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Desearía ser yo quién tus labios llamen, quien pueda llevarte a la locura en un grito de placer. Pero en mi lugar esta él, no tengo más que hacer, él apareció antes, te tuvo antes y te tendrá el resto de sus días. Tendrá las sonrisas y amor que una vez soñé tener de ti.
–Jin Woo–
Caminaba de un lado a otro sin saber qué hacer. Miró una vez más la puerta frente a él, suspiró y retomo su andar, de un lado a otro.
Bien, había decidido ignorar la verdad que tanto había temido, porque no estaba seguro de poder vivir sin ellas. Colocó ambas manos sobre su nuca deslizándolas hasta llegar a su cuello.
"Vamos, ¡hazlo!"
Se animó a sí mismo, mirando de reojo la puerta cerrada a su lado. Detuvo sus pasos al escuchar su voz hablar. Su voz era apenas audible, hablaba en voz baja. Se acercó con cuidado de no ser descubierto y escuchó con atención.
«No sé si pueda hacerlo.»
La escuchó afirmar.
«No, sólo dejaré ese capítulo de mi vida atrás. Me iré con Jin Woo a dónde quiera y simplemente... »
La escuchó pausar su conversación.
«...voy a olvidarlo. Sé que puedo llegar a amarlo y si no fuera así, tendré que vivir con ello porqué él lo merece. Le debo mi vida, la de Tessa y que mi hermana esté a punto de ser, quién siempre soñó.»
Recargo su frente en la superficie de madera. Suspiró con desánimo, lo más silenciosamente posible al escuchar sus palabras.
¿A quién quería engañar?
Ella nunca le amo. Desde el principio, acepto ser su esposa por ayuda mutua. Él la necesitaba y ella a él. No había más.
Ella siempre estuvo dispuesta a brindarle la mejor amistad y pese a ello, pidió una oportunidad para ser algo más. Claramente ella había aceptado por cariño y gran parte porque sabía que quería olvidar a aquel hombre que la dejo sola con un bebé en camino.
