Jutsu Secreto

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Pov. General

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—Problemática despierta. —Llamó Shikamaru moviendo levemente el hombro de Temari que se había quedado dormida en la cama sin taparse.

Era hora de almorzar; su madre los estaba esperando.

La kunoichi poco a poco comenzó a despertar al oír su voz.

—Mmmm... ¿Qué sucede? —Murmuró estirándose en la cama sin abrir los ojos.

—Y el vago soy yo... —Susurró Shikamaru lo suficientemente claro para que Temari lo oiga.

—¿Estas buscando problemas? —Exclamó la rubia abriendo los ojos, dejando el cansancio de lado, poniéndose de pie.

Shikamaru retrocedió unos pasos; había hecho enojar a la kunoichi de Suna.

Si algo había aprendido en su corta, pacífica y perezosa vida era a nunca hacer enojar a una mujer.

Sobretodo a ella, que daba más miedo que su propia madre y estaba armada con un peligroso abanico.

—¡No sabes lo que dices! ¡Es evidente que tú no eres el que viaja por tres días y tres noches de una nación a otra! —Exclamó enojada. Había despertado de mal humor, no había duda. —¡Si lo hicieras estarías cansado de verdad!... Pero lo olvidaba, tú eres vago hasta para respirar.

Temari estuvo ayudando estas últimas semanas a organizar y revisar todos los documentos para coordinar los puntos estratégicos de la ubicación de las tropas de su nación, que debían trabajar en equipo junto a las otras naciones.

Era mucho trabajo para el poco tiempo que tenían. Si esta misión no fuera de ayuda para disminuir el número de todas las pérdidas que la guerra provocaría, la habría rechazado sin dudar.

Gaara era el que tenía más trabajo.

El pobre tenía una fila interminable documentos que debía leer, revisar y firmar; aparte de los de la guerra. Por lo que ella y Kankuro estuvieron ayudando a aligerar su carga.

Se deshizo de una montaña de papeles antes de venir a Konoha.

Ahora, apostaba todo lo que tenía a que debía haber una nueva montaña de papeles en su oficina esperando por ella...

¿Cómo tenía el vago el descaro de decir que ella no hacía nada?

—Eso no es cierto mujer problemática; la Hokage me tiene trabajando día y noche por tu culpa y por la guerra... — Contestó el Nara sintiéndose ofendido.

Una cosa era que él admita que era un poco vago y otra cosa era que se lo griten.

El chico que se escapaba de los entrenamientos para dormir toda la tarde a escondidas de sus compañeros y de su madre; sin olvidar que se quejaba de que todo era un fastidio había quedado atrás.

Desde la muerte de su sensei había madurado; ahora tenía un nuevo objetivo, debía proteger a la nueva generación y a todos los habitantes de la aldea de la hoja.

Desde luego que esa mujer era realmente terca, por más que le diga la verdad no le creería sin pruebas. Además, debía ir al futuro junto a ella.

Rezaba porque la Temari del futuro no llegue de Suna la semana que esté ahí. Tener a dos Temari a la vez podría ser más de lo que el shinobi podría soportar.

Estaba seguro que su yo del futuro pensaría lo mismo y lo apoyaría.

—La vida me odia. — Gruñó. —Mendosuke.

Un viaje al pasado 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora