10 - Atardecer

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Iván Valois. Conocido por todos por ser simpático, responsable, determinado, feliz, carismático y un montón de otras buenas cualidades, pero ya no era así. Había pasado dos semanas de ese día insólito en su casa. Estaba sentado en la alfombra de su nueva sala con la espalda recostada a al mueble

Recodaba las palabras de su jefe "Iván Valois, estas despedido" La manera en como remarcaba cada letra. Colocó las manos en su cara cuando la escena se comenzó a repetir

"—¡Dejaste a una fugitiva refugiarse en tu departamento! ¡Reyes! ¿Sabías algo de esto?

—No, esto fue solo mi culpa — Dijo serio

—Niño bueno... — Negó con la cabeza con decepción. — Iván Valois, estas despedido"

Perdió su trabajo, su madre, su casa y también a su caso. Lo habían votado de donde vivía debido a el problema y como en ese momento no sentía que le importara donde caer, ahora alquilaba un feo y pequeño departamento que encontró rápido

—¡Abre la puerta! ¡Sé que estás ahí, compañero! ¡Abre! ¡Ábrela ya o la tirare!

Entre gruñidos arrastro los pies hasta la entrada, abrió la puerta y ahí estaba Reyes. Se quedaron mirando un rato mutuamente

—¿Qué?

—¿Cómo que qué? ¿Me equivoque de casa? Según yo, mi compañero tenia cara de niño de doce años y este tipo mal oliente con barba que tengo enfrente no se parece

—¿Qué necesitas Reyes?

—¿Qué que necesito? Que los malditos policías dejan de hablar basura

—No me interesa lo que la gente diga — Respondió llegando a la cocina. Saco una bebida energética y comenzó a beber. — Además tengo dolor de cabeza

—Lo sé, estuviste bebiendo en el bar

—¿A eso se va a ahí, no?

—¿Qué mierda te pasa, Oli...?

—Mi maldito nombre es Iván — Interrumpió. — Es el maldito nombre que mi madre me dio

—Está bien... Iván — Dijo receloso. Ese chico amargado no se parecía nada al que conoció. — Estuve buscando a la banda esa de...

—No tengo interés en eso — Volvió a cortar para dirigirse a su habitación. — Estoy despedido, esos tres no son más mi caso

—¡Pero maldita sea! — Gritó siguiéndolo. — Perdiste a tu madre por culpa de ese tipo, deberías hacer justicia

—¡No hay justicia! ¿No me lo dijiste una vez? Qué era un idiota que debía madurar y que dejara de comportarme como si aquí alguna vez las cosas fueran justas. Adivina, ya madure

—Si eres tan maduro, ponte los pantalones y vamos a buscar a los tres imbéciles que te desgraciaron la vida

El chico duró un momento en voltear a verlo, respiró profundo y le dio la cara

—Estoy despedido — Sentenció como si no hubiera nada más que hacer

Reyes mordió el interior de su mejilla pensando en algo inteligente. Se sentó junto a él en la cama y lo miro, su cabello estaba desordenado, traía una barba jamás vista por él antes, andaba en pijama a pesar que debían ser la cuatro de la tarde

—Sigues siendo un detective. Te estoy contratando como mi detective privado

Iván lo miro por un momento. No sabía que hacer realmente. Recordaba el rostro del chico castaño y el del rubio, no podía explicar la repulsión que les tenía. Se tenía repulsión a si mismo ¿Cómo pudo hacer algo tan estúpido? Supo por las noticias que tres chicos habían robado una casa, supuso que eran ellos. Recordaba todas las heridas de ella ¿Cuántas más tendría ahora? No podía evitar imaginar a esos tipos torturándola, pensaba eso todas las noches si no estaba pensando en su madre y en la culpa que sentía

BANDA FUGITIVAªDonde viven las historias. Descúbrelo ahora