AMAR o MORIR [Completa]

Capítulo 9.- Ojo por Ojo

Si eres sensible de corazón... ¡NO LO LEAS!

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Kurapika ha visto el rostro sollozante de Kuroro, inmóvil y suplicante en el fondo, trayéndole a la mente el recuerdo de aquella noche, la noche que decidió acabar de una vez por todas con el Gennei Ryodan...

él solo

Una noche que Kuroro no olvidaría nunca, así como Kurapika no olvidará lo que vivió al saber que todo aquello que conocía y amaba de niño había sido destruido.

No tengo un lugar al cual volver, no habrá nadie que me reciba con los brazos abiertos al regresar a casa. Por lo tanto, es justo que tú también sepas lo que significa estar completamente solo.

Estaba rodeado...

No tenía escapatoria en medio de ese desierto frío y obscuro, iba manejando rumbo a la ciudad trasladando los ojos escarlata que tenía en su poder, pero su viaje se vio obstruido por aquellos seres que buscaban acabar con su vida y desaparecerlo de la existencia. Querían extinguir su raza y él no lo iba a permitir.

— Demechan, absorbe toda la gasolina del auto — acto seguido, el combustible fue arrebatado rápidamente por aquella aspiradora, el auto dejó de avanzar y Kurapika se desprendió el cinturón de seguridad, varias sombras se encontraban a su alrededor, la mosca llegó a la telaraña.

El techo del auto fue partido por la espada del samurái de cabello largo, entonces Kurapika abrió la puerta y se lanzó al suelo antes de que un golpe destrozara los vidrios de las ventanas, Phinks refinó su puño para lograrlo. Lograron hacerlo salir para matarlo.

Machi lo rodeó con sus hilos, Kurapika saltó impulsandose a gran altura y materializó sus cadenas para defenderse, en el aire fue alcanzado por Franklin, quien lo abrazó por la espalda y lo mantuvo quieto el suficiente tiempo para que Bonolevov lo golpeara en el rostro y el estómago varias veces, sentía como si cada golpe fuera una caricia bruta. Durante un descuido, Kurapika ya tenía a Bonolevov y a Franklin encadenados e inmóviles en el suelo, había escupido algo de sangre por los golpes, pero nada demasiado grave para él.

— Si uno de ustedes hace un movimiento, ambos morirán— entonces el resto de la brigada se mantuvo quieta, pero cuando menos se dio cuenta, su brazo fue casi cercenado por Feitan, quien no se contuvo ni un instante y su velocidad le permitió acercarse lo suficiente sin temor alguno.

Kurapika soltó a sus prisioneros y se protegió huyendo lejos de ellos, le era difícil manejar las cadenas con el brazo a punto de desprenderse de su cuerpo, el dolor era demasiado insoportable, pero la rabia disminuía la importancia de la grave herida, aunque era perseguido por su rastro de sangre, logró utilizar su cadena de curación a tiempo, justo cuando Feitan, el mas rápido del grupo, ya lo tenía de nuevo contra el suelo y la punta de su espada entraba lentamente en el estómago del Kuruta. Los ojos rojos miraron a Feitan exclamando odio y sed de sangre.

— Este será tu fin, saludame a tus padres — dijo el pelinegro para después incrustar su espada sin piedad, pero fue detenido en el momento, no podía moverse, ninguno de sus músculos le respondía. Kurapika lo encadenó y aprisionó sin escape.

— No lo repetiré otra vez, si dan un paso más, le clavaré la espada sin juicio y lo destruiré inmediatamente, no tengo miedo a morir mientras ustedes me acompañen al infierno — ellos sabían que hablaba enserio, no había por donde atacarlo, estaba alerta a cada movimiento de los demás, Feitan estaba en estado de Zetzu, inmóvil a su lado.