Vida de un Samurai

Capitulo 8: Un guerrero formidable

Era una mañana con un clima agradable y un sol apacible que se divisaba en el horizonte de las montañas iluminando las paredes del castillo, en el se encontraban residiendo los hombres de Magoichi Saika luego de su pequeña victoria contra Nobunaga Oda.

- Oye Ryunosuke, mira como has dejado este lugar - Exclamó Magoichi al entrar al sitio donde se libró la pelea la noche anterior

- ¿De que te quejas Magoichi? El castillo es nuestro, podremos reparar el lugar - El samurái se cruzo de brazos mientras observaba el aposento

- Vale, pero irás tu al poblado a buscar lo necesario para las reparaciones -

- Estás de broma, ¿verdad? - Magoichi negó con la cabeza, haciendo que Ryunosuke suspirase irritado - ¡Bien! Lo haré -

- Estupendo, ve al poblado, no queda muy lejos, lleva esto - Le da una bolsa no muy grande con dinero - Eso debe bastar, de cualquier modo enviaré a algunos de mis hombres a recoger lo que hayas comprado -

Sin mediar palabra, Ryunosuke salió del sitio con sus dos katanas enfundadas en su cinto, tomó un caballo y se dirigió al poblado cercano al castillo, dejó el animal en el establo y se adentró a pie en el pueblo, extrañamente, la gente lo veía con cierto respeto y admiración pero Ryunosuke no le dió mucha importancia al asunto, se dirigió a la maderera del lugar pero aún no se hallaba abierta, decidió ir a por algo de comer y entró a un pequeño bar donde servían comida de igual manera

- Ramen - La única palabra que dio Ryu al cocinero y este inmediatamente empezó a hacer su trabajo, luego de unos segundos este empezó a sentir la mirada de unos hombres tras de él, el samurái giró un poco la cabeza viendo por el rabillo del ojo para confirmar sus dudas y efectivamente, dos hombres lo observaban desde el local de enfrente, Ryu volvió su mirada al frente, cuando le sirvieron su comida ambos hombres estaban tras de él, pero sin darle importancia tomó los palillos para empezar a comer, pero uno de estos hombres se los arrebató de las manos - Oye bruto, ¿no sabes que interrumpir el momento de la comida de alguien más es de mala educación?

Seguido de esto, el hombre a su derecha le fue a apuñalar con un cuchillo, pero Ryunosuke se apartó y le golpeó el rostro, fue a huir pero el de la izquierda le tomó del cuello y lo arrojó al otro lado del local - Vaya, sois fuertes - El samurái se levantó y se puso en posición de combate cuerpo a cuerpo, el del cuchillo fue hacía él para atacarlo nuevamente pero Ryu le pateó la mano con el cuchillo haciendo que lo soltara y procedió a golpearlo en las costillas para luego empujarlo con una patada hacía su compañero

- Maldito - Exclamó uno de los hombres, tomó una silla del local y se la arrojó pero Ryu pudo desviarla, al hacerlo, el hombre pudo acercarse a él y golpearlo en el abdomen, el samurai se dobló del dolor y este aprovechó para golpearle el rostro provocando que se elevara en el aire por unos segundos y cayera al suelo - Prepárate para morir - Este empuñó un hacha que tenía enfundada tras su espalda, la levantó listo para rebanar a Ryunosuke pero el hombre soltó el hacha y cayó al suelo brotando sangre de su cuello

- No se ataca a un hombre desarmado y caído, aún así sea tu enemigo, idiota - Un hombre vestido con una larga túnica y con un sombrero que se hallaba comiendo en el lugar tajó el cuello del malhechor en un instante con su katana, el otro malhechor desenfundó una espada de gran tamaño que cargaba en su espalda - Aquí no, bruto - El hombre salió del local tranquilamente situándose en medio de la calle, el otro hizo lo mismo, se lanzó al ataque del desconocido con su enorme espada, pero este solo lo evadía sin problemas hasta que logró darle un ataque dañando sus ropas obligandolo a quitárselas dejando ver que este poseía una armadura de color rojo y una máscara

- Prepárate para conocer tu destino - El hombre de armadura con rapidez tajó de igual manera y pulcritud el cuello del malhechor restante, y sin más enfundó su espada, hasta el momento Ryunosuke ya había recobrado el conocimiento y observó anonadado la pelea, al termianar esta salió del local para hablar con aquel hombre

- Gracias - Fueron las únicas palabras que se le ocurrieron a Ryu

- No es nada, pero antes que nada, cuando pelees no te confíes demasiado, ahí fuera existen muchas personas deshonestas - Dijo mientras enfundaba su espada.

- Ah, oh... Si claro, por supuesto, disculpa pero ¿Cuál es tu nombre? Sería descortés no saber el nombre de la persona que me salvó la vida -

- Je, mi nombre no tiene importancia, pero me conocen como El Samurai Dragón - Al decir como le apodaban se le llenó de orgullo la voz, y algo de ego claramente.

- Ah... Bueno... Gracias Samurai Dragón... supongo - Esta última frase Ryu la dijo para si mismo mientras hacía una pequeña reverencia - Debo irme, tengo unos pendientes que atender.

- Ten cuidado entonces - Sin más, el Samurai se fue de allí rápidamente.

- Que extraño sujeto... - Ryu siguió con su camino, pero se percató de algo que faltaba en su cinturón... - ¡Imbécil, me robó todo el dinero! - Empezó a seguir la pista por donde el supuesto guerrero se había escapado - ¡Oye, vuelve aquí! - Finalmente logró divisar al guerrero acorazado y empezó a correr tras él.

- ¡Gracias por el dinero, iluso! - El guerrero carmesí reía mientras huía del samurai enfurecido, corrían entre pequeños callejones, arrojando jarrones por los suelos, empujando gente, hasta que el guerrero en la armadura llegó a un callejón sin salida aparente.

- Me habrás salvado la vida bastardo, pero no perdonaré el hecho de que hayas robado algo ajeno - Ryunosuke desenfundó su katana contra el guerrero, pero este no hizo nada.

- ¡Ja! ¿Y que harás? ¿Atravesarme con tu espada? - Su burla no hizo mella en Ryu, estando calmado.

- Si, eso es lo que haré, sucio ladrón, y te haces llamar Samurái Dragón, ¡Ese nombre le queda grande a una rata como tú! - Ryunosuke se aproximó con velocidad hacia el guerrero y este, tras su mascara, formó una pequeña sonrisa, pues cuando la espada de Ryu impactó sobre la armadura esta no le hizo ni un rasguño y el filo de la espada resultó sufrir algunos daños.

El Samurái Dragón rió - Las armas de los mortales no pueden hacerme daño, espero y te haya quedado claro hasta ahora - Explicaba mientras señalaba la dañada hoja de la espada de Ryunosuke.

- Armas, ¿Eh? - Pensó en voz alta Ryunosuke, así que lo primero que se le ocurrió fue abalanzarse contra él tomándolo de la cintura y estrellarlo contra la pared.

- ¡Ouch! - Exclamó el guerrero - Con que así quieres jugar, adelante - Este prosiguió a soltarse del agarre, apretar con sus manos fuertemente la pierna de Ryu y hacerle caer de lleno contra el suelo, en este momento la lluvia tomo lugar en aquel pueblo, los cabellos de Ryunosuke se soltaron del cinto que los mantenía en una cola alta.

Ryu aprovechó su posición en el suelo para hacerle un barrido a los pies del guerrero provocando que este cayera de igual manera, y sin dudarlo, se posicionó sobre él para quitarle la mascara, pero esta no salía de su lugar.

- ¡¿Qué diablos?! - Con sus puños empezó a golpear la mascara del Samurai Dragón mientras que este le golpeaba como podía en los costados, hasta que finalmente la mascara y el casco salieron en diferentes direcciones fuera del rostro y cabeza de él.

Rápidamente, los largos y negros cabellos del guerrero se mostraban frente a los ojos del samurai, pero, algo no andaba bien y Ryunosuke lo notó.

- ¿Eh? ¿Acaso tú eres...? - Antes de terminar la frase, el guerrero se soltó de las manos de Ryu y le pateó el abdomen, liberándose, sin mediar palabra y con velocidad, tomó su casco y mascara, huyendo del lugar.

- ¿Ese guerrero es...? ¡¿Una mujer!? -