» No lo quiero reconocer;; Jori

Capítulo XIII

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Jade
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La verdad es que no dormí en toda la noche, esto de estar pensando en Vega siempre no me viene bien, no quiero pensar en ella.
Pero no puedes evitarlo.
¡Que me dejes en paz ya mierda seca!
Uy uy que se insulta a sí misma.
Idiota.

Me levanté de la cama con mucho sueño, ya que como dije, no dormí nada. Me pegué una ducha, me vestí y luego bajé para ver si Justin estaba listo. Y justo lo veo viendo la televisión.

—¿Qué haces? Tienes que vestirte o llegarás tarde a clase, microbio.

—Nah, hoy no iré -respondió sin quitar la mirada de la televisión.

—Mira, no me gusta actuar de madre pero tengo que hacerlo contigo. Así que vas a ir o sino suspenderas, idiota -digo agachandome a su altura.

—Te he dicho que no.

Maldito niño, menudo toca huevos.

—No me llames así -dice mirándome.

—No te he llamado de ninguna forma.

—Claro que sí, me has dicho toca huevos.

¿Qué? ¿Cómo lo sabe? Esto no es normal.

—Menuda mentira, enano -digo sudando de los nervios.

—Ya ya. Y ahora decías que cómo lo sabía eh.

—Pero tú... Déjalo, vístete y vámonos o te clavo las tijeras hasta que te quedes sin sangre -digo señalando las escaleras pero sin dejar de mirarle.

—Agh, vale -dice levantándose y yendo a su habitación.

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Tori
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Me desperté y ya por suerte no sentía esa corriente, al menos por ahora. Fui a la ducha y al entrar me di cuenta que hasta el agua que me toca da calambre porque sonaba, obviamente a mí no me hacía nada, pero esto es muy extraño.

Salí y me vestí para bajar a desayunar con la loca de mi hermana, quien está preparando su desayuno.

—Buenos días hermanita -me dice con su tono de idiota.

—Buenos días -respondo dirigiéndome a la cocina para hacerme el desayuno.

—Oh, Tori, ¿podrías sacar mi vaso de leche del microondas?

Solo bufé y lo saqué. Luego se lo di a Trina y se dio un calambre, igual que Harry.

—¿Pero qué ha sido eso?

—No lo sé...

Creo que al tocarlo le habré dado algo de electricidad y he hecho que se electrocutara.

—Voy... Voy arriba -digo dirigiéndome a las escaleras.

—¡Tori! ¿No desayunas?

—No, déjalo -respondo subiendo las mencionadas.

Fui a mi habitación y abrí un cajón donde habían unos guantes y me los puse, no quería correr el riesgo de darle más calambres a cualquiera así que me los puse.

Bajé otra vez ya con mi mochila para esperar a Trina para irnos a clase.

—¿Vamos ya?

—Voy, voy -dice cogiendo sus llaves del coche y viniendo a mí- ¿y esos guantes?