Capitulo catorce—¿cuál es tu verdadero Nombre?
...
Mi corazón latía fuerte, creí que se saldría.
Estaba aterrada.
No quería que el me pegara de nuevo.
—¡_______!
El me grito como unas diez veces, pero luego no escuche más ni su voz, ni su respiración. Di gracias a Dios de que se fuera. Pero por alguna razón no quería salir de ahí, aunque mi trasero estaba entumido.
Cinco minutos después me dispuse a irme a dormir. En efecto, el no estaba más. Suspiré aliviada. Me quedé completamente dormida.
El ruido de unos pasos me despertó a mitad de la noche, me senté en la cama asustada arropándome más con la colcha, solo dejando descubiertos mis ojos.
Las cortinas de la ventana estaban abiertas así que podía distinguir una sombra, un escalofrió recorrió por mi cuerpo, a pesar de solo mirar su silueta podía sentir su mirada clavada en mi.
Solté un gemido involuntario de terror.
—¿Así que estas despierta? —Se escucho. Era él, obviamente.
—Si vas a hacerme algo, hazlo de una ves.
La luz se encendió. El estaba parado al lado del interruptor, me pregunto como le hizo para llegar tan rápido sin tropezar, digo, si la que hubiera hecho eso fuese yo lo más seguro es que me golpearía con todo.
Eso no es lo importante, concéntrate.
Habló mi subconsciente muerto de miedo.
—Te diré algo, si hubieses salido del baño lo más seguro es que te hubiera dado unos buenos azotes, por que estaba sumamente molesto. Pero ahora, no lo estoy más —Sonrió.
Suspiré aliviada.
Tenía ganas de dar unos brinquitos de felicidad pero creo que no es el momento.
—Gracias —Murmuré.
El soltó una risita.
—¿De qué te ríes?
No sabía si debía preguntar, pero aveces se me salen solas.
—De ti.
—Ah.. —Ni siquiera iba a preguntar por que, aunque me lo pregunto.
—Por que eres tan.. Miedosa
¿Ahora lees mentes? ¿Le vendiste tú alma a satanás o que carajo te sucede?
—Y no, no le vendí mi alma al diablo
¿QUE CARAJO?! ¡______ DEJA DE PENSAR! AHORA MISMO.
—Oh por Dios.. —Fue lo único que mi boca pudo articular.
El de nuevo rió, creo que esta feliz.
—¿Estás feliz? —Lo mire. Su sonrisa era bonita.
—¿Por qué preguntas?
—¿Sueles contestar las preguntas con más preguntas?
—¿Por qué eres tan preguntona?
—Eso nos devuelve a: ¿Estás feliz?
—No.
—¿Entonces?
—¿Entonces qué?
El se sentó en la pequeña silla a lado de mi cama.
—No lo sé, hace mucho que no hablábamos sin pelear.
—Tienes razón, creo que si, estoy de buenas.
—Me alegro —Sonreí
El me sonrió.
—¿Puedo preguntar algo?
Momento de sacar toda la información posible. Espero que no se le quite rápido lo de "Andar de buenas".
—Y aquí viene de nuevo la señora me-encanta-preguntar-cosas-que-no-me-incumben —Puso los ojos en blanco.
—Oye! —Lo mire— Las pregunto por que me incumben —Cruce los brazos.
—Adelante, pregunta.
Me acomode en la cama y aclare mi garganta.
—¿Cuál es tú verdadero nombre? —El me miró. No parecía sorprendido, supongo que se imaginaba que mi pregunta era algo así.
—No te lo diré.
—¿Por qué?
—Tú nunca me has contado nada de ti.
—Tienes un expediente con mi vida, creo que sabes hasta la hora en que nací. Pero si así vamos, de acuerdo.
El se encogió de hombros.
Debía ser sincera con Avenger para que el se sincerara conmigo.
—Yo.. —Agache la cabeza— bueno, desde que tengo memoria hasta los diez años pase mi vida en el hospital, sufría de problemas en el corazón, eso se acabo hasta hace unos años, gracias a Dios. ¿Lo sabías?
El negó.
— Mi familia era la típica que quería arreglar todo con dinero. No sé si lo entiendes, ellos preferían comprarme una muñeca que pasar tiempo conmigo, osea, pensaban que con un juguete yo podría ser feliz. ¿Por qué crees que me vine cuando cumplí mayoría de edad? estaba cansada de ellos. Cuando estuve en el hospital, ¿crees que iban? si, unas cuantas veces, pero casi no podían por sus trabajos. Mis abuelos siempre cuidaron de mi, hasta que cuando cumplí diecisiete murieron. A pesar de todo, los amo. Y daría mi vida por ellos —Miraba al vació sin darme cuenta de que el me miraba a mi.
—Debió ser duro —Suspiro.
—Lo fue. Hubo veces que confundían mi nombre —Reí.
Eso nunca se lo habia contado a nadie, ni siquiera a Katherine. Todos creían que mi familia era la perfecta y que yo era la mala del cuento.
—Justin Bieber...—Soltó de repente.
—¿qué? —Respondí sin entender.
—Justin Bieber, ese —Tomo aire— Ese es mi nombre.
Les diré algo, de todas las cosas que creí que Avenger me diría una de esas no fue su nombre. Pensé que por más que le preguntara jamas me diría.
Gran paso, _____.
Ah decir verdad Justin Bieberes un nombre hermoso.
