Capítulo 12: Sasuke-kun...

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**ADVERTENCIA: LEMMON**


Hacia un viento escandaloso afuera, la ventana de Sakura se abrió bruscamente sacándola de sus pensamientos, se fijó en las ramas de los árboles, eran tan oscuros. Todo comenzaba a existir sin sentido en su vida. Tenía que hacerlo, talvez así podía ser feliz. Que estúpido... matar a la persona que de verdad amas, para ser feliz. Pero lo iba hacer. Talvez para eso seguía viva.
Salió de la habitación, tenía una bata blanca que parecía ser de una paciente de hospital, descalza y con el pelo suelto, los ojos hinchados y las mejillas sonrosadas, la mayor parte de su cuerpo vendado, aunque sus heridas ya habían sanado en su mayoría. Caminaba cuidadosamente, mientras sentía su mente desvanecerse por lo que iba hacer, bien sabía que ya era más de media noche, y que de seguro él, estaría durmiendo. Sería la primera vez que entre a su habitación y la última vez que lo vea con vida.
Se vio enfrente de una puerta, café con bordes negros. Puso su mano en la cerradura y cuidadosamente la abrió, entró rápido para que cierta luz y la poca que había, no entrara en el cuarto de él y no lo despierte.
− Sasuke.... − susurró muy despacio y a la vez muy bajo para que no oyera nada. Agarró con fuerza y rabia su Kunai en la mano derecha y caminó hacia la cama, notando que él estaba en ella.
Estaba dormido con su cabello azunegro esparcido por la almohada, la sabana a duras penas le tapaba de la cintura para abajo, el pecho lo tenía desnudo. Dormía como un niño, quien podía creer que Sasuke Uchiha tenía es cara tan dulce al dormir, y ser tan animal cuando despierta. Sakura lo vio por un momento, y pensamientos se cruzaron por su mente, de seguro de cría se hubiera lanzado a él y le hubiera besado. Pero no, él había arruinado su vida, por su culpa casi muere Ino y ella misma. Trató de matar a Naruto y sus amigos, a Neji y los demás....
El Uchiha respiraba agitado, como si tuviera una pesadilla, mientras su rostro estaba de lado en la almohada, y su perfecto cuerpo mostrándose....
No podía perder tiempo, se acercó a la cama y subió en encima del chico, quedando ella sobre él y sus dos rodillas sobre la cama, a ambos lados del Uchiha, vio por un momento el rostro de él, percatándose de que no se había despertado. Con sumo cuidado y con las dos manos, puso el kunai a la altura del cuello de él. Empujó un poco el Kunai, si no iba hacerlo ahora nunca lo haría. Su mano izquierda comenzó a temblar, tenía miedo, miedo de matarlo. Sin darse cuenta sintió una filosa espada a la altura de su cuello. Bajó los ojos para encontrarse con la katana de Sasuke a punto de degollarla.

¡En que momento! Pensó la pelirosa. Se dio cuenta que los dos estaban apuntando los cuellos, Sasuke tenía los ojos abiertos e indiferentes como siempre, fijos hacia los jades de Sakura.

