Lucas
Hace unos minutos estaba parado en recepción, cuando escuche a una enfermera hablando por teléfono, no estoy muy seguro de que estaba hablando pero en este momento pienso que nunca debí escuchar lo que escuche.
Estoy corriendo por los pasillos del hospital local, huyo del cuerpo de seguridad y estoy realmente confundido, no entiendo qué tiene que ver lo que acabo de escuchar con mi mamá o conmigo y porque se supone que no debería saberlo, de hecho, ¿qué es exactamente lo que no debo saber? no me parece haber oído nada importante:
-... Es importante señorita, necesito hablar con el secretario de salud urgentemente... entiendo que es un hombre muy ocupado, pero es urgente... está bien, puede decirle que aquí en el hospital local hay una alerta violeta y que por favor llame lo más pronto posi...
- ¿Qué oíste chico? - pregunto ella algo nerviosa después de colgar rápidamente el teléfono.
- Nada, lo juro, no escuche nada, solo oí que nombraban a mi mamá y creí que era importante, pero no he escuchado nada más.
- ¿Eres el hijo de la paciente Beatriz? - preguntó algo incrédula y maliciosa.
- Si - dije con un poco de duda, me arrepentí inmediatamente al darme cuenta que la enfermera levantaba en teléfono y llamaba a seguridad.
En este momento me encuentro escondido detrás de una máquina expendedora, tengo la respiración muy agitada y me duele el costado, tengo que calmarme o me van a encontrar, me voy a meter en graves problemas y eso es lo último que necesita mi mamá en este momento.
Revise a ambos lados, no hay moros en la costa, me levanté y fui directo al cuarto donde está mi mamá. Ya iba llegando cuando sentí que me tomaron por la cintura un para de manos fuertes que me llevaban hacia atrás mientras otro par de manos cubren mi boca, por más que grito no sirve de nada pues ningún ruido logra salir de mi boca, aquellos que presencian la escena simplemente lo ignoran. Ignoran el hecho de que dos guardias de seguridad se llevan a un joven de 19 años a la fuerza fuera del hospital sin razón alguna o al menos eso parece desde mi punto de vista.
Al menos mi mamá sigue dormida en el hospital y nunca se va a enterar de la atrocidad que acaba de pasar.
Lo último que recuerdo antes de perder la conciencia es que esos dos gorilas me metieron en la parte de atrás de una furgoneta, donde otros dos hombres amarraron mis manos, cubrieron mi boca y me inyectaron un sedante que no logre identificar.
Ahora me encuentro en una habitación oscura, tirado en el suelo, contra una pared se encuentra una cama sencilla. como la de una prisión; en el cuarto solo me encuentro yo, aun atado y con la boca tapada, se siente frío en la habitación y el hecho de que la habitación sea de concreto no ayuda mucho.
No he parado de llorar desde que desperté, temo que nadie nunca me pueda encontrar.
Que alguien me explique lo que acaba de pasar.
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Historias rodantes
Ficção AdolescenteAhora estamos juntos pero cuando todo esto empezó solo eramos historias rodantes ... Estamos juntos en esto, por lo que pasamos, por lo que sufrimos, por lo que sabemos, por esta lucha que decidimos empezar juntos. Pasamos de ser historias rodan...