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Ahora mismo me encuentro cara a cara ante él. No sé cómo, ni cuánto tiempo llevaba esperando. Pero estaba dentro de mi departamento, sentado en el sofá, con sus brazos y piernas cruzadas. Me quedé quieto, como si estuviera hecho de piedra observándolo. ¿Debería correr? ¿Debería enfrentarlo? ¿Qué debería hacer? Compartir habitación con ese sujeto sabiendo que entró cuando la única puerta estaba cerrada con llave es porque algo realmente peligroso va a pasar.

Jooheon se puso de pie y caminó lentamente hacia a mí, como un predador que acorraló a su presa. El miedo se apoderó de mi ser y no supe qué hacer. Su mirada era tan dura y se lo veía tan furioso que parecía que si lo mirabas con atención a sus ojos, podrías ver el rojo del fuego reflejado en ellos. Solamente hizo falta un suspiro para que los pelos se me pongan de punta y ya no sepa cuál iba a ser mi destino.

—Voy a contarte una pequeña historia.—habló. Su voz sonaba ronca y su cara seria no ayudaba en nada.— Es de una pequeña zorra, una hermosa criatura que era libre. Por desgracia, ella siguió a un zorro que la había enamorado y llegó a parar con un hombre que la mantuvo prisionera por mucho tiempo. Ese hombre era malo, solamente quería a la zorra para usarla en su circo, al igual que al zorro del cuál ella estaba enamorada. Pero, al darse cuenta de que la zorra le era inútil, el hombre la mató. 

Por mucho que buscara en mi mente, no encontraba palabra alguna para hablarle. Era como si el gato me hubiera comido la lengua, literalmente. 

—Claro, contada desde esa perspectiva el hombre es un hijo de puta.—agregó Jooheon.—Bueno, contada desde cualquier perspectiva el hombre es un hijo de puta. Pero aquel hombre quería tener el circo perfecto para lograr su objetivo: sacar adelante a su única familia, quién era su esposa. Aunque eso lo llevó a la codicia, haciendo que su mujer lo dejara para siempre, el hombre le echó la culpa al zorro que está encerrado en una jaula, ahora también quiere matarlo. ¿Pero por qué era la culpa del zorro? El animal fue quién poco a poco lo fue llevando a donde menos quería, junto con esa zorra. Ellos dos querían ser libres, pero no podían serlo. Entonces, una tranquila noche, el hombre aprovechó para deshacerse de aquel odioso bicho que lo estaba llevando a la perdición. 

—¿Q-qué haces aquí?—logré articular, tartamudeando por los nervios y el miedo.

—Estoy tratando de avisarte en dónde estás parado, Minhyuk. No querrás acabar como esa zorra.—dijo, luego sonrió.—Aunque, bueno... la zorra eres tú, no puedes cambiarle el final a una historia que ya está escrita.

El peor error que cometí en ese momento fue intentar golpearlo, porque él me tomó del brazo, haciéndome una llave y apoyándome contra la pared. Sentí su duro miembro entre mis nalgas y cómo poco a poco iba bajando mis pantalones. No podía resistirme, no me quejé ni hice nada para evitar que hiciera cualquier cosa con mi cuerpo por el mero hecho de que ya lo hizo varias veces.

Pasó una de sus manos por mi cintura hasta llegar a mi miembro. Lo tomó, moviendo la extremidad de arriba hacia abajo. Cerré los ojos con fuerza cuando sentí su dedo en mi entrada, fue ahí cuando me di vuelta con fuerza, haciendo que Jooheon me soltara. Eso sólo hizo que él se riera de mí.

—¿Qué pasa, Minhyuk?—preguntó burlón.—¿Acaso ahora quieres arrestarme?

No respondí a su pregunta, solo me subí los pantalones que estaban en el suelo y tomé la lámpara que había en una mesa de luz para elevarla e intentar amenazar a Jooheon.

—Vete de mi casa.—dije entre dientes. Me sentía como un caballero enfrentándose al dragón que podría quitarle la vida con tan solo un soplido.

—Sabes que no puedes enfrentarte a mí.—rió.—Eres tan débil e inútil como una estúpida zorra.

—¡Vete de mi casa de una puta vez!—grité tirándole la lámpara. Jooheon sólo la esquivo, haciendo que esta chocara contra la pared y se rompiera en pequeños fragmentos de porcelana. 

Obviamente lo que quería era que se vaya y me dejara solo, pero nada más empeoré las cosas. Jooheon me tomó del cuello, acorralándome nuevamente contra la pared. 

