Capitulo 9.

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ESTEBAN

Esa mañana desperté antes que cualquier otro día, seguía firme en la decisión que me había permitido conciliar el sueño, así que tome una hoja en blanco y redacte mi carta de renuncia. Me detuve a leer de nuevo las líneas que escribí y definitivamente había sido lo más imparcial que pude al escribirla.

Firme el documento, lo doble en tres y lo lleve al bolsillo de mi traje, si, mi traje, dejaría toda esa ropa costosa en el lugar cuando me fuera, y Sofía debía acostumbrarse desde ese mismo día y hasta el día en que me fuera, a verme como siempre debí haber lucido, como un serio agente de seguridad privada.

Una mala sensación cruzo mi pecho cuando puse un pie fuera de la habitación, pero lo dejé pasar cuando alce la vista hacia la habitación de Sofía y ella estaba lista para bajar... seguro debía tratarse del malestar por la renuncia.

Fui a buscar a Ortiz para entregarle mi renuncia, al fin de cuentas el era mi jefe inmediato, pero ellos ya habían salido y eso me sorprendió, era algo extraño que el señor Hidalgo madrugara tanto, la mayoría de las veces él salía después que nosotros, pero supuse que tendría la oportunidad de entregarle la carta ese día día en la tarde cuando regresáramos de la universidad.

Sofía bajo de su habitación y paso por mi lado sin siquiera saludar... definitivamente lo mejor que podía hacer era irme de ahí.

Ella tomo las llaves del auto que quería llevar ese día y subió a la camioneta dejándome atrás.
Subí después que ella y abrí la puerta del garaje desde el control interno, mire por los retrovisores y todo estaba muy normal... pero aún seguía teniendo una mala sensación de ese día.

Me aseguré que todo en el interior del auto estuviera bien, lo encendí y salimos de la mansión, Sofía estaba sentada en el asiento del copiloto, miraba a través de la ventana y aún seguía sin dirigirme la palabra... francamente que haga lo que se le de la gana!.

Estábamos a unas cuantas calles de la mansión y tuve que frenar en seco cuando una Tucson roja salió a alta velocidad delante de nosotros... cuál sería el animal al volante?.

-Que tratas de hacer?, quieres matarnos?-, me dijo Sofía, ella estaba sobre exaltada, pero la verdad es que con el frenazo el cinturón si acaso nos dejo movernos un poco, pero ella estaba exagerando como era su costumbre.

Hice caso omiso a la provocación que quería darme Sofía y continúe conduciendo, la Tucson estaba un poco extraña, había salido inadvertidamente a alta velocidad y casi nos choco, pero ahora iba por el centro de la calle a baja velocidad, impidiéndome adelantarla y nos llevaba a 40.

Trate de trazar una vía alterna mentalmente, pero íbamos por una calle larga y sin cruces... perfecto!.

Menos de un minuto después mire a través del retrovisor y una camioneta negra se nos acercaba demasiado rápido, ya había memorizado la matrícula de la Tucson, pero la camioneta de atrás no traía matrícula delantera, o al menos yo no podía verla.

Toque la bocina varias veces tratando que la Tucson acelerará pero fue en vano.

-Que te sucede?, estas algo ansioso-, la mocosa malcriada no entendía nada, algo en esos vehículos no estaba bien y ya me estaba sintiendo... emboscado?.

De nuevo ignore a Sofía, no podía darme el lujo de distraerme, tenía que estar al pendiente de ambos vehículos y la camioneta de atrás estaba cada vez más cerca... y no parecía frenar!.

-Sostente bien Sofía!-, fue lo único que alcance a decirle antes de que el estruendo y la sacudida hicieran que nos tambaleáramos adelante y atrás en las sillas... y que pasó con los air bag?.

ATRAPADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora