Era un lugar oscuro, lleno de árboles que hacía más tenebroso el ambiente. El viento sonó con ímpetu. Las ramas se movían con rapidez y provocaban temor en mi corazón. Los latidos aumentaban, la rapidez de ellos me asustaban. Los pensamientos rondaron por mi mente sin querer ¿Dónde estaba? ¿Quién era la gran sombra que se situaba al frente mío? El miedo era palpable, pánico se ubicaba en la boca de mi estómago, los nervios provocaron el sudor. No sabía dónde estaba. Miraba a mi alrededor, no conocía el lugar, las tinieblas y nubes no las reconocí. Alguien se acercaba y el temor crecía. Corrí, pero no parecía suficiente, me caí con una rama que se encontraba en el suelo, no sabía qué hacer.
Desperté. Me senté con rapidez en mi cama, toqué mi rostro; había humedad en mis mejillas.
¿Qué había pasado?
Sonó mi celular con el sonido de WhatsApp.
Nate: Buenos días, linda. ¿Cómo te encuentras esta mañana?
Sonreí, ¿cómo era posible que por un mensaje me alegrara el día?
Yo: Buenos días, Nate. Estoy bien y ¿tú?
Nate: Bien ahora al saber de ti. ¿Te encuentro en la cafetería?
Yo: Estaré ahí con Riley, lo sabes.
Escribiendo...
Nate: Lo suponía, pero me preguntaba si querías desayunar conmigo. Solos.
¿Solos? Maldición. Timidez activada. Me tomó dos minutos en contestar, los pensamientos comenzaron con prisa ¿Qué esperaba de un desayuno? ¿Tendría que arreglarme? ¿Tendría que coquetear? ¿De esto depende la relación?
Me palmeé mentalmente, ¿De qué relación estaba hablando?
Yo: Bueno, estaré ahí en media hora. Espérame afuera del lugar.
Nate: Uh, en realidad... Estoy afuera de tu departamento.
¿Qué demonios? Me levanté sin pensarlo, sin ni siquiera ir al baño. Fui directo a la puerta y la abrí.
Y ahí estaba él, tan lindo. Y yo estaba con pijama.
—¿Qué diablos?—exclamé.
—Pensé en venir a buscarte. Y fue una buena idea ya que pude verte en pijama y con cara de recién levanta. Eres muy linda así también, por cierto—sonrió.
Su sonrisa ya comenzó.
Me miré y era verdad; con una polera ancha de Mickey, toda desgastada y mis piernas estaban cubiertas con un buzo. Mi pelo era un desastre, más de lo normal.
Lo hice pasar antes de cerrarle la puerta una vez más.
—Iré a cambiarme, no toques nada—advertí.
Se rió y se sentó con tranquilidad. Mientras que yo me dirigía con velocidad a mi habitación.
Traté de hacerlo lo más rápido posible. Tomé lo necesario de mi habitación y fui a bañarme, no tuve tiempo de reflexionar o cantar en la ducha, no perdí el tiempo. Me sequé con prisa y me vestí. Arreglé mi cabello lo que más podía y fui a despertar a Riley.
Seguía durmiendo como si no hubiera mañana. Esto sería difícil.
Me tiré encima de ella como lo hice hace unos días. La comencé a mover.
—Riley, joder. Nate se encuentra aquí y me iré.
—¿Cuándo pasó eso?—despertó en seguida.
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Nathan.
Teen FictionDe repente llega esa persona a tu vida, todas las piezas te cuadran, entiendes todo y sólo quieres tenerla junto a ti. Esa persona fue Nate. Éramos desconocidos hasta que mi torpeza interrumpió en nuestras vidas y se hizo cargo. Fuimos conocidos, a...