¡MAMÁ!

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Después de comprar un café en Starbucks me tomé una selfie y la subí a Facebook. Sonreí al ver que rápidamente se llenaba de comentarios lindos. Caminé hacia la casa de mis padres en donde me estaba quedando por unos cuantos días gracias a las largas vacaciones que daba la universidad a la que iba.

 Caminé hacia la casa de mis padres en donde me estaba quedando por unos cuantos días gracias a las largas vacaciones que daba la universidad a la que iba

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Cuando llegue a casa vi a un montón de policías en el patio delantero y las patrullas con las luces rojas y azules encendidas. Me acerqué corriendo pero un policía alto y musculoso me detuvo.

– No puede pasar señorita. –dijo poniendo un brazo frente a mí, casi tocando mi pecho.

– Es la casa de mis padres... ¿Qué pasó? ¿Por qué hay tantos policías?

– Una mujer... Tu madre... Fue asesinada...

– ¡MAMÁ! –. Los ojos se me pusieron llorosos al instante y sentí el corazón en mi garganta.

Quise rodear al policía para poder entrar pero éste me abrazó de lado bloqueando mis brazos. Empecé a patalear intentando que me soltara. Necesitaba verla aunque sabía que aquello me destrozaría completamente.

– Tiene que acompañarnos. –dijo el policía, como si aquella escena fuera algo que viviera todos los días lo cual me molestó.

¿Cómo puede ser tan insensible?

¿En dónde está mi padre? –. Los ojos me ardían pero era lo que menos me importaba.

– En camino a la estación, yo te llevaré. Tranquila. –calmarme era lo último que podía hacer. Asintiendo caminamos a la patrulla.

– ¿Qué ha pasado? –. Pregunté cuando el auto arrancó.

– Tu madre fue asesinada.

– Yo lo sé, idiota –dije molesta viéndolo desde el asiento trasero–, pero ¿cómo?

– No sé si será lo mejor para ti decírtelo...

– Dímelo y ya, cabrón. –cada vez me molestaba más aquel hombre rapado.

– Bien, niñita, un hombre entró a tu casa, la violó y la golpeó en la cabeza con un objeto metálico hasta que ella murió, ¿feliz?

– Voy a vomitar. –dije tapándome la boca al sentir un asqueroso sabor subiendo por mi garganta. Me había imaginado aquella escena a la perfección.

– Vomita aquí y te arrepentirás. –aquel hombre no me agradaba en absoluto.

– Quiero bajarme.

– Tengo que llevarte a la estación.

– ¡Quiero bajarme! ¡Frena! –me ignoró y puso una canción de rock– ¡Frena o abriré la puerta con el carro andando! –le puso los seguros a las puertas. Levanté el seguro e intente abrir una puerta pero no pude. Tenía seguro para niños. Me arrastré hasta el asiento que quedaba detrás del suyo e intenté abrir la otra puerta pero ésta también tenía seguro para niños. Empezaba a ponerme nerviosa–. Déjame bajar, yo iré a la estación sola, déjame bajar... o en serio voy a vomitar. –intenté "amenazarlo" con eso pero sólo logré que sonriera mientras negaba con la cabeza.

– En primer lugar; ¿en serio crees que te voy a llevar a la estación de policía? –soltó una carcajada–, en segundo lugar; ya te dije que te arrepentirás si te atreves a vomitar en mi auto.

Tragué saliva cada vez más nerviosa.

Si no me va a llevar a la estación de policía, ¿qué me va a hacer?

– Por favor, déjeme ir, no diré nada.

– Ahora ya no eres tan perra, ¿verdad? –volvió a soltar otra carcajada.

Estiré un poco mi cuello para poder verlo perfectamente y poder recordarlo para cuando aplicara mi denuncia, hiciese lo que me hiciese.

– ¿Te gusto o qué? –. Se burló al verme por el espejo retrovisor.

– Ya quisieras. –intentaba hacerme la ruda pero no podía hacer nada con el temblor que tenían mis manos, y todo mi cuerpo.

– Realmente no, lo único que me importa es que le gustes a mi jefe, pero tus pechos tienen una forma casi perfecta, al igual que tu trasero, eso es más que suficiente para él, créeme, sé que tipo de chicas le gustan.

Tragué saliva intentando pasarme el nudo que tenía en la garganta. No sabía si era peor saber lo que me iban a hacer o no saberlo.

– Por favor... no...

– ¡Cállate! O te irá igual que a tú mamá. –levantó la mano enseñándomela, como si me fuera a dar una bofetada con ésta, a través de la reja metálica que separaba los asientos delanteros de los traseros pude ver sus nudillos rojos. Entonces lo entendí.

– ¿Tú mataste a mi madre? –. Pregunté con voz temblorosa.

– ¿Quién te dijo que sólo fue una persona? –. Por última vez soltó otra carcajada.

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Esta historia va a ser súper corta, calculo que serán entre 5 y 10 capítulos y todos igual de cortos, pero igual espero que les guste :3

PD: Esto está basado en un sueño que acabo de tener :"v

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