro día- mi hijo sonrió a la caricia que Austin le hizo en su cabeza

-Adiós, nos vemos mañana en mi casa- el asintió sonriéndome

-¿Y papi?- mire a Matthew

-No se- fui sincera

No sabía dónde él estaba.

Subí a mis dos amores en mi auto y fue un camino de 40 minutos hasta llegar a la casa.

Nos bajamos como siempre y me sorprendí cuando entre a la casa, Justin estaba en la cocina haciendo la cena.

-Papi-

Soltera, pero con un hijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora