Different.

Capítulo 3

-Oh vamos, eso no puede ser tan malo, nena.- dijo Sean mientras entrábamos a clase de biología, luego de haber compartido el almuerzo

El ha estado repitiendo eso desde que le conté lo sucedido.

-Deja de repetir eso, inútil- dije mientras examinaba el salón en busca de un lugar vacío. En la última fila había un banco libre. Arrastré a Sean hacia allí.

Biología era la única materia que compartía con Sean, por lo tanto nos sentábamos juntos. En realidad, no hace mucho me siento con él,  inicié hace unas 3 semanas cuando me di cuenta de que Patch Cipriano no iría por mí,  una lástima.  De todas formas, me encantaba sentarme con Sean,  criticabamos a todas las personas de la clase, y hasta a la profesora.

-Oye, estaba pensando...- dije mientras me sentaba en el pupitre.

-¡¿TU PIENSAS?!- dijo mi mejor amigo, abriendo los ojos como si hubiera descubierto algo importante. Me limité a pegarle un manotazo en el brazo. -Auch, Allisson, duele.-se lo merecía.

-Como te decía, estaba pensando en que quiero ir a una fiesta, ¿sabes de alguna?- No soy de esas chicas que van todos los fines de semana a una fiesta, pero tampoco soy una aburrida que no tiene vida social y su mejor amiga es su madre.

-Tyler Brown tiene una fiesta éste sábado,  luego de el partido, para festejar. Travis Lukes tiene otra el mismo sábado, sólo para hacerle la contra a Brown. Y creo que Baker tiene una fiesta el...

-No me interesa. Iré a la de Tyler. - dije mientras me bajaba de mi 'asiento' ya que la profesora había llegado.

La clase pasaba lenta,  la profesora no paraba de hablar y mirar a todos, Sean y yo no podíamos hablar. De repente, a mitad de la clase, me sentí observada, y no precisamente por la profesora-cara-de-perra-en-celo. Dirigí mi mirada a cada uno de los estudiantes de mi clase. Lisa, la nerd, tenía,  como todas las malditas clases, la mano levantada para decir algo. Sawyer, como de costumbre, durmiendo. Mathew dibujando en su cuaderno. Jennifer se pintaba las uñas tranquilamente. Laila miraba a Sean,  eso no es novedad,  todos saben que ella ama a Sean, menos él,  claro. Zack me miraba fijamente. Bien, acosador encontrado.

Se dio cuenta de que yo también lo miraba fijamente, sonrió y escribió algo en su cuaderno,  hizo una bola con el papel y me lo lanzó.  Cayó en el escritorio y lo abrí.

"Admirando la vista, pequeña? ;)"

Lo miré con una sonrisa y escribí con mi mejor letra "Pudrete". Lo hice una bola, se lo lancé. Lo abrió y su sonrisa desapareció,  me miró raro y yo solo me dediqué a ver a Lisa que parecía tener un tick. Juro verla levantar la mano en todas las clases. EN.TODAS.LAS.MALDITAS.CLASES.

La profesora, al fin, había puesto algunos ejercicios para hacer y Sean y yo no tardamos en empezar nuestra crítica.

-Lisa, debe de tener algún problema,  es decir... SU MANO SIEMPRE ESTÁ LEVANTADA, ¿QUE  LE PASA?- dije yo

-Jennifer, ¿no se puede pintar sus horribles uñas en otro momento? Creo que estoy drogado con ese olor.- dijo Sean

-Zack, ¿no puede mirar así a otra? Me pone nerviosa- dije mirando de reojo a Baker.

-¿QUÉ?- dijo Sean lo suficientemente alto como para que perra-en-celo nos mire mal.

¿Ups?

-Oh, no, nada. Tranquilo- dije al ver como miraba al idiota.  Si las miradas matasen, Zack ya estaría 3 metros bajo tierra.

-Tú no te pones nerviosa con nadie, con NA-DIE. ¿Qué te pasa, nena?- dijo acariciándome la mejilla.

-Oye, soy una persona normal,  me pongo nerviosa.

-Sí,  pero no con cualquier persona...