− ¿Me mataras? − preguntó el moreno. Sin menor importancia.
− Sasuke no me importa morir. − Sakura empujó más el Kunai contra el cuello de él. Se sorprendió cuando vio como el Uchiha retiraba su katana del cuello de ella. Y sin desviar su mirada hacia la pelirosa con la mano derecha dejó la Katana a un lado de la cama.
− A mí tampoco − respondió, Sakura estalló en confusión, sus ojos buscaban respuestas en los ojos azabaches, sin embargo, no sabía que decir o que hacer, Tan fácil se había rendido, entonces ese era el momento indicado para matarlo. Terminar con esto de una buena vez. Empujó más el Kunai, haciendo que la punta se clavara en la blanca piel y una gota de sangre se resbalo por el filoso metal. Él no se movía, miraba fríamente a Sakura, dejándola proseguir, como si lo que acababa de hacer fuese nada para él.
Sakura tragó saliva y temblaba, estando sobre él, de seguro es que se dio cuenta del nerviosismo de la pelirosa, en menos de un segundo, Sasuke se giró llevándola a ella debajo, Sakura aun tenía el Kunai contra el cuello del moreno, sin embargo, ahora era ella quien estaba abajo y él encima, no sabía cómo le había hecho, pero era muy rápido.
− ¿Por qué no me matas? ¿A eso viniste no es cierto? − las preguntas de él, eran difíciles de responder para ella, se seguían mirando, pero la mirada de la pelirosa estaba débil, sentía que se iba a desmayar, sabía perfectamente que con solo un movimiento con el Kunai podía degollar a Sasuke y acabar con su vida, pero el Kunai seguía allí, firme, presionando el cuello blanco del moreno. La gota de sangre había resbalado por el pecho y llevando su recorrido por los perfectos y bien formados pectorales.
− Mátame − el chico parecía ordenar aquello, pero ella no podía, no podía matarlo. − Si tu no me matas...yo... −
− ¡Mátame entonces! − gritó ella irritada por estar en esa tan difícil situación, por primera vez Sasuke parecía estar sorprendido − ¿Eso quieres verdad? Mátame, no me interesa, mi vida igual no tiene sentido. ¿¡PORQUE DIABLOS VOLVISTE!? No deberías volver, deberías quedarte en donde estabas, aquí solo provocas dolor. Solo... −
Sakura se detuvo, la mano derecha del chico acaricio tiernamente la mejilla de ella, aquel gesto le sorprendió mucho. Parecía que por primera vez Uchiha Sasuke se había sentido un poco mal.
− Sakura − susurra tiernamente antes de besarla. El Kunai baja a la altura con la que el chico se va acercando al rostro de ella.
− ¿Que...que haces? − ella se pone nerviosa, pero para no cortarle simplemente baja el Kunai al ritmo en el que se acerca.
Roza sus sedosos labios con los rosas de ella. Sakura abre la boca lentamente, esperando que todo eso no fuera un simple juego. Como siempre.
– Ulm − se escucha un suspiro y Sakura se alarma al descubrir que fue ella quien lo produjo. Aparta el Kunai con cuidado para no hacerle daño al Uchiha y lo deja caer al suelo, la mano derecha de la chica juego con el pelo del moreno mientras la izquierda lo agarra por la nuca. El beso se vuelve más acalorado y apasionante. Pero Sakura reacciona y con ambas manos empuja el pecho del chico tratando de separarse. Él abre los ojos y tiernamente separa sus labios de los de ella.
− Sasuke...no me hagas esto − murmura ella, separándose, pero el cuerpo del moreno no se mueve, sus dos manos rodean el cuerpo de ella mientras las piernas la aprisionan. − por favor − pidió suplicante, sabía muy bien que esto iba a salirse de control.
− ¿A qué viniste? − el chico recuperó su tono frio para preguntar aquello.
− Yo...−
− Sakura... ¿Me quieres? − le pregunta dejo boquiabierta a la pelirosa, que rápidamente se giró clavando su mirada a un lado para no responder.
− ... −
Él tomo su barbilla con sumo cuidado para no hacerle daño, lo que parece muy raro en él, y la giró nuevamente para clavarle los ojos azabaches.
− ¿Me tienes miedo? −
− No − respondió automáticamente.
− ¿Entonces? −
− Yo... −
− Quédate...quédate aquí −
− ¿Qué? − preguntó Sakura, esto le parecía muy raro.
− Te pido que te quedes. −
− No −
− Entonces... −
− ¿Por qué me pides eso? − ella no dejo terminar al chico.
− Porque quiero. −
− Ese no es un buen motivo −
− Lo es. −
− Deja de ser tan irritante. − La chica trato de pararse, pero nuevamente el cuerpo de él permanecía allí, sin dejarle levantarse de la cama.
− ¡Tú eres la irritante! Vienes con ganas de matarme, y ahora me besas. −
− ¿Que? ¿Besarte? Tú eres el que me beso. Y ahora me quieres violar. −
− No pensaba violarte. A menos a que me lo pidieras. −
− Que gracioso −
− Realista − corrigió el Uchiha.
− ¡Tú me besaste! −
− Y tú me correspondiste −
− ¿Y que querías que haga? Si me estas aprisionando aquí. −
− ¿Si me levanto te iras? −
− Si lo haré. ¡Me quiero ir! −
