M A R A T O N
Capitulo dieciséis—
...
—Dime que te ocurre.
—Vete —Apretó los puños.
—¡No hasta que me digas que te pasa!
—Dime; ¿ah ti que te pasa? ¿Acaso no me tienes miedo?
—¿Cómo no tenerte miedo? siempre estas molesto, siempre me gritas, has llegado al limite de golpearme, me hiciste estar presente en la muerte de mi mejor amiga, me hiciste cómplice desde la muerte de Hailey, siempre haces que tiremos cuerpos al vació. Habla Bieber, ¿de verdad me estas preguntando si te tengo miedo? Miedo es poco, te tengo terror, entro en pánico siempre que estas así. Pero aun así vengo a hacerte compañía por que me importas, aun sabiendo que tal ves no salga viva.
El se quedo callado.
—Avísame cuando tengas ganas de hablar —Salí de la habitación, no sin antes tomar mi vaso de leche y dos galletas. Las demás se las deje a él.
Tenía tanta razón.
El se portaba como un ogro cuando ella lo único que pretendía hacer era llevarse bien con él.
Justin Respiro muchas veces, hondo, para que así pudiese pasar ese enojo. Volteo y ahí estaban las galletas con olor exquisito. Se mordió el labio.
¿Hace cuanto no comía galletas? ¿cinco años? ¿seis? se veían tentadoras.
Volteo hacia todos lados. Se puso se pie, tomo una galleta y la metió a su boca.
Eran malditamente buenas. Luego tomo otra prometiendo que era la ultima. Pero no, después otra, bebió la leche
Digamos que quince minutos después no habia más que migajas en el plato y nada de leche en el vaso. Se castigo a si mismo haciendo cien lagartijas.
Ahora ya estaba calmado, relajado, podría hablar con ella sin explotar.
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Mientras tanto _______ permanecía en su habitación viéndose en el espejo haciendo caras raras y riéndose de ella misma.
—Es gracioso —Miro a la puerta. El estaba recargado.
Se le hacia costumbre entrar y asustarme con su voz tan de.. Hombre.
Ella suspiro y fue a sentarse a su cama.
—Las galletas estaban bastante buenas —Se sentó a su lado.
Ella no pudo evitar sonreí, sus ojos brillaron. Para nada podía permanecer enojada con él.
—¿Estas viva? —Ella soltó una risita.
—Lo estoy, por suerte.
—Prometo que no volveré a obligarte a que tiremos cuerpos al vació.
—¿Lo juras? Por que te diré que no es lo más placentero del mundo tomar la bolsa y sentir la carne de las personas, te lo digo por experiencia. Además, si hubiera querido tocar todas esas cosas en ves de trabajar con el Sr.Bender seria carnicera —Apretó los labios.
—Lo juro. No te imagino con unos cuchillos en la mano, un delantal lleno de sangre y una vaca en frente.
—Yo si, de hecho una ves me vestí a si para Halloween pero sin la vaca, mamá dijo que salia muy cara y era pesada como para cargarla por todo el barrio.
—¿Es enserio? —Abrió los ojos.
—¿Por qué? ¿es raro? si es así, no es enserio.
—¿Siempre le sacas lo divertido a las cosas, no?
—De hecho. Oye, ¿alguna ves te ah dado por cocinar a alguna de tus victimas? Digo, ¿no te gustaría saber a que saben?
Y eso fue la cereza del pastel, lo mato de risa, nunca lo habia visto reír así. Y no fue ten gracioso, eh.
Ella lo admiraba mientras reía.
—Me encanta..
—¿Qué te encanta?
—Cuando estas así.. Que es raro, pero muy especial.
—Ah.. —Se sonrojo.
AVENGER SE SONROJO! deberían darme un Grammy por mi trabajo.
—Así que, mis galletas son las mejores.
—Dije que estaban buenas.
—Y que son las mejores que has probado en el mundo.
—Bueno, no había probado una desde hace como seis años, así que no recuerdo bien su sab.. —Lo interrumpió.
—¿SEIS AÑOS? POR DIOS, ESO DEBERÍA SER UN MALDITO DELITO. Te prepararé muchas, muchas, muchas.
—¿Quieres que ruede?
—No estaría mal, estas muy flaco.
El se miro.
—Oye! —Se ofendió.
—Bromeo, estas bien.
—Muy bien.
—No te subas al pony.
El volvió a reír. Creo que mis galletas tienen alguna especia de polvo de las risas.
—Volviendo al momento de seriedad.
—Agh, ¿qué?
—Perdón por azotarte la otra vez..