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—¿Y le dijiste a tu madre?

Jimin frunció el ceño. Había pasado una semana desde que habían tenido ese tiempo de caridad en aquel lugar, donde se había quedado dormido sobre el menor para luego despertar y enterarse de que el chico también había caído en el sueño, aunque le causó demasiada ternura el que jamás dejará de abrazarle, siempre queriendo protegerlo y admiraba eso. También quería proteger al chico que tenía esa hermosa sonrisa que le hacía estallar en felicidad para cuando se la lograba dedicar. Pero no siempre podía hacer lo que quería y eso era deprimente pero cierto. 

—Aún no...—debería de decir que no pudo encontrar un buen momento para decirle a su madre con todos los problemas que ha tenido que tolerar mediante todo este tiempo. Podría decir que no ha encontrado el escenario perfecto para contarle todo a esa mujer que le dio la vida. Si le dijera eso a Jungkook, estaba seguro de que el chico le diría que entonces creará uno él mismo. Y claro que  debía hacerlo, pero no quería—. La noto muy estresada... —mintió.

—Debes decirle, recuerda que lo prometiste. 

—Dije que lo intentaría —chistó un poco, bajando su mirada y jugando con sus fríos dedos. Ahora mismo prefería tener su atención en el suelo en vez de estar mirando al otro, aunque no debía de pensar mucho para saber la expresión de molestia porque aún no cumplía su palabra. 

Era mucho mejor estarse ahogando en ese jugo que había comprado antes de entrar que aguantar tontas palabras que le habían soltado al entrar y es que claro, Jungkook ese día había llegado unos minutos tardes. Él sabía que no iba a faltar, si no que mañana. Usualmente cuando el chico faltaba, también lo hacía. Se quedaba rondando por el centro de la ciudad mientras que veía tiendas en donde todo era demasiado caro y no iba a poder obtener nada como eso, solamente estar ahí, probándose una que otra prenda. Se sacaría alguna foto pero eso le daba vergüenza hasta hacer unas muecas frente a la cámara  de su celular. Así que con mucha suerte pero aún así llenándose de pena, se fijaba en el espejo que había en los probadores. 

Ahora que ese pensamiento pasaba por su mente un poco tormentosa, el ir un día con ese chico a una cita, así podría conocerse mucho más y comprarle un regalo. Además, quería proponer de una buena vez que ambos sean algo más que amigos. Sus mejillas se encendieron y comenzó a toser mientras golpeaba un poco su pecho y sus ojos se colocaban lloroso porque el imaginar que fueran algo como novios, le emocionaba pero de igual se avergonzaba del tonto pensamiento que tuvo. Esperaba solamente que el chico quisiera ser su novio o algo así, porque puede que solamente no le gustaran esas cosas, todo era demasiado lindo con él y algo debía de salir. Lo sabía, era demasiado negativo. 

Y es que Jimin tenía las cosas claras en su vida, cuando todo iba bien, llegaban una ola de males que solamente le hacían llorar. Es lo que una vez le sucedió cuando era pequeño y en otras miles de ocasiones más en su vida. Pero eran así las cosas, aunque obviamente ha tenido momentos de felicidad, solemos darnos cuenta y prestar una mayor atención en aquellos recuerdos en donde algo nos va mal porque queramos o no, nos afecta más. 

—Entonces si no le dices...—le dio unas palmaditas en la espalda a Park, viendo como dejaba de toser y le daba las gracias en un pequeño susurro—. Nos dejaremos de ver después de clases. 

—¿Qué? —la pocas ganas que tenía de tomar su jugo y acabarlo antes de que debieran entrar al salón se le fuero tan rápido que una pequeña parte de él quiso tirar esa caja y quedar de brazos cruzados, al igual que se iba a una esquina y pensar en las cosas que hizo mal en su vida para merecer todo esto—. ¿Por qué?

—Porque necesito motivarte de alguna forma para que termines con todo esto —se había encogido de hombros tratando de parecer desinteresado pero era todo bastante contrario a al sentimiento que le estaba consumiendo ahora mismo. 

EX'S @kookmin.fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora