Berolas

Capitulo 20

Nicolas Pineda

Berni me estaba hablando, me estaba diciendo que no podía vivir sin mi, yo no me lo estaba creyendo, no entendía lo que pasaba, anteriormente me odiaba... ¿que lo hizo cambiar de parecer?. Y.... ¿que hacía en mi gimnasio?.

- te amo- termina diciendo, le dedicó una sonrisa honesta.

-yo también...- le respondo, lo abrazo ligeramente mientras que el comienza a llorar me mi hombro. Noto una mira. Dos, tres. La gente nos comienza a mirar.... raro.

¿Que les ocurre?, de pronto comienzan a susurrar y a señalarnos... que se jodan.

- pudranse en el infierno putos de mierdaaaaa!, que matis tenga piedad en ustedes- dice mi consciencia, y en esto estoy de acuerdo con ella, aunque no sepa de que está hablando.

-¿vamos a algun lugar que sea mejor que esto?- le preguntó a berni, noto que el también se está fijando en las personas que nos miran.

Nos dirigimos hacia un parque cerca, comenzamos a caminar y vamos por un helado, berni pide uno de chocolate y yo uno de menta con chocolate.

- cuantas cosas tenemos en común- me dice dedicándome una sonrisa encantadora.

-si, el chocolate puede ser nuestro sabor de ahora en adelante- se ríe adorablemente y me toma de la mano.

- aaaaaaa, son increíble juntos- escucho gritar a mi conciencia mientras que la imagino girar en el suelo gritando- ¡Berolas es real!.

Eso me recuerda a algo que le tenía que decir a berni.

-oye, te tengo que decir....- me mira sorprendido como si lo que fuera a decir le arruinaría