Capítulo 5

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Me despierto ya después de muchas horas de sueño, y esta vez por mi propia cuenta. No me han despertado los gritos de los chicos persiguiendo unas ratas.

Me levanto y, después de coger algo de ropa para hacer deporte, voy directamente al baño para darme una ducha.

Me meto bajo el agua caliente y, mientras me echo el champú en la cabeza, empiezo a pensar en lo que hice ayer.

Más bien nada.

Después de desayunar tras el incidente mañanero, pasé la mañana arreglando mi habitación. Bajé a comer con los chicos y después pasé toda la tarde trabajando.

Ya había terminado mi turno cuando mi jefe me pidió que me quedase a hacer el de Lisa, mi compañera, que al parecer se puso enferma.

Así que me quedé hasta las dos de la madrugada cubriéndola. Al menos me pagaron las horas de más.

Salgo de la ducha y me preparo para salir a correr.

Bajo las escaleras y me dirijo a la cocina.

Es temprano, así que no hay nadie desayunando. Probablemente sigan todos durmiendo.

Cojo una manzana y empiezo a comérmela mientras me pongo los auriculares para escuchar algo de música. Una canción de 5 Seconds of Summer empieza a sonar.

Tarareo y bailo un poco mientras termino de desayunar cuando de repente siento unas manos apretándome en los costados.

Me sobresalto y no puedo evitar soltar un pequeño grito.

- ¡Shh! ¡Shhh!- pronuncia Gilinsky llevándose un dedo a los labios mientras reprime la risa- Los vas a despertar a todos.

- Y tú casi me paras el corazón, idiota- susurro molesta.

- ¿Qué haces despierta tan temprano?

- ¿Qué haces despierto tú tan temprano?- contesto recriminante.

En su cara se encuentra plasmada una sonrisa un tanto irritante, y no me gusta para nada. Es más, me gustaría quitársela de una bofetada.

- Yo he preguntado primero.

Lo sigo con la mirada mientras se dirige al frigo para coger la leche y echarla en un vaso, que se bebe en cuestión de segundos.

- Me gusta correr por las mañanas- respondo finalmente encogiéndome de hombros.

- Qué casualidad. A mí también.

Hasta que no escucho esas palabras salir de su boca, no reparo en que va con ropa de deporte.

- Menudo descubrimiento.

Vuelvo a mirarlo de arriba abajo, fijándome aún más en su cuerpo.

Bueno, está claro que no se nace así. Hay que trabajar para tener unos músculos como esos. Y demasiado.

- ¿Quieres que vayamos juntos? Así podemos charlar un rato, si te parece bien.

- Tú puedes hablar y yo puedo escuchar. Si hablo mientras corro, puedo morirme por el camino.

Una pequeña risa se escapa de su boca y podría jurar que sus dientes se ven brillar desde otro continente.

Dios, no debería ser legal sonreír de esa manera. Podría matar a alguien con esa sonrisa.

Si todos los chicos de esta casa tienen esa sonrisa, no conseguiré llegar a vivir una sola semana más.

- Me parece bien- contesta mientras deja el vaso que ha usado en el lavavajillas- ¿Estás lista?

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⏰ Última actualización: Oct 15, 2018 ⏰

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