Ambos tomamos el tren para dirigirnos al centro de la ciudad puesto que esta zona estaba plagada de restaurantes, cafeterías y cosas para pasar el rato.
Nuestro vagón estaba prácticamente vacío por lo que nos sentamos el uno al lado del otro; cuando llegamos a nuestro destino, escogimos una cafetería bastante escondida y que al parecer a ambos nos encantaba.
-la comida de aquí es una delicia -soltamos ambos al mismo tiempo. Nos observamos en silencio y después reímos bobamente, (si como par de tórtolos enamorados y ya se que asco) tomamos asiento y tras checar la carta decidimos por unas crepas y un café frío; hablamos sobre nimiedades, como la familia, gustos personales, anécdotas de la infancia y me di cuenta que en realidad me estaba gustando salir con este curioso chico.
Todo iba a la perfección hasta que al llamar a un mesero para que nos diera la cuenta, me topé una vez más con aquellos ojos verdes que tanto me fascinaban; me mordí el labio, sentí como la sangre subió a la cabeza y mi yo interno gritó como Dean Winchester cuando vio a un gato salir de un locker, bajé la mirada y escuché un
-¡ah! Eres la del metro...
Si, si era la del metro.... la boba del metro
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Relatos Ordinarios
Historia CortaY es que esto no es un cuento ni una novela sino, los pensamientos de una chica cualquiera.