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Despierto sintiendo que algo anda mal.

Es aquella sensación en el fondo de mi pecho que me indica que la mejor solución es seguir manteniéndome dormida, porque al despertar todo será una mierda.

Abro los ojos lentamente, me cuesta hacerlo y cuando lo logro debo pestañear varias veces para mantenerlos completamente abiertos. Recorro mi alrededor inspeccionando todo, estoy en un hospital, lo sé y no solo por el aroma antiséptico que se siente en el aire, sino porque las máquinas sonantes a mi lado lo confirman.

Suspiro. Pero al hacerlo todo duele, entonces recuerdo la caída que tuve y me doy cuenta de que fue bastante fuerte. Noto mi brazo izquierdo enyesado, la letra de los chicos está ahí, con mensajes de apoyo y amor. Luego, noto que tengo una venda en la barbilla. Pero también soy consciente del dolor en mis piernas y en mi vientre.

El bebé.

Dios mío, mi bebé.

Inmediatamente mi pulso se acelera y mi corazón se agita. Una de las máquinas a mi lado comienza a pitar demasiado fuerte, esto logra que una enfermera entre rápidamente a la habitación sorprendiéndose al verme despierta.

—Señorita Hathaway necesito que se calme por favor.

La enfermera se abalanza sobre mí y comienza a monitorear mi ritmo cardiaco y mis intravenosas. Con mi brazo bueno la detengo, tomo la polera de su uniforme y la hago verme directamente.

—¿Qué ha pasado? ¿Cómo está mi bebé?

Mierda, me cuesta y duele muchísimo hablar. Sé que se debe al golpe de la caída y a que me he mordido la lengua fuertemente. Ella me mira, la veo tragar saliva, luego toma mi mano y lentamente la baja soltándola.

—Iré a avisarle al médico que ha despertado, también a su novio.

No hago nada, ni siquiera asiento. La escucho salir de la habitación y luego mi vista simplemente se pierde en la profundidad de la pared blanca frente a mí. Sé que todo está mal, lo siento así y quiero estar tan malditamente equivocada ahora mismo.

No sé cuánto pasa, pero la puerta se abre nuevamente y Harry entra por ella, tiene el cabello revuelto y sus ojos cansados, no paso por alto las bolsas oscuras bajo sus ojos ni el temblor de su labio. Se acerca a mí y sujeta mi mano antes de inclinarse y plantar un beso en mi frente.

—Lo siento, lo siento mucho mi amor.

Casi puedo escuchar las lágrimas en su voz.

—¿Cuánto he estado dormida?

—Casi cinco días.

Una figura aparece por la puerta, es el médico, lo deduzco por la bata blanca y el estetoscopio en su cuello. Se acerca hacia dónde estamos y se posa frente a mí tomando lo que supongo en mi ficha médica.

—Buenas noches señorita Hathaway, es bueno verla despierta.

—¿Qué ha pasado?

—Ha sufrido usted un accidente considerado de gravedad. Con la caída que se ha provocado se rompió el brazo izquierdo y el tobillo derecho, además de dos costillas del lado izquierdo. Tiene también un grave golpe en la barbilla que requirió puntadas y por ello tiene la lengua delicada. Ha tenido mucha suerte señorita, un poco más y las costillas perforarían un pulmón.

—¿He perdido a mi bebé verdad?

Las palabras se notan pesadas y amargas en mis labios. Pero lo sé, sé que el bebé que Harry y yo estábamos esperando ya no está. Y cuando el médico me da esa maldita mirada lo confirmo.

Amnesia《 Libro 01 》H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora