EX'S @kookmin.fanfic.

014

Un día pasó desde que los padres de Jungkook habían ido a la escuela y le sacaron temprano ese día para justamente sacar una hora para el antiguo psicólogo donde antes asistía el chico. Y desde esa vez que asistió a la escuela, pasaron dos días en donde el menor trataba de acercarse a Jimin pero este le evitaba a toda costa. Es más, después de que fue al día siguiente, el más pequeño no dio signos de vida y al tercer día de la semana sí lo hizo. 

Dolió y una gran impotencia se hizo presente cuando vio como Jimin trataba de ocultar con torpeza aquel ojo morado que estaba poseyendo junto al labio roto. Parecía doler tanto y aunque el muchacho se relamiera los labios, hacia un gesto de molestia arrugando la nariz y frunciendo el ceño. Jungkook no sabía cómo sentirse, tal vez miserable por haber roto su promesa de cuidarle siempre, aunque no había sido su culpa.

Y justamente eso, no había sido su culpa pero Jimin no le hablaba. Solamente dejó su celular —que por poco y se olvida de la existencia de este al ver el estado del otro — sin mencionar nada. Se sentaban juntos por lo tanto era tan incómodo no hablarse. El menor habría mencionado alguna palabra pero en ese instante se sentía un cobarde cualquiera, además de que si no girará su vista hacía el muchacho, hasta podría decir que no estaban juntos porque ni siquiera se escuchaba el respirar de Jimin. Dolía tanto porque sentía que todo había vuelto a su comienzo y aunque tratara de ser positivo nada servía.

Jungkook se estaba perdiendo en sus propios pensamientos llenos de terror y quería salir de ahí. Salir y liberarse de todo un poco pero no irse sin estar tomando la mano de Jimin. Como desearía proteger al chico de todo mal y ni podía hacer eso.

Ahora todo era más complicado porque sus padres habían conseguido que cada semana obtuviera una hora con el psicólogo para hablar sobre los problemas que estaba teniendo. Pero él no tenía problemas, solamente quería proteger al chico que quería de todas esas mentiras. De verdad que amaría tomar su mano e irse a un lugar donde ninguno de los fueran molestados por palabras ajenas que solamente resonaban para herir a su pequeño. Desearía ahora mismo tocar el rostro de Jimin y decirle lo hermoso que era y que lo sentía tanto, aún cuando ni siquiera había sido a propósito y tampoco culpa. Quería hacerlo, repartir besos por todo el rostro de Jimin, admirando lo hermoso que era sin importar nada ni nadie. Se estaba ahogando él mismo en tantos querer pero solamente se mantenía mirando por el rabillo del ojo el comportamiento de Jimin.

Escribir, mirar al frente y tratar de tapar más su rostro con esa capucha que tenía esa enorme sudadera que traía. Por inercia su mirada fue a las pequeñas manos de Jimin que parecían las de un bebé. Y eso era. Para Jungkook, Jimin era su bebé.

Quería preguntarle quién fue e ir para darles su merecido pero otra falta más y se iría de esa escuela. Le daba igual que sus padres quisieran dar una vista agradable de lo que formaban en la pequeña familia que tenían, siempre, ambos mayores queriendo lucir perfectos a la vista de vecinos y gente que incluso veían en el mercado y que nunca más volverían a ver en la vida. Siempre queriendo dar una vista tan pulcra y que Jungkook estudiara ahí era algo gratificante para ambos progenitores ya que también podían sacar de tema hacía sus amigos, para prácticamente presumir. Y aunque en verdad antes fueron una verdadera y dulce familia, ahora no lo eran para nada.

Pero si actuaba de forma prepotente, le echarían. Y Jimin quedaría ahí sin irse, alrededor de personas que se aprovechaban y lo único que sabían fabricar hacía su lindo chico era el miedo. No quería eso, pero si iba y acusaba nuevamente el abuso, le dirían que estaba mal, como la otra vez. Le dolía la cabeza de tanto concentrarse sobre qué hacer. Estaban en clases de matemáticas y Jungkook juraba que sería mucho fácil el resolver esos ejercicios que el lío que tenía ahora. Miro a Park por unos segundos para comenzar a escribir con la mayor tranquilidad que le dejaban sus temblorosas manos. Quería hablar con Jimin, decirle que se fuera de ahí, preguntar como todo pasó y mucho más pero sentía que no sería algo apropiado acercarse a él luego de que se ignoraban lo que llevaban de clases.