Capitulo 36.

2.6K 204 18
                                    

SOFÍA

Papa era uno de los seres más crueles y mezquinos que había parido el planeta, de eso no me quedaba la menor duda... a que ser humano con algún vestigio de alma en su interior se le ocurría hacer lo que él me hizo?.

Si no hubiera sido por Esteban, el día que por fin me di cuenta de quién era realmente Rogelio Hidalgo, ese día me hubiera desmoronado como un terrón de azúcar en el humeante café.

Los siguientes días al arresto de papa fueron los más difíciles, los periodistas casi que formaron campamento afuera de la casa para lograr entrevistarnos a mi hermano y a mi, y el teléfono no paraba de sonar, si no era de algún programa de televisión o de radio, era algún amigo de la familia queriendo averiguar el chisme de primera mano, y aunque quería insultarlos y mandarlos al infierno, siempre mantuve la diplomacia y les decía que debían esperar a enterarse por las noticias como todos los demás... que poco corazón tienen!, que acaso no ven que mi familia se derrumbó?.

Nico no volvió a la casa sino hasta tres días después, mientras él estuvo fuera yo estuve comunicándome con Amanda y ella lo único que decía era que él quería estar aislado de todo. Si mi hermano quería estar solo, yo tenía que respetar eso, era lo menos que podía hacer aún más sabiendo que Nico debía sentirse culpable de haberme ayudado a entregar a papa.

Si mi hermano no tenía la fortaleza para dar la cara por la familia yo tendría que hacerlo por los dos, dos días después del arresto convoque a una reunión con los directivos de la empresa de papa y aunque casi me salgo de la ropa al ver que ellos no me tomaban en serio, después de que les recordara que yo era en parte dueña de esa empresa y que en ese preciso instante de mi dependían sus puestos en la compañía, sus inapropiadas sonrisas burlescas se borraron de sus rostros y todos respondieron a lo que les pedí.

Yo no comprendía mucho de finanzas y menos de administrar los bienes de una sociedad, tuve que pedirle a Gustavo, el abogado del Obelisco, y a Romero, que juntaran un grupo de profesionales capaces de ayudarme a dirigir la compañía de mi familia, la que mama le había entregado a mi padre en el primer año de su matrimonio... sentía que se lo debía a ella, lo estaba haciendo por mama!.

Despedí a casi todo el personal administrativo de la empresa, sentía que ellos habían ayudado a que papa hiciera todas sus fechorías y que le eran fieles a el, y lo último que necesitaba era que se filtrara la información que solo debíamos manejar yo y mis allegados.

El abogado de confianza de mi padre estaba llevando su caso y se contacto en varias oportunidades conmigo para que lo fuera a visitar, y ni que estuviera loca lo haría, estaba segura que le daría una buena bofetada al verlo, todo el respeto que una vez le tuve se había ido a la alcantarilla cuando me enteré que el había sido quien me había mandado a secuestrar... descarado!, pedirme que fuera a verlo después de lo que me hizo, cínico!.

Mariana por otro lado había sido casi una madre para mi, siempre había podido contar con ella y siempre me había demostrado un gran cariño. Quise visitarla en la carcel aún en contra de las recomendaciones de Esteban quien decía que "ese no era un lugar apropiado para una señorita fina como yo", pero cuando fui a verla ella se negó a recibirme, en ese momento no comprendí nada en lo absoluto, no se me ocurría ni una sola razón por la que mi nana no quisiera verme... pero la vida después se encargaría de hacérmelo entender y a golpes, para variar!.

Tuve que ser fuerte y aunque más de una vez me sentí casi enloquecer bajo tanta presión, Esteban siempre estuvo ahí para ayudarme a superar el impase. El se había convertido en mi bastón, era el único que me lograba parar de la cama cuando lo único que quería era quedarme ahí y llorar por días enteros... en que momento mi vida había cambiado tanto?... en que momento empece a sentirme tan ATRAPADA???.

ATRAPADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora