Capitulo nueve –– “Esto es horrible. ”
...
–– Hey nena, no me esta gustando tu forma de comportarte conmigo –– Hizo una mueca.
–– Eso no me importa. Ahora suéltame si no gritare.
–– ¿a quien? Sabes que nadie puede escucharte, bebé.
–– Agh –– Puse los ojos en blanco.
–– Te ves tan sensual cuando pones los ojos en blanco –– Rió
Me soltó.
–– Oye, ¿Traerás una chica esta noche?
El asintió.
–– ¿Puedo preguntar algo?
–– Ya lo hiciste.
–– Otra cosa.
–– No.
–– Cuando no las traes a casa, ¿ah donde las llevas?
–– A una bodega abandonada.
–– ¿Es cómoda?
–– Para mi si –– Encogió hombros.
–– ¿Gritan mucho?
–– Me pediste una pregunta, esas son dos.
–– Responde, ¿si? –– Lo mire tierna.
–– Si, es el caso. Me encanta que griten.
–– ¿Por qué?
–– Van tres.
–– Solo responde.
–– No lo sé. Me hace sentir bien. Entre más griten se que más grande es su dolor.. Y eso me fascina.
Oh por Dios, maldito..
–– ¿Escojas chicas de que edad?
–– De catorce, quince.. Y aveces de dieciséis.
–– Entonces, ¿Por qué yo?
–– Si no mal recuerdo no te eh violado, ni matado.
Madre mía, es tan cínico. Como si violar fuera la cosa más natural del mundo y no hablemos de asesinar.
–– Es claro que no. Pero, ¿Por que me trajiste aquí si no tengo ni catorce, ni quince y muchos menos dieciséis?
–– Eso no te lo responderé.
–– De acuerdo.
Solo era por ahora el de acuerdo. Después le sacaría toda la información.
–– ¿Por qué escoges chicas de esas edades?
–– Eso tampoco lo responderé, nena. Nunca me lo preguntes.
–– ¿Por qué?
–– Me molesta. ¿Quieres acompañarme?
–– ¿ah donde?
Ahora estaba tan bipolar de nuevo, esta siendo amable.
–– Por la próxima victima.
–– No.
De tan solo pensarlo me daba terror.
Pedofilo.
Claro que quieres ir. Hablo mi subconsciente.
Tenia razón.
–– ¿Segura?