Tinatividad (Marta)
http://my.w.tt/UiNb/xjeXe37hdF
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~¡Hoy va a ser un nuevo día! Eso me dije a mí misma antes de poner un pie en la tierra. Nada más levantarme llamaron a mi timbre.
-¡Buenos días! Hay que levantarse, que toca el periodo de mañana.-era David, que quería que fuera a trabajar para servir los desayunos.
Miré mi despertador, que por cierto no llegó a soñar, y casi eran las 8. Más o menos tenía que estar abajo a esa hora, así que no tuve demasiada prisa. Me duché y me puse mi uniforme, dispuesta a ponerme las pilas.
Poco después bajé y había muchísima gente en el bar/restaurante de ayer. Me puse los patines y a servir desayunos, hasta que, por la tarde, una chica puso sus pies en medio del pasillo y me hizo tropezar. Por suerte no llevaba ningún café ni nada, que si no se hubiera desparramado todo.
-Oye, ¡ten un poco más de cuidado!- me giré bruscamente para mirar a la persona con la que me había tropezado. Era una chica con unos tenis y una ropa bastante freak, al menos un poco extravagante para lo que llevaba visto en el hotel. Ella simplemente me miró con despreció y respondió con pocas palabras pero con firmeza.
-No es mi culpa que la gente de aquí contrate a gente como tú en vez de a patinadores profesionales.- se rió por lo bajo y siguió bebiendo un café que le había servido hace poco.
No quise estropearlo todo en mi primer día de trabajo, así que simplemente continúe como si no hubiera pasado nada.
En una de esas me acerqué a las chicas de ayer, Sarah y Emily, y me miraron con cara de preocupación.
-Oye, ¿estás bien? Esa chica no parecía muy agradable.- me preguntó Sarah.
-No os molestéis, ni siquiera fue para tanto.- sonreí y les serví lo que habían pedido: unas galletas y dos cafés. Emily parecía un poco nerviosa por algún motivo, así que decidí preguntarle.- Emily, ¿te pasa algo? No pareces muy alegre.
En cuanto me escuchó salió de sus pensamiento y empezó a hablar tartamudeando.- Ah... ¿Qu-que? Ah, s-si, estoy per-perfectamente.- no me quedó otra que asentir con la cabeza y empezar a deslizarme con los patines hasta que Sarah me llamó otra vez. Cuando me acerqué a ellas de nuevo, solamente me susurró al oído.
-Pásate por nuestro cuarto en un rato, es la 134.
-¿Para?- Sarah miró un poco de reojo a Emily de forma que entendiera el motivo de aquello, pero aún así me quedé extrañada.
Continúe trabajando hasta que se terminó el turno de tarde y acabé de trabajar. Realmente me tenía que haber ido al medio día, pero como hoy faltaba uno de mis compañeros me tocó hacer su turno también. Dejé la bandeja de servir en la cocina y me fui patinando dirigiendo me al ascensor por el pasillo, pero me quedé apampanada mirando todo el recibidor y me choqué con alguien por el camino. De verdad, soy torpe cuando quiero y más cuando no debo.
- ¡¡Ay!! ¡Ve con más cuidado!- exclamó la chica con la que me choqué. Tenía el pelo largo y una figura casi perfecta. Alta, ojos azules, ¿que más se puede pedir?
- Perdón, perdón, perdón.- dije con algo de nervios, ya que todo el mundo nos estaba mirando y no era algo muy cómodo que digamos todas esas miradas por encima de nuestros hombros.
- Eres la chica de los patines... -no la había visto nunca, pero parecía que ella si. Debe ser que con tanta gente dando vueltas ni me fijé, si no, hubiera sido difícil olvidarme de su cara.
- Si, lo siento. Soy nueva, y no sabía que ahí tenía un obstáculo en forma de alfombra.- respondí patosamente. ¿Que clase de respuesta es esa? Claro que sabías que había una alfombra, has pasado por aquí mínimo 5 veces hoy.
- Tienes suerte de no haberte chocado con algún viejo, rico y pijo que hay por aquí.- me susurró mientras empezaba a levantarse. Aún había algunas miradas en nosotros, pero ya eran muy pocas.
- Gracias por perdonarme, pensé que no había gente amable y comprensiva por aquí.- acabé levantándome yo también del suelo con cuidado para no caer de nuevo.
- Pues debes de haberte chocado con la única.- sonrió, haciendo que repitiera su gesto. Parece bastante maja, pero no creo que se quede por mucho tiempo.
- Sí, soy Marta, un placer. Espero verla pronto por el restaruante. Ahora me voy, que tengo prisa.
- Encantada Marta. Nos vemos.- nada más decir eso, se despidió con la mano y siguió su camino.
Empecé a patinar de nuevo por el gran recibidor y después de un rato me fui al ascensor. Decidí aceptar la invitación de Sarah e ir a su cuarto, por lo que entré en el mío, me desvestí y me fui a la ducha. Me bañé en agua caliente, que no venía mal después de un día de trabajo duro, y rápidamente fui a mi habitación a cambiarme. No sabía que ponerme, así que acabé cogiendo lo primero que encontré: una camiseta de manga corta y unos vaqueros con unos tenis.
Salí de allí y miré puerta por puerta hasta encontrar la que buscaba, la 134. Llamé a la puerta y nada más abrirme entré a la sala. No me esperaba lo que había allí dentro.