Chapter Two: Él me lo dijo

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1

En cuanto la joven rusa se marchó del hogar de los Pritzker, Edith se dirigio a la cocina alegando que pediria algo especial para celebrar la llegada de Adrien a la casa despues de tanto tiempo.

Mientras tanto, hombre y muchacho habian quedado a solas, por lo que Adrien se giró hacia el pequeño con esa misma sonrisa de picardía que habia puesto al darse cuenta de que su sobrino no lo queria cerca de Katrina.

-Hace tiempo que no nos vemos ¿no, querido sobrino? Deberiamos pasar mas juntos -Insinuo.

Oliver fruncio el ceño pero mantuvo su semblante serio.

-Diria que es un placer volver a verte, tio Adrien, pero no lo es, mucho menos cuando intentas coquetearle a mi maestra -Declaró el jovencito.

El mayor rió entre dientes, acostumbrado al trato del Pritzker menor.

-¿Yo? ¿Coquetearle? Sabes que no es mi estilo, Oliver -El hombre apoyo una mano sobre el hombro del chico, y este se alejó mirandole apretando los dientes.

-No, porque tu estilo es mas de embriagarla y acostarte con ella ¿o no? -En realidad no comprendia bien el concepto de "acostarse" pero eso le habia dicho Wally que dijera, ademas era increible el veneno que podia sentirse en cada palabra emitida hacia el mayor.

Dicho esto, el pequeño pelinegro se dio la vuelta y se encaminó a su habitación, decidiendo no almorzar aquel dia.

Preferia quedarse jugando en su cuarto con sus amigos imaginarios. Él sabia que ellos no existian pero los sentia tan reales.

-Ese bastardo nos la quiere quitar -Wally, como siempre, fue el primero en aparecer, junto al armario, enseñando los puntiagudos dientes.

-No puedes permitir que juegue con ella -Tucker opinó sentado en la cama, con esos ojos tan negros que parecian no existir en absoluto.

-No estoy seguro de que podria hacer, él no puede tocarla. Katrina es mia -Bufó el niño sentandose junto a Tucker, cruzado de brazos enfurruñado.

Tenia que pensar con frialdad, tenia que buscar la forma.

-Yo tengo un plan -Los dientes de tiburón parecieron mas aterradores cuando Wally sonrió malicioso. Aunque de dia no le causaba el mismo efecto que de noche.

El chiquillo se giró hacia su amigo.

-¿En que piensas? -Entrecerró los ojos, estaba dispuesto a oirlo, como habitualmente.

Él siempre terminaba obedeciendo a lo que ellos decian... a veces aunque no quisiera.

La sonrisa del otro niño se tornó más escalofriante.

-Solo haz lo que yo te digo y todo saldra bien... Todo saldra perfecto, ese tipo entendera que no debio meterse con lo que te pertenece.

-Te oigo, Wally -Oliver lo miró fijamente, entornando los ojos.

Adrien era un tonto por tentar a su suerte jugando con Oliver.

2

Eran alrededor de las diez de la noche, Edith habia ordenado a las mucamas que pusieran el mantel rojo sobre la gran mesa del comedor, ademas de que estaban usando la vajilla de plata.

Oliver: Inocencia maldita [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora