Chapter Nineteen: Trampa para osos

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La policía se encontraba registrando el lugar, mientras que los forenses registraban el cuerpo. Turner tomaba declaración de Katrina, aun tenía sospechas de ella pero se veía auténticamente aterrada de que Oliver, o más bien Cerbero, hubiese encontrado un cadáver allí.

La chica parecía haber muerto hace al menos catorce horas, la habían torturado hasta que se hartaron y alguien le había atravesado el craneo con un taladro, parecía ser obra de algún loco sadista. Ninguno de los dos había salido de la casa en toda la noche, habían mantenido entretenidos a los visitantes hasta las tres de la mañana allí, y su coartada era básica, las camaras que habían instalado por la casa, al más puro estilo paranoico de Actividad paranormal, los captaban sentados en la cocina a la hora del asesinato. Eso y el leve camino de arrastre que había tenido el cuerpo.

-Bien, no hay evidencias de sangre dentro de la casa por lo que de igual forma buscaremos una orden para revisarla -Turner habló, terminando de anotar algo en su libreta para luego ver a la forense que se llevaba el cuerpo.

-¿Porque habrían de revisar la casa? Nosotros no salimos en toda la noche, lo tienen en camara -Katrina pareció indignada.

Oliver ni siquiera se molestaba en intentar negar nada, él se encontraba sentado bajo el marco de la cocina con Cerbero a su lado, sabia bien que la policía comenzaría a sospechar con algo así. Primero la "desaparición" de Luz, luego el que su tío haya "salido de viaje", el asesinato de su madre y ahora esto, tales cosas podrían ponerlo a él en la mira o a...

Su vista se fijo en la rubia que intentaba convencer al oficial de que no era necesario que revisaran la casa. ¿Y si, erróneamente, se adjuntaban tales sospechas a Katrina? Presionó los labios, su reina no podía ser sospechosa de eso, mucho menos cuando él bien sabia que ella no se mancharía las manos, o al menos no sin una orden/petición suya antes.

Tenía que pensar en algo para desviar la atención de ella si las cosas eran como creia. Cerbero ladró, lo cual le hizo enfocarse nuevamente viendo como la misma forense de antes había encontrado una hebra de cabello rubio en una de las manos del cadáver.

-Señorita, deberá venir con nosotros a la estación... -Dijo Wells acercándose a Katrina con las esposas en mano.

-P-pero... ¡Eso no es mío! -Exclamó la muchacha, aterrada al no saber como diablos su cabello había llegado allí.- ¡No soy una asesina!

-Mentirosa -Siseó una voz burlona junto a su oido- Tu si eres una asesina... Matarias por Oliver, lo has hecho.. -Ronroneó maliciosamente.

Sin embargo, Wells de todas formas se puso tras ella tomando sus muñecas y esposandolas juntas.

-¡No! ¡Espere! ¡Tengo un niño a mi cargo, no puedo dejarlo solo!

El policía vio a Oliver de reojo, el chiquillo sabiendo que solo él lo observaba esbozo una sonrisa que se podría haber asemejado a la que diera el diablo cuando finalmente llegara a la tierra el Anticristo. Philip Wells, frunció el ceño mirando alrededor a ver si alguien más había notado la sonrisa del mocoso pero no, los demás estaban ocupados en la escena.

-Turner -Llamo a su compañero- Trae al niño tambien, nos vamos a la estación ya mismo a que verifiquen si esa mecha es de la señorita Petrova -

Oliver: Inocencia maldita [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora