Fuck You. ||KingBooigi Chats.

39 |N/F|

—Ugh, —El rey se levanto molesto de su asiento, apago su teléfono y empezó a caminar —¡Preparense todos! Tendremos tres invitados no deseados.

—D-diculpe, mi señor... —Se acerco un Boo a él.

—¿Qué quieres? —Lo miró de reojo.

—Espero y esto no le moleste, su majestad —hizo una pausa —Pero no cree... ¿Qué dejar libre al chico de verde será mejor? —Esto lo dijo en voz baja y balbuceando.

—¿Qué? —Alzo una ceja.

—¡Que debería dejar al chico de verde libre! —Exclamó —¡Si tanto lo ama, dejelo libre! Y él ta-tal vez lo entendería.

—¿Es una broma? —Rió —De las mejores que haz dicho...

—Pe-pero señor, el chico no lo amará.

—Aprenderá a hacerlo —Respondió sin dirigirle la mirada y volvía a caminar.

—Pero no lo hará con el corazón.

El fantasma paro en seco, aunque se negaba a aceptarlo, tenia razón. No podía hacer que él lo amara de verdad, si no por puro capricho.

—Eh...

—¡Rey Boo! —Una voz exclamo detrás de él, el mencionado y varios de sus súbditos voltearon a ver a sus espaldas encontrándose con el héroe de rojo y los dos príncipes.

—Oh, Mario —Hablo el Boo —¿Qué te trae a mi humilde morada?

—¡Dejad de comportarte así! —Exclamo el príncipe judía. —¡Devuelvenos a Luigi!

—No sabia que traías contigo a una pulga tan molesta contigo.

—¡Oye! —Exclamó molesto el príncipe Peasley, mientras el príncipe almohada reía entre dientes.

—¡Dreambert! —Exclamó la judía llamando la atención de su compañero.

—¿Qué? —Respondió con una sonrisa en cara mientras su compañero lo veía molesto.

—Me aburro. —El rey hablo mientras que con un chasquido de dedos los tres ya estaban siendo sostenidos por varios Boo's.

—¡Oye! —Exclamo Mario.

—Me dan ternura los tres, en serio —Se acerco a ellos —Se verían bien en unos cuadros y colgados en mi salón de trofeos.

—¿Sabes como te verías bien? ¡En una aspiradora! ¡Ja! —Hablo el príncipe judía mientras reía y un silencio se hacia presente.

—¿Te das cuenta que eso no dio gracia? —Hablo Dreambert mientras lo miraba serio.

—¡¿Se te ocurre algo mejor?!

—¡Dejen de pelearse! —Exclamó el plomero de rojo.

El rey rió ante sus comportamientos —En serio, ¿ustedes creyeron que me iban a derrotar? Si ni siquiera pueden contra ustedes.

—Eres horrible —Hablo Peasley.

—Gracias, me halagas —Lo tomo de la barbilla —Y por ende serás el primero en ponerte en un cuadro.

—¡¿Qué?! —Se sobresalto.

—Tranquilo, no te dolerá...

—¡Alto!

Y antes de que volviera a ponerle una mano encima, la voz que se escucho detrás no era más ni nada menos de el hermano de verde.

—¿Luigi?