CAPÍTULO 15.

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—Así que has vuelto con Jensen —Mel se inclinó hacia delante sobre la mesa de la cafetería para mirar el teléfono de Beth, el chat con Jensen estaba abierto, su último mensaje era bastante importante—. ¿Cuándo habéis arreglado las cosas?

Ella apagó el teléfono y llevó la pajita del batido a sus labios. Se encogió de hombros.

—Hace unos días.

Estaba exhausta, nunca se había imaginado que todas esas horas fingiendo ser la Beth medicada fuesen a cansarla tanto. Ethan era el que más insistía en pasar tiempo con ella, y a pesar de que él sabía que ya no se medicaba, era preferible que la viera sumisa y tranquila. Su plan estaba a unas horas de llegar al clímax que tanto anhelaba, así que todo lo que quería era terminar de una vez, no fingir ser quien no era.

Así que estaba siendo más sincera de lo normal con Melissa, a pesar de que había sido su excusa perfecta para alejarse de su hermano. La cafetería y los monólogos de Melissa le daban, por lo general, el suficiente tiempo como para no tener que actuar.

—¿Eso es todo lo que vas a decirme? —la chica la miró totalmente disgustada. Esa era la parte mala, cuando descubría un chisme que realmente le interesara. Se cruzó de brazos—. La última vez que supe algo sobre él no querías ni verlo en pintura. Así que ya estás contándome cómo os habéis arreglado. Era mi caballo ganador después de todo.

—Hicimos las pases, tendrás que conformarte con eso —respondió Beth en un tono neutro—. ¿Por qué no me cuentas qué es lo que tienes planeado con Chris para el fin de semana?

—¿Estás intentando distraer mi atención haciendo que hable de mi? —miró a Beth con una ceja alzada, cuando la chica no respondió Mel simplemente sonrió encanada—. ¡Pues te ha funcionado! Verás, se muy poco de los planes que tiene, sabes que le gusta darme sorpresas, pero creo firmemente que su plan tiene que ver con las montañas nevadas, ya sabes que faltan solo días para que empiece a nevar y....

Elizabeth desconectó su cerebro casi al instante. No le importaba sus dichosos planes, ella tenía otros de los que preocuparse. Como por ejemplo, ese encuentro que tenía preparado para la noche. Gracias a la ayuda de Jensen, sabría donde encontrarse con el pequeño Cooper, pues llevaba siguiéndolo desde el día anterior.

Una sonrisa se le escapó al pensar en lo adorablemente devoto que se mostraba Jensen a ella. Solo le bastaba un par de besos para tenerlo nuevamente complaciendo sus deseos. Tenía que admitir que podía acostumbrarse a él, a su devoción y su obsesión por ella. ¿A qué chica no le agradaba que un hombre como él se obsesionara con ella?

Bueno, si era sincera seguramente a ninguna chica normal. Y tampoco se lo merecían, no se merecían a un chico capaz de matar por ellas porque, ¿Que darían ellas a cambio? Beth se lamió los labios solo de pensar todo lo que ella misma podría hacer. Melissa seguía tan concentrada en su monólogo que ni siquiera notó que ella había perdido la atención.

Su cabeza estaba volando sobre ideas de futuro interesantes e imposibles cuando una  persona se acercó a su mesa. Había sido tan silencioso que ni siquiera Beth se había percatado hasta que lo tuvo a su lado. Sus ojos se alzaron de la mesa, donde llevaban fijos durante minutos ya, y se centraron en el hombre que las observaba.

Llevaba un traje negro con una corbata azul marino, adornada con un broche dorado. Era sumamente alto, y bajo el traje se intuía un cuerpo musculoso. Beth se centró en su rostro más tiempo que en el resto de su cuerpo, en esos ojos tan conocidos, en sus rasgos atractivos incluso a su edad.

—Eh...¿Hola? ¿Podemos ayudarle en algo, señor? —preguntó Melissa poco contenta. El hombre no la miraba a ella, tenía sus ojos clavados en Beth. Cuando habló, el tono de su voz era tan liso como el de ella, pero mucho más imponente.

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⏰ Última actualización: Sep 23 ⏰

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