Lavo su cuerpo con tanta delicadeza, tanto cuidado, como si se fuera a romper. Ahora su cuerpo es mio y tengo que cuidarlo, mi muñeca tiene que ser la más linda, como lo fui yo para Mami.
Ha pasado una semana, ya Mami no se la pasa todo el tiempo en casa, porque ya no tiene que cuidarme. Ahora soy yo quien cuida de alguien, mi hija, mi muñeca.
La visto con un vestido rosa, zapatos blancos, le hago dos coletas, con cinta. Y la llevo a la sala a ver la televisión un rato.
Al ver lo que hay cuando la prendo, me quedo helada. Hay una foto de mi muñeca en unas noticias y dicen que está desaparecida, pero eso no es así, ella está con su mami, con su dueña. Veo como sonríe, ¿por qué sonríe si se la quieren llevar lejos de su Mami, si la están buscando para llevársela? ¿Por qué?
-¿Con quien hablaste? -ella me mira expectante, sus ojos se abren ante mi tono y empieza a negar frenéticamente con la cabeza-. ¡Malcriada!
Me paro y la tomo del pelo, la llevo a la habitación y le hato los brazos y los pies a la cama. Nadie se la llevará. Nadie.
Ella es mi muñeca, y eso nadie lo cambiará.
Es mía.
ESTÁS LEYENDO
Para Mami
Historia CortaMami no es una madre normal, o ¿sera que en realidad no lo es? Dice que soy una niña especial, y por eso no puedo salir al mundo, pero no lo creo así, yo no estoy loca. Ella me quiere solo para ella, me trata como una muñeca. Solo soy para mami, e...