Bad Blood 2.0 (Kaylor)

Capítulo 8

Aquella mañana fue extrañamente repetitiva, era como si Meredith, de alguna manera quisiera que Taylor se levantara a las 4:30

—En serio Mer, me estás obligando a que decida dormirme diariamente a las 9 para poder dormir mis 8 horas— Reclamaba Taylor mientras se colocaba unos shorts para correr y veía a Meredith engullir aquel atún bajo en grasa. Taylor solo recibió un maullido en respuesta —No Meredith, esto no será cotidiano, tendrás que esperar a que despierte a una hora decente— La gata volvió a maullar —Después hablamos tu y yo— Le dijo antes de salir de su casa 

Aquel parque tan familiar a "Central Park" era sin duda el sitio favorito de Karlie, nunca había visto el dichoso parque más famoso de la otra dimensión, sin embargo no lo necesitaba sabía que aquel sitio que siempre había sido su hogar era cien o incluso mil veces mejor; respiró hondo, lista para seguir con su clásica rutina, pero...

—¡Karlie!— La llamó la voz de la rubia —¿Siempre vienes a esta hora?— Preguntó mientras ambas emprendian el camino 

—Es mi sitio de paz, al menos aquí olvido las cosas que me reprimen, o las cosas tristes que he tenido que soportar— Las respiraciones comenzaban a sonar más controladas, se habían acoplado la una a la otra

—Lo siento, tal vez tu quieres estar sola y yo vengo a molestarte— Dijo Taylor mientras se intentaba alejar, sin embargo recibió una mano directo en su brazo, impidiéndole así que se marchara 

—Quédate, por favor— Por un instante ambas se voltearon a ver y la rubia pudo ver en esos hermosos ojos verdes la genuinidad, y eso fue suficiente para seguir con el paso tan bien establecido —No porque sea mi santuario, significa que deba estar siempre sola dentro de él; tampoco es como que sea un sitio oculto al cual solo llevaría a alguien especial— Comenzaron con una segunda vuelta a la pequeña sección —Pero bueno ¿que te trae aquí?— La miró suspicaz 

—Meredith... de nuevo— La resignación en la voz de Taylor solo le causo mas ternura a Karlie, provocando en ella la risa mas linda que Taylor alguna vez pudo escuchar, contagiandola a ella también

—Esa pequeña bola nunca aprenderá, ¿ no es así?— Decía Karlie, de forma pomposa 

—¿A qué te refieres?— Taylor la miró con esa ceja suspicaz que tanto adoraba Karlie, pero que sin duda la había hecho arrepentirse de su tan "sutil" comentario 

—Oh, de nada— Dijo Karlie, alentando el paso —Vamos a tomar un respiro, estoy exhausta—

—Lo estas haciendo de nuevo, Kloss. Ahora dilo— Le dijo Taylor con una sonrisa, y esos ojitos azules eran la perdición de Karlie, eso era claro. Ambas se sentaron bajo un árbol, la una frente a la otra

—Cuando tu y yo... bueno cuando tu y yo vivíamos juntas y esa bolita tramposa quería algo (y no hablo precisamente de comida, siempre) nos sacaba de la cama, o nos llevaba a la cama... según fuera el caso— La risa de Karlie fue corta, aquellos recuerdos aun dolían; sin embargo, nunca vio a Taylor, quien estaba más roja que un tomate 

—Karlie...— Habló con cautela Taylor —¿Como es que supiste que te...?— La pregunta prácticamente murió en su boca 

—Que me gustaban las niñas...?— Terminó la pregunta; Taylor solo asintió apenada

—No contestes si te parece incomodo, quiero decir, no es obligatorio— Apresuró a arremeter 