—Escúchame bien, estúpido.—escupió con sarna.—Sé muy bien lo que tramas y te juro que si me llego a enterar de cualquier cosa, te mataré a ti, a Kihyun y al idiota de tu primo. ¿Es eso lo que quieres?

—¿Entonces por qué no me matas ahora?—reí. No tenía sentido, si ya lo sabía, ¿por qué no simplemente me mataba y ya?

—Porque por el momento no me quiero preocupar por tu usado trasero.—respondió.—Así que más te vale mantenerte lejos de cualquier cosa. No intentes nada si no quieres que llueva sangre.

Y sin decir una sola palabra más, me soltó para seguidamente marcharse y dejarme solo al fin. 

Cuando vi que la puerta se cerró, me dejé caer en el suelo, suspirando y quitando toda esa tensión de mi cuerpo, de paso, algunas lágrimas que sin darme estaban siendo acumuladas en mis ojos. 

Ahora que Jooheon sabía todo, era como si mis esperanzas de intentar volver las cosas a la normalidad hubieran desaparecido totalmente del mundo. Quizás fue por la culpa de Hyunwoo de que se haya enterado, lo cual era más que obvio. Hoseok me lo había dicho, que había metido la pata. A lo mejor era esto. Ve a saber qué fue lo que hizo, si hablar de eso delante de Jooheon, decirle directamente, o yo qué mierda sé. Hay tantas posibilidades, tantas cosas que pudieron haber pasado para que Lee se haya enterado de nuestro plan.

La pregunta es: ¿a qué niveles puede llegar Jooheon ahora? Muchas cosas entran en juego, incluso muchas vidas. No solo la mía, la de Kihyun y la de mi primo, quizás haya mucho más. Aunque no creo que tanto, casi no tenemos a nadie. 

Por suerte, aún queda algo por hacer. No todo está perdido.

No voy a dejar que un simple temor me maneje. Quizás Jooheon sepa algo, pero no todo. Cualquier cosa puede ser posible.

Justo en ese momento, mi móvil sonó y rebusqué en el suelo y mi ropa hasta encontrarlo. Atendí, y la voz de Hyunwoo sonó desde el otro lado. Se oía desesperado y hablaba tan rápido que no lograba entenderle muy bien lo que decía.

—Por dios, habla despacio.—lo interrumpí sin humor alguno. Me puse de pie y caminé a la cocina para buscar un vaso de agua y calmarme un poco. Aún tenía una mezcla rara de emociones, estaba muy alterado. Mi corazón seguía latiendo y necesitaba urgente algo en qué distraerme. 

—Santo cielo, no sé qué hacer, Minhyuk ayúdame.—siseó entre llantos.—Jooheon se enteró de...

—Lo sé.—lo corté.—Estuvo aquí hace un rato.

—¿Te hizo algo?

—No, pero amenazó con que si hacíamos algo de lo planeado, habría lluvia de sangre.—respondí antes de darle un sorbo al vaso que anteriormente había llenado de agua. Bueno, en realidad intentó hacerme algo, pero no iba a entrar en detalles.

—Dios, esto es mi culpa.—suspiró.

Sí, sí lo era. No iba a discutir por algo así, pero tampoco iba a afirmarle. 

—¿Qué tanto sabe?—pregunté.

—Sólo sé que sabe que intentaremos entregarlo.

Sonreí.

Eso quería decir que aún podíamos salvarnos, que no sabía la parte de Kihyun y que estaremos jugando desde las sombras.

Ahora solo falta alejar a Jooheon de todo esto, hacer que se centre en otra cosa y trabajar con mucho más cuidado. Sabía que este no era el fin, las cosas no acabarían mal. O eso era lo que al menos quería creer.

Al día siguiente, Hoseok apareció por mi casa para contarme que Kihyun se negó a estar con nosotros, que todo terminó en gritos de su parte e insultos que salían de su boca sin parar. Mayormente dirigidos hacia mí. Cuando Hoseok me decía las palabras exactas que había utilizado, las sentía como alfileres que se iban clavando en cada parte de mi cuerpo. Y dolía muchísimo. Luego de eso, le conté lo de Jooheon e hicimos un intento fallido de pensar algo nuevo para salir de todo esto.

Pero no pudimos pensar nada.

Necesitábamos sí o sí a Kihyun en esto.

Ahora, ¿cómo logramos hacer que salga y esté con nosotros?

  ~♡~  

Hoy se viene un Hyungkyun. Nada, eso ah.

Fighter ll: All for you. [KiMin] [Monsta X]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora