Capítulo 11

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Era navidad, estaba en mi cuarto viendo como caían los copos de nieve, de pronto recibí un mensaje de Mimi-chan, ¡me había invitado a mi primera fiesta de navidad en Japón!, me sentía muy nerviosa y algo pensativa a la vez pues no había hablado con Haru desde que me dijo que no me fuera de Japón.

Estuve pensando mucho, ¿por qué lo dijo? acaso me extrañaría o si... él sentía algo por mí.

Ya no quería pensar más en él, entonces me preparé para ir a la fiesta.

Ya era la hora, estaba esperando a que Mimi llegara al lugar que habíamos acordado.

-Hola-


-Hola- Le respondí

-Nos vamos no debemos llegar tan tarde.

En el camino hacia la fiesta me estaba diciendo que me iba a extrañar mucho y que esperaba verme cada cierto tiempo porque también ella estaba pensando irse a Alemania por ciertas medicinas que estaba haciendo con materiales que solo se conseguían allí y en eso me dijo...

-Bueno y que tal van las cosas con Haru-

- Nada bien -contesté

-¿No le has vuelto a hablar?-

-No- ya casi estábamos cerca del lugar

-Pues tienes la oportunidad- me voltee hacia ella

-¿A qué te refieres?- nos detuvimos

-A eso me refiero- Y me señaló donde estaba Haru con los demás esperándonos.

Estaba atónita -¡No sabía que estaba aquí!- quería gritarle, estaba lo suficientemente confundida para permanecer allí así que seguí caminando hasta que algo me detuvo.

-Mimi, no voy a volver no quiero ver a...- cuando descubrí que no era Mimi quien estaba junto a mí, sino que había sido Haru quien me había detenido.

-¿A quién no quieres ver?- Estaba muy molesta con él

- A ti -

-¿Por qué no me quieres ver?- le respondí lo primero que se me ocurrió

-Porque... simplemente no quiero...- agaché la cabeza apenada no quería que me viera y traté de irme corriendo pero él me detuvo.

-¿Por qué siempre huyes?- dijo con un tono de tristeza y enojo al mismo tiempo.

-¡No sé!....-estaba nerviosa- estoy asustada, de lo que me pase, de estar siempre igual- me abrazó por la espalda muy cariñosamente y me sentí protegida.

-Naomi... sabes siempre he creído es que eres una persona muy fuerte, valiente, maravillosa y quiero que seas feliz.

-Gracias- me sentía realmente feliz quería permanecer en ese momento donde todo parecía un sueño, en sus brazos, de pronto sujetó dulcemente mi rostro y lo dirigió hacia su mirada.

-Te quería decir algo, aunque no sé si este sea el momento adecuado...- estaba muy nervioso y yo también, de pronto preguntó - ¿te puedo llevar a casa?-

-Claro- después de eso el camino fue muy tranquilo... y los dos nos despedimos.

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