—Supongo que no te das cuenta de inmediato, o por lo menos yo no lo hice, todo era muy inocente en mi vida. Ahora que recuerdo, cuando era casi una adolescente (como una chica común) tenía puras amigas, pero había una en particular que era muy especial para mi, y en aquel momento no lo notaba, pero mis pensamientos hacia ella eran como "Es demasiado bonita" o cosas que se le parecían; con el tiempo la inocencia se iba, y era algo enteramente normal, y como protocologico veía que habían chicos atractivos; incluso llegue a tener un par de novios, literalmente fueron dos. Pero una buena vez me di cuenta que no era realmente feliz, por mas atractivos que estos fueran— Dio un suspiro largo y prosiguió — Mientras estudiaba para la carrera, conocí a una chica, preciosa, eso lo supe desde el primer instante; con el tiempo llegamos a ser muy amigas, al grado de realmente conocernos bien... Un buen día lo supe, estaba perdidamente enamorada de ella, de como decía mi nombre entre risas, de la forma en que sus cejas se movían cuando no entendía algo; de la forma en que veía el mundo y sobre todo de la forma en que me veía a mi. Llena de dudas, llegué a la conclusión de que tal vez podría ser bisexual, dados mis antecedentes, pero por alguna razón, cuando eres parte de la "comunidad" te rodean personas iguales a ti, que terminan de aclarar todo en tu mente, y fue cuando me di cuenta que sin importar quien había sido, lo que era ahora era lo que me definía... yo era lesbiana y no tenía el meno problema en aceptarlo; o eso era hasta que decidí contarle a ella que sentía ¿tuve miedo? para nada, pensé que nuestra relación ya estaba casi consolidada, si me preguntas. Aquella vez, fue la primera vez que me rompieron el corazón, sin miedo, sin piedad. Creyendo que tal vez nunca más volvería a sentir... tuve mis momentos de soledad, donde me embriagaba y despertaba en camas diferentes cada día; llegó un punto en el que creí que tal vez necesitaban una estatua mía, las chicas hacían fila para poder estar entre sus piernas, pero algo en esa vida salvaje me tenía más vacía que cuando había empezado, entonces fue cuando me convertí en agente, supe que lo que le faltaba a mi vida era un propósito. Meses después lo encontré— En aquel momento, ya no había barreras, su corazón estaba al rojo vivo una vez más, frente al amor de su vida, pero sus años en el juego le dijeron "no te arriesgues" y un suspiro de ánimo para sí misma la volvió a la realidad —En cuanto a la pregunta que me has hecho... Creo que sucede como con cualquier persona, independientemente de su sexo; te das cuenta que quieres estar en cada buen o mal momento de la persona que te importa, que quieres ser tú quien le haga feliz con una bobada o un mal chiste; que quieres despertar y ver su sonrisa como prioridad, que deseas que te abrace por la espalda cuando decides prepararle café antes de que ella despierte, que sus besos son lo que más ansias en el mundo, y porque no decirlo... quieres complacer todos y cada uno de sus deseos tanto dentro como fuera de la cama. Que tu felicidad es toda suya, o sea, que si ella es feliz, tu lo serás sin siquiera cuestionar por qué... porque es tu razón, es tu vida y nada más. Así que si, lo sabes con solo mirarla a los ojos, porque tu cuerpo lo dice, sudas, tu corazón va más rápido que el viento y los nervios te traicionan cada dos por tres... es como querer dedicarle tu canción favorita, aunque esta no sea de amor, por el simple hecho de mostrarle aquel sitio más escondido de tu mente; es así como te das cuenta—

Los ojos de Karlie tenían un par de gotas amenazando con salir volando de sus ojos, pero se obligaba a retenerlas, Taylor la miraba a los ojos, y si algo le quedaba claro eran dos cosas, una: nunca debió romperle el corazón a un alma tan pura como era la de Karlie. y dos: su corazón iba más rápido que el viento. 
Las lágrimas traicioneras estaban haciendo acto de presencia y sin saber de donde salió aquella acción, Taylor colocó ambos pulgares en las mejillas para limpiarlas, después dio un beso certero en la frente de Karlie y finalizó rodeando su cuello con ambos brazos para darle el abrazo más dulce que alguna vez Karlie hubiera recibido, incluso de la Taylor de antes.

—Eres un ser muy puro, Karlie Kloss— Susurro en su oído, Taylor. Karlie se estremeció 

—Perdoname, soy muy patética a veces— Karlie sorbió la nariz

—Eres muy dulce— Aquella cercanía estaba siendo muy peligrosa para ambas 

—Yo... yo creo que— Aquellos balbuceos estaban derritiendo el corazón de Karlie.

—Ven a cenar a mi apartamento una vez más— Eso devolvió a la tierra a Karlie

—Me encantaría... pero— Taylor dejó de sonreír —Jessica me llevara a cenar esta noche, y bueno, ayer te conté todo mi dilema— Así como la magia había llegado, se había ido

"Controlate Swift" Se repetía una y otra vez, Taylor

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Espero lo hayan disfrutado, estaba un poco dispersa mi mente. Los quiero <3 

-Dulce Fuentes-