Era navidad, estaba en mi cuarto viendo como caían los copos de nieve, de pronto recibí un mensaje de Mimi-chan, ¡me había invitado a mi primera fiesta de navidad en Japón!, me sentía muy nerviosa y algo pensativa a la vez pues no había hablado con Haru desde que me dijo que no me fuera de Japón.
Estuve pensando mucho, ¿por qué lo dijo? acaso me extrañaría o si... él sentía algo por mí.
Ya no quería pensar más en él, entonces me preparé para ir a la fiesta.
Ya era la hora, estaba esperando a que Mimi llegara al lugar que habíamos acordado.
-Hola-
-Hola- Le respondí-Nos vamos no debemos llegar tan tarde.
En el camino hacia la fiesta me estaba diciendo que me iba a extrañar mucho y que esperaba verme cada cierto tiempo porque también ella estaba pensando irse a Alemania por ciertas medicinas que estaba haciendo con materiales que solo se conseguían allí y en eso me dijo...
-Bueno y que tal van las cosas con Haru-
- Nada bien -contesté
-¿No le has vuelto a hablar?-
-No- ya casi estábamos cerca del lugar
-Pues tienes la oportunidad- me voltee hacia ella
-¿A qué te refieres?- nos detuvimos
-A eso me refiero- Y me señaló donde estaba Haru con los demás esperándonos.
Estaba atónita -¡No sabía que estaba aquí!- quería gritarle, estaba lo suficientemente confundida para permanecer allí así que seguí caminando hasta que algo me detuvo.
-Mimi, no voy a volver no quiero ver a...- cuando descubrí que no era Mimi quien estaba junto a mí, sino que había sido Haru quien me había detenido.
-¿A quién no quieres ver?- Estaba muy molesta con él
- A ti -
-¿Por qué no me quieres ver?- le respondí lo primero que se me ocurrió
-Porque... simplemente no quiero...- agaché la cabeza apenada no quería que me viera y traté de irme corriendo pero él me detuvo.
-¿Por qué siempre huyes?- dijo con un tono de tristeza y enojo al mismo tiempo.
-¡No sé!....-estaba nerviosa- estoy asustada, de lo que me pase, de estar siempre igual- me abrazó por la espalda muy cariñosamente y me sentí protegida.
-Naomi... sabes siempre he creído es que eres una persona muy fuerte, valiente, maravillosa y quiero que seas feliz.
-Gracias- me sentía realmente feliz quería permanecer en ese momento donde todo parecía un sueño, en sus brazos, de pronto sujetó dulcemente mi rostro y lo dirigió hacia su mirada.
-Te quería decir algo, aunque no sé si este sea el momento adecuado...- estaba muy nervioso y yo también, de pronto preguntó - ¿te puedo llevar a casa?-
-Claro- después de eso el camino fue muy tranquilo... y los dos nos despedimos.

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Tú
RomanceUna chica latinoamericana, en ¡Japón!, nueva ciudad, colegio, amigos, aventuras y una historia romántica donde todo comienza en el tren hiedo para su nueva institución, por desgracia no sabe ni ingles ni español, y gracias a ello se queda todo esta...