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Todo se encontraba oscuro, no podía ver mis brazos por mucho que lo intentara. Caminé hacia delante y una luz me cegó. De repente me encontraba entre una multitud que al parecer no me veía, me abrí paso entre tanta gente que solo abucheaban a un prisionero que iba a ser ejecutado. Llegue a la primera fila, no podía creer lo que veían mis ojos. Un niño de ojos azules y cabello rubio se encontraba sentado sobre un trono, a su lado estaba Sansa con un rostro demacrado y lo peor de toda la escena era ver a un Eddard Stark apunto de ser degollado mientras pronunciaba unas palabras que no llegué a oír.
Miré a mi alrededor y encontré a Arya subida a una estatua, corrí hacia ella pero cuando intente tocar su rostro, mi mano ahora visible traspasaba su cara.
Grité, grité como nunca lo había hecho pero solo se trataba de una pesadilla. Me sentí aliviada pues a pesar de no llevar una buena relación con Lord Stark era el padre de mis hermanos y si algo le pasaba ellos estarían destrozados. Toqué cuidadosamente mi cara,pequeñas lágrimas salían de mis ojos, abracé mis piernas mientras sollozaba ¿Que me estaba pasando?.
-Dareyn ¿Te encuentras bien?-
Miré hacia la puerta y allí se encontraba mi pequeño Bran con un rostro algo preocupado.
Quise pronunciar un sí, pero mi boca no emitía ningún sonido.
-As tenido una pesadilla, yo también las tengo y entiendo como se siente-
Se acerco con cuidado a mi cama y puso sus pequeñas manos sobre mis mejillas.
-Eres un cielo Bran-
-Dareyn, te quiero y no me gusta que sufras-
abracé con fuerza a mi hermano. En este momento lo necesitaba.
-¿Quieres que me quede aquí contigo?-
Asentí levemente mientras retiraba las capas de piel para que se metiera en mi cama.
-Gracias hermano-
El no dijo nada y me rodeo con sus brazos para demostrarme su apoyo. Cerré los ojos y me dormí rápidamente sintiendo la tranquilidad de Bran que no era la primera vez que me ayudaba en una situación así.

Cuando desperté lo primero que pude ver fue el rostro sereno de mí hermano y sentí otra mirada llena de amor proveniente de otra parte de la alcoba.
-Cuanto tiempo llevas mirando, Madre-
-El suficiente. Se que ayer tuviste otra pesadilla, siempre que las tienes me encuentro a Bran en tú cama, pero rara vez estas con él-
-Normalmente salgo a cazar con los chicos a esta hora-
-¿Por qué hoy no?-
-Quería pasar algo de tiempo con Arya, Bran y Rickon-
-Mientes. No querías ir porque Ned planeaba salir también-
-Muy sabia madre, si lo sabías ¿porque la pregunta?-
-Solo quería saber tu escusa-
Ambas reímos pero dejamos de hacerlo al escuchar una adormilada tercera voz.
-Dareyn, haces mucho ruido-
Rápidamente me puse encima suyo sin aplastarlo.
-Pero hay que levantarse perezoso-
-¿Quien lo dice?-
Empecé a hacerle cosquillas hasta que él empezó a suplicar.
-Está bien ya me levanto hermana-
Los tres reíamos nuevamente y por un momento se me olvidaron los males que rondaban por mi cabeza.
-Mi señora siento interrumpir pero su marido acaba de volver y por alguna extraña razón su hijo y Jon Nieve llevan unos lobos huargos en sus brazos-
Madre y Bran salieron rápidamente para ver a esas majestuosas criaturas mientras yo me volvía a tirar sobre la cama y ¿Por que? La respuesta es simple. Seguramente mi hermano, el bastardo y su padre hallan encontrado un lobo por cada niño Stark pero yo no soy una Stark.
Me vestí con pereza, mi plan era cruzar el comedor y salir inadvertida pero no resultó como esperaba ya que toda la familia Stark, incluyendo a Jon, se giraron en el momento justo para verme salir o por lo menos intentándolo.
-¿A donde vas?-
Rickon me preguntó con su tierna voz.
-Iba a ir a cabalgar un rato si es que no se me necesita para otra cosa-
-Dareyn...-
Sansa se acercó a mí, me cogió de la mano y me acercó a la familia feliz.
-Princesa, eres nuestra hermana, puede que no seas una Stark pero no te excluiremos por eso-
Robb paso un brazo por mis hombros mientras que con el otro sacaba a dos cachorros lobo de su capa.
-¿Son para mí? ¿Los dos?-
-Exacto, intentamos separarlos pero al parecer tienen un vinculo especial que no los une a sus otros hermanos-
Mire a mi alrededor y era cierto, los lobos que Sansa, Rickon, Bran, Robb, Arya y Jon tenían a su lado no extrañaban para nada a los otros cachorros mientras que justamente los dos que me estaba ofreciendo Robb parecían inseparables.
-Pensamos que son algo así como gemelos-
Al decir esas palabras noté una mirada triste en Catelyn, una mirada que parecía vacía.
-¿Sucede algo madre?-
-No cielo, tranquila-
Dicho esto se fue con Eddard Stark siguiéndola, al parecer para hablar de algo importante.
-¿Y si nos quedamos jugando con los cachorros?-
Sugirió Arya.
-Es una buena idea-
Y así los siete, como hermanos, pasamos el rato todos juntos como no lo habíamos hecho en años.

Juego de Tronos: El Tigre Que Defiende Al LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora