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Y hoy, hoy era la boda.

El día ya hacia perfecto, invitados llegaban, caras conocidas y otras no tanto, amigos y rivales se encontraban ahí, sin embargo no era un día de peleas, era feliz ver como todos estaban reunidos, y más en un día como este.

Nuestro héroe de verde ya hacia en una pequeña habitación terminándose de arreglar, estaba nervioso.
Se acomodo su moño por ultima vez para después mirarse al espejo y dar un suspiro largo y pesado.

—Muy bien Luigi, hoy es el día —Se dijo así mismo mientras alguien tocaba la puerta —¡Adelante!

—¡Hermano! —Mario entro —¿Ya estas listo?

—Sí, nervioso, pero lo estoy —Hablo dedicándole una sonrisa.

—Estoy tan orgulloso de ti. ¡Mirate! Todo un hombre —El otro solo río leve —Me da gusto que te cases.

—Gracias hermano.

—Te veo en la capilla —Dijo para después retirarse del cuarto.

Luigi sonrió y volvió a verse en el espejo tratando de acomodarse su peinado, y mientras hacia eso, la puerta fue cerrada justamente por el ser que Luigi menos quería ver, menos este día.

—Lu.

—¿Qué haces aquí? —Su expresión cambio a una seria.

—Quiero hablar contigo —Dijo el ente acercándose a este, Luigi miro a sus alrededores tratando de encontrar algo que lo ayudara a escapar.

El rey, indignado, notó esto, así que con un simple movimientos de manos hizo que el castaño no pudiera moverse.

—Si me dejaras hablar por 5 minutos te lo agradezco —Dijo serio —Luigi, lo que hice no lo hice con malas intenciones.

—Para tu beneficio.

—¿Te dije que hablarás? ¡Cierra la boca que no han pasado los cinco minutos! —Exclamó un poco molesto —Creé lo que quieras, no lo hice con esas intenciones.

El menor sólo torció los ojos y gruñio.

—No lo dije antes porque... —Volteó la mirada un tanto apenado —Es ridículo.

—Eres ridículo.

—Gracias, ahora cállate. —Volteó a verlo —Lo que vas a escuchar te sonará estúpido, ilógico y como si fuera una broma, pero no lo es.

Luigi alzo una ceja confundido ¿qué se traía en manos?

—Tú me gustas, ¿bien? Y si, estaba celoso de Peasley y estoy celoso de que te cases con Sarasaland. Ya, lo dije.

—¡¿Q-Qué?! —Exclamó entre carcajadas —Dime que es una broma —Dijo mientras el otro dejaba libre a Luigi.

—No... —Lo miro con decepción.

—Ugh —se dio la vuelta —Vete ya, antes de que traiga la succionaentes.

El rey se sentía estúpido, pero no lo dejaría en ridículo, oh no señor.

—¿Entonces por las malas, eh? Bien, será por las malas.







La boda ya estaba empezando y la chica de pelos castaños iba caminando rumbo al altar, todos la veían, lucia un perfecto y hermoso vestido blanco, era perfecto.

Sin embargo, había un problema.

Mario noto que Luigi aún no estaba en su posición, el cual se le hacia raro.

—Mario, ¿y Luigi dónde está? —Murmuró la princesa Peach mientras ponía una mano en su hombro.

—Se debió haber quedado ahí por los nervios, voy por él —Dijo mientras se retiraba del lugar.

Mario llego al cuarto y toco la puerta —Luigi, la boda ya empezó ¡sal!

Sin embargo, nadie respondía.

—¿Hermano? —nada, nadie respondía.

El mayor entró en pánico, en momento de desesperación empezó a empujar y golpear la puerta, hasta que agarró fuerza y pudo romper parte de ella.

Entró al cuarto con la sorpresa de que su hermano no estaba y el lugar estaba desordenado.

—Luigi escapó.

Fuck You. ||KingBooigi Chats.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora