Despierto por unos ruidos que vienen del jardín.Me froto los ojos y me acaricio la sien. Intento incorporarme como puedo en la cama antes de mirar la hora en el móvil.
Las seis de la mañana.
¿A quién se le ocurre montar este escándalo a las seis de la mañana?
Me levanto de la cama y bajo dando tumbos por las escaleras hasta llegar al jardín.
Cuando llego me encuentro a Taylor corriendo por un lado y a Matt por el otro. Jack rubio grita como poseso subido encima de Jack moreno, que va tambaleándose intentando no perder el equilibrio por culpa de su amigo. Cameron y Nash se ríen de todo y los demás imagino que estarán durmiendo. Como a mí me gustaría estar haciendo.
- ¿Qué demonios os pasa?- pregunto intentando abrir un poco más los ojos.
Intento fallido.
- ¡Ratas!- grita Johnson.
Los ojos se me abren de golpe y corro a subirme encima de la primera persona que pillo.
- ¡Sácame de aquí, sácame de aquí! ¡Ya!- grito desesperada mientras tiro de la camiseta de Nash.
Ahora entiendo a Jack. Odio a las ratas. Son asquerosas.
Nash intenta salir de donde estamos, pero una de las ratas se le acerca lentamente y se le posa en los pies.
Empiezo a respirar lenta y profundamente, intentando calmarme.
- ¿Scarlett?- pregunta Nash.
- ¿Sí...?
- Relájate, no pierdas el control...
La rata empieza a hacer unos extraños ruidos y veo como intenta trepar por la pierna de Nash.
El aire que contenía se me escapa a gritos, que provocan que Nash se asuste y se mueva bruscamente.
La rata sale volando y acaba encima de Cameron.
- ¡AAAHHH!- grita mientras corre con el animal.
Lo coge y lo lanza por los aires.
Lo que veo ahora hace que empiece a reír sin parar.
La rata vuela dando vueltas para caer encima de la cara de Taylor, haciendo que este caiga al suelo, pero se levanta al instante y la coge alzándola con ambas manos.
- ¡La tengo!
El ruido ha hecho que los demás se despierten y ahora estamos todos en el jardín.
- Y yo tengo a esta- dice Matt mientras se acerca acariciando al animal.
- ¿De dónde han salido?- pregunto aún encima de Nash.
- Son del vecino de al lado- especula Cameron con cara de asco, limpiándose la camiseta.
- ¿Y cómo han llegado aquí?
- Al parecer se han escapado, pero ya las hemos encontrado- me explica Nash.
- Ya lo veo.
- Ya puedes bajarte.
- Hasta que esos bichos no vuelvan a su casa, yo no me bajo de aquí.
- ¡Y yo tampoco!- grita Johnson en la oreja de Gilinsky.
Y este tira al rubio hacia atrás.
Idiotas.
- Relevo- dice Nash mientras me echa a los brazos de Nate, que me coge como si fuese una princesa.
- Hola, guapa- saluda sonriente.
- Hola, guapo. ¿Me llevas lejos de esos bichos?- pregunto fingiendo una sonrisa.
- Encantado.
Me saca de ahí y me lleva a la cocina.
- Gracias a Dios- digo sentándome en la encimera.
- No soporto a esos bichos- dice Johnson entrando antes de sentarse a mi lado.
- El sentimiento es mutuo.
Nate saca unos cereales de un estante y la leche del frigorífico. Se lo echa en un cuenco y después me pasa otro a mí.
- Gracias- sonrío antes de empezar a desayunar.
- ¿Y para mí no hay nada?- pregunta Jack poniendo carita de perro.
Nate coge la caja de cereales y se la lanza a la cara.
- ¡Ey!
Me río escandalosamente con los cereales en la boca.
- Tú ya sabes dónde está todo, te lo preparas tú.
Sigo desayunando mientras escucho a Jack quejándose en susurros.
Matt entra en la cocina con lágrimas acumulándose en sus ojos y levantando un dedo.
- ¿Qué te pasa?
- Elvis me ha mordido- explica lloriqueando.
- ¿Quién es Elvis?- pregunto con el ceño fruncido.
- Es la rata.
Me giro a mirar a Nate con el ceño más fruncido.
- ¿La rata se llama Elvis? ¿Quién llama Elvis a una rata?
- El vecino- contesta Johnson.
- Mejor que no lo conozcas- Nate se ríe y sigue desayunando.
- ¡Eso no importa! ¡Elvis me ha envenenado! ¡Voy a morir!
Ruedo los ojos riendo y cojo a Matt de la otra mano.
- Vamos.
Entramos en el baño que hay junto a la cocina y busco por los muebles y cajones hasta que encuentro algodón y alcohol para desintoxicar. No sabemos que ha mordido antes esa rata.
Echo el alcohol en el algodón y se lo paso por el dedo fuertemente.
- ¡Duele!- grita lamentándose.
- Cállate o te arranco el dedo.
Le dejo el dedo algo húmedo y después le pongo una tirita que he encontrado en un cajón.
- Es de dinosaurios y no, no te vas a morir.
La sonrisa que pone y ese brillo en los ojos me recuerdan a los de un niño pequeño.
- ¡Gracias, Scarlett!- me abraza feliz y sale del baño corriendo.
Niego con la cabeza mientras una pequeña risa se me escapa.
A penas amanece y esto es todo un circo. Definitivamente, este va a ser un buen sitio para mí.

ESTÁS LEYENDO
LET ME GO
Fanfiction- Dicen que para escribir de amor tienes que estar enamorado o con el corazón roto y, sinceramente... No sé qué es peor.