CAPÍTULO 7

551 52 5
                                    

 Aquella mañana fue un tanto extraña para Elizabeth. Algo dentro de ella parecía haber cambiado, algo tan pequeño que no era capaz de descifrar, pero sí de sentirlo. Dejó a Jensen durmiendo, descansando los golpes, y se robó las llaves de su coche para salir, mandándole un mensaje a Mel en el proceso.

Iba a aprovechar que Ethan estaba muy lejos para tomarse ciertas libertades. Estaba de buen humor, y era quizás por eso que ni siquiera se había molestado en tirar a la basura la pastilla que debía tomarse ese día. Simplemente puso el coche en marcha y pasó por la casa de su amiga a recogerla. Se sentía un poco más liberada, las ideas sonaban mejor en su cabeza, claras.

Cuando se detuvo frente a la casa de su amiga, tocó el claxon repetidas veces y esperó a que Mel saliera, sorprendida. Subió al coche aún con esa expresión de asombro y se giró hacia ella expectante.

—Explícame ahora mismo, qué significa esto.

Beth se encogió, de hombros, le dio al play esperando que Jensen tuviera un casette puesto y recibió satisfecha el inicio de una canción que desconocía. Sonriente, buscó las gafas de sol de Jensen que sabía guardaba en la guantera y se las colocó, poniendo en movimiento el vehículo.

—No lo sé —dijo, conduciendo sin rumbo— Pero hoy me siento bien, y no pienso atender a las llamadas de mi hermano. Así que dime, ¿A dónde vamos?

—No se que te has tomado hoy, pero tía, me gusta esta nueva Beth —se acomodó en el asiento y se puso sus gafas también— Vamos a la universidad privada que está a unas manzanas de la nuestra. Iba a ir antes de que me escribieras, Chris tiene un amigo ahí, creo que esta noche darán una fiesta o algo así.

—Bueno, pasemos un rato por ahí.

Definitivamente se sentía bien, movía la cabeza al ritmo de la música y tamborileaba con los dedos sobre el volante. Los dolores de cabeza y los mareos la habían dejado tranquila ese día, y lo estaba disfrutando. La canción se cortó y enseguida sonó la siguiente. Solo con la melodía inicial ella supo cuál era. Una sonrisa se le escapó de los labios.

—Esta canción es muy buena —comentó Melissa, subiendo el volumen— ¡Bob Seger es un clásico!

Night Move de Bob Seger sonaba en todo su esplendor. La canción le trajo recuerdos, Jensen solía ponerla cuando iban juntos en el coche, y la cantaban a todo pulmón. Intentó forzarse a recordar, pero su memoria siempre había sido una mierda y lo sentía, pues sabía que esa relación había sido digna de recordar.

Workin’ on our nights move —cantaron juntas— Tryin' to make some front page drive-in new.

Las letras de la canción le supieron dulces en la lengua, recordó los momentos de ambos juntos en el coche, cantando, comiendo, teniendo sexo. Se relamió los labios y sintió un calor extraño encenderse dentro de ella de nuevo cuando recordó cada segundo de aquellos encuentros.

Recordó como él la apretaba, la besaba y la tocaba, recordaba su sonrisa y su expresión de satisfacción. Todo le vino tan deprisa que se sintió sofocada, y el recuerdo se difuminó junto otros recuerdos que le nublaron la vista.
Había música, y muchas personas a su alrededor. Recordaba sus manos rodeándola y su boca en su oído. Las palabras sonaban muy lejos y a la vez muy cerca, sofocada por estruendos a lo lejos.

Te demostraré cuanto te amo —era la voz de Jensen, pero apenas podía verlo bien. El recuerdo le dio una punzada en la cabeza y cuando se quiso dar cuenta volvía a la realidad. Se había metido en el carril contrario, y Melissa gritaba su nombre asustada al ver un coche dirigirse hacia ellas a toda prisa.

Reaccionó a tiempo, dio un volantazo y esquivó el posible golpe a duras penas, ganándose los pitidos e insultos del otro conductor. Tuvo suerte de que la calle tampoco estaba demasiado transitada, pudiendo así detenerse en seco a un lado.

Night Moves | Jensen AcklesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora