Capitulo 3.

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SOFÍA

Mi dady me había dejado muy pero muy enojada con eso de los guardaespaldas, Nico y yo nunca habíamos tenido uno y siempre habíamos estado bien, eso demostraba que no lo necesitábamos.

Aunque por otra parte los chicos estaban guapos, muy, muy guapos, aunque corrientes, el moreno... como fue que dijo dady que se llamaba?... Mauricio, eso era!.

El tal Mauricio tenía un buen cuerpo, pero vestía unos Jeans de abuelo y esa camisa de pueblerino... quien se pone hoy en día una camisa así y se cierra tantos botones?.

El no estaba del todo mal, su rostro era lindo, aunque un poco común... no se, el no había llamado del todo mi atención.

Por otro lado Esteban, el era todo lo contrario a Mauricio, el traje no le quedaba nada mal, pero un guardaespaldas de traje?... que acaso creía que este era el servicio secreto?.

Ese Esteban podía fácilmente ser modelo, con esa cara de niño bonito que tenía, apuesto que con algo de ropa de marca pasaría por uno de mis amigos al instante, y estaba segura que debajo del traje había un buen cuerpo... podía apostar por ello!.

No tenía idea de cuál de los dos sería mi nuevo protector, pero de verdad esperaba que me tocara Esteban, al menos ahí había sustrato con que trabajar, yo me encargaría de que al menos luciera un poco decente y no me avergonzara con mis amigos, pero Mauricio, ahí si no había mucho que pudiera hacer... por algo dicen que la mona aunque se vista de seda...

Cuando salí que echaba humo de la oficina de mi dady, me había venido directo a mi habitación y me había recostado sobre mi grande y blanda cama, dejando todo el bronceador que me había puesto en las suaves sabanas de seda color rosa... pero ya le diría a Rosa que las cambiara.

Nico, mi hermanito el traidor, apareció un rato después queriendo contentarme, yo estaba impaciente por saber lo que había ocurrido en el despacho de mi dady, estaba ansiosa por saber cuál de los dos guapos sería mi nueva sombra, pero debía darle un escarmiento a Nico por traidor, por ponerse de lado de mi dady en esto.

-Vamos Sofi, no podrás estar enojada conmigo el resto del día-, el estaba usando ese tono suplicante que siempre tenia cuando yo me enojaba y el quería hacerme sonreír.

-Vete Nico, no quiero hablar contigo-, le dije dándome vuelta sobre la cama y dándole mi linda espalda.

-Ahhh que lastima y yo que había traído helado de caramelo para ver una película con mi hermanita gemela, pero ya está, tendré que ir a mi habitación y comerlo todo yo solito-, el muy traidor ahora trataba de chantajearme con el helado, el sabía que el de sabor a caramelo era mi favorito y no me podía resistir a comer esa delicia.

-Está bien, tú ganas Nico-, le dije sonriendo tímidamente al tiempo que me sentaba sobre la cama,
-pero me dejas escoger la película a mi-, continúe diciendo y su expresión de tortura me hizo reír a carcajadas, él sabía que lo iba a poner a ver alguna de mis películas favoritas y que a él lo aburrían hasta el punto que siempre se quedaba dormido.

Estábamos en la habitación de mi hermano viendo Amanecer segunda parte, esa saga de vampiros me había fascinado desde que salió cuando yo tenía dieciséis años, yo tenía todos los libros y todas las películas... y no me cansaba de verlas!.

Pero estaba nerviosa por saber de los nuevos guardaespaldas, tenía que saberlo de una buena vez, así me haría a la idea de con que me tocaría lidiar, así que no pude esperar más y tuve que preguntarle a mi querido hermanito.

-Y... dime Nico, a cuál de los dos tipejos me tocara aguantar?-, trate de usar un tono casual pero Nico me conocía bastante bien... no en vano éramos gemelos!.

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