-Sean, no alusines, ¿quieres? Suelo ponerme un poco nerviosa con chicos, eso es todo- mentí descaradamente

Sean me miró como sin tuviera un tercer ojo, o algo.

-Allisson, no sabes mentir. Y aunque supieras, no puedes mentirme a mí, yo se todo de ti. No te pones nerviosa con los chicos.

Bien echo,  genio

Cállate.

No quiero.

Muerete.

Soy tú,  no puedo morirme, idiota.

Oh bien, estoy discutiendo conmigo misma, alguien consigame un psicólogo, rápido.

-Si que me pongo nerviosa con los chicos- insistí, si mientes una vez, tendrás que seguir mintiendo para ocultar la primer mentira, ¿verdad?

-Claro que no, Allisson. Mira- se acercó peligrosamente hacia mí. Podía sentir la mirada de todos, en nosotros.

-¡BESALA AMIGO!- gritó Sawyer, ¿qué no estaba dormido?

-¿Lo ves? No te has puesto nerviosa- dijo Sean mezclando respiraciones conmigo -Ahora el problema es, que si nos separamos como si nada, todos nos odiaran.- dijo sin separarse y con una sonrisa juguetona.  Diablos. Sonó la campana exaltando a todo mundo.

Gracias Dios.

Oh esperen, ese fue el timbre de salida, lo que significa que... debo irme con Zack. MALDITA SEA.

Salí lo más rápido posible de ahí mientras arrastraba a mi querido amigo.

-Alli, me arrancarás el brazo- dijo quejándose

-Sean, necesito que me lleves a casa, vamos, vamos,  dí que sí,  ¿si?- dije haciendo mi mejor cara de cachorro abandonado

-Pregúntale a Dylan.- dijo

-La viene a buscar su padre y se van de compras. Odio las compras,  lo sabes.

-No puedo llevarte Alli, tengo práctica... además,  creí que te irías con Zack.

-Sí,  por eso querido rubio.

-No te llevaré y menos ahora que me has dicho rubio.  Adiós, nena.- me dio un beso en la frente y se alejó corriendo, sabía que si caminaba lo seguiría,  me conocía muy bien.

-¿Vamos?- Preguntó Zack,  exaltandome.

-DIABLOS, CHICO. ME DISTE UN SUSTO DE MUERTE. -dije tocando mi pecho. El sólo miraba divertido. -Vamonos- dije a regañadientes cuando recuperé mi ritmo cardíaco.

-¿Cuál es tu auto?- dije examinando todos los pocos autos que quedaban.

-Oh no, pequeña. Yo tengo una hermosa Yamaha R1. - dijo señalando una hermosa, verdaderamente,  hermosa motocicleta

-¿ESTAS BROMEANDO?- grité mientras me tiraba encima de la preciosura, literalmente, la abracé.

-¿Te gustan las motos?- Preguntó incrédulo.

-No, solo trato de impresionarte- dije con sarcasmo.

-Pues, lo estás logrando.

-Era sarcasmo, genio. Me encantan las motos, mientras más grandes mejor.- dije. Juro que su boca estaba a punto de tocar el suelo.-Cierra la boca y vamonos- dije realmente emocionada por subir a ese hermoso monstruo.

Zack subió y me pasó su casco,  me lo coloqué y subí detrás de él.  Subió su campera para que pueda sostenerme de él y así no caerme. ¡JA! Ni de coña. Me aferré a los plásticos que tienen todas las motos para agarrarse. El sonrió.

-Bien, creo que suficiente tengo con estar entre tus piernas.- dijo y arrancó.

Oh no, el no dijo eso.

Me sonroje.

Esperen... ¿QUÉ? ¿DESDE CUANDO ME SONROJO POR LO QUE DIGA UN IMBECIL?

Alguien que me pegue una buena paliza, por favor.

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BUENAS Y SANTASSSSSSSS. Pido perdón a mis pocos lectores por no subir en mucho tiempo, acabo de empezar el colegio y en todas las putas materias me garchan:) voy a  tratar de seguir más seguido!

Ah si! Casi me olvido,  si hay alguna falta de ortografía,  perdonen, estoy desde el celular.

VOTEN Y COMENTEN, NO LECTORAS FANTASMAS!!!!