− Pero yo no quiero que te vayas − Sakura nuevamente abrió sus ojos sorprendidos, el Uchiha parecía un niño que no quería dejar de jugar, los dos peleaban como dos pequeños niños. Por un juguete.
Sakura notó que la herida que le había hecho con el Kunai seguía soltando una que otra gota de sangre, que cayó en su bata blanca, saliendo de la conversación, con cuidado acercó sus labios al cuello del moreno y besó aquella diminuta herida. Él tan solo se limitó a abrazarla, por primera vez, se sentía bien, bien a lado de una mujer, su calidez, sus caricias, distantes y a la vez tan cercanas y dulces. Sus ojos se clavaron en la cabellera de ella.
− ¿Por qué me aguantas? − preguntó Sasuke mirando a un lado de su habitación.
− No te aguanto. Te odio. −
− hmp − sonrió, con su típica superioridad, el comentario le había hecho gracia.
Con una mano acarició el pelo rosado y con la otra elevó la barbilla para nuevamente aprisionar los labios de ella con un suave beso.
− Sakura... − susurró el chico, antes de comenzar su recorrido con la mano derecha, bajó hasta el final de la bata, y comenzó a subir su mano lentamente debajo de aquella vestimenta. La pelirosa se mantuvo besándolo en silencio, mientras sentía su suave mano recorrer su pierna.
− Sakura... ¿te gusta que te toque? − preguntó el moreno, deslizando su mano suavemente sobre la pierna de ella.
− ... − ella no decía nada, no quería aceptarlo.
− ¿Aquí? − preguntó nuevamente cambiando el recorrido ahora metiendo su mano en la entre pierna y provocando en ella un gemido de placer, el rostro del Uchiha mostró excitación − Y ¿aquí? − sacó su mano de la bata para luego acariciar uno de los senos de la chica, sobre la ropa. Los ágiles dedos comenzaron a masajear uno de los pezones. Ella ahoga un grito placentero, sintiéndose como una niña mimada. Se apega al chico como para no dejarlo ir jamás. Aquella reacción hace que el moreno se sienta mejor y prosiga.
La pelirosa se siente rara, su vientre está a punto de explotar por miles de sensaciones que guarda. Mientras que se aferra a Sasuke, temiendo perderlo, respira agitada, preparándose para lo que viene más adelante.
Sasuke ve placenteramente como logró ese estado en ella. Completamente indefensa, sumisa ante sus instintos, Sin negar nada. Cuanto quería dejarla allí y hacerse la burla, en manera de venganza, después de todo ese era el plan, pero ahora en la necesitaba, le costaba decirlo, pero quería tenerla para él, solo para él. Pobre del hombre que la tocara, porque desde ese día ella le pertenecería para siempre. Le sacó la bata con sumo cuidado y admiró con ojos excitados el cuerpo de la pelirosa, perfectos y bien formados senos, hermosas curvas que daban mucho que pensar...tanto atributos que de niño nunca había notado. Ella cerraba sus ojos aferrada al cuerpo de Sasuke. Y el chico bajó su rostro hasta quedar delante de uno de los senos, con una mano masajeaba mientras que con la boca besaba el otro. Su lengua jugaba con el pezón de la chica, mientras ella comenzaba a gemir, ya no lo aguantaba, estaba disfrutando ese momento, ese instante. No quería recordar nada, ni pensar en nada...
Los gemidos de ella eran música para los oídos de Sasuke que proseguía con su maniobra, mientras su otra mano acariciaba la entre pierna de la pelirosa.
Cada caricia comienza a quemarla, sabe perfectamente que esto acabara...en otra cosa.
− Sasu...Sasuke-kun − Al fin lo que tanto tiempo no había escuchado, ese Sasuke-kun que había extrañado tanto, el moreno sonrió, de manera alegre al escucharla exclamar aquellas palabras.
Sasuke sube su rostro para encontrarse con los labios hinchados y rosas de ella. Nuevamente la besa. Mientras que su mano sigue masajeado uno de los pezones y la otra está acariciando la entre pierna. Se separa de ella y la mira a los ojos, la chica los abre ya que le alarma que de la nada el moreno haya parado. La mirada del Uchiha no demostraban la misma indiferencia y frialdad de siempre, sino que ahora los tenia melancólicos, ojos tristes, llenos de frustración consigo mismo. Bien sabía que toda esa relación no iba acabar bien, que había regresado por otro motivo y no para entablar algún romance. Sin embargo, se le hacia la idea de llevársela lejos, de llevársela consigo y hacerla su esposa. Era tan linda y a la vez había mejorado bastante en su habilidad. Pero seguía teniendo esa ternura e inocencia que le caracterizaba.
− Sakura...te quiero − Dijo él, y fijó su mirada a otro lado, para no encontrarse con los ojos sorprendidos de Sakura.
− Sasuke... − Sakura abrió los ojos como platos, mientras asimilaba lo que acababa de escuchar.
Sasuke quería decir algo, pero Sakura fue la que lo beso, mientras lo rodeaba con sus brazos. Sus mejillas estaban sonrosadas y por algún motivo estaba muy feliz.

La vuelta del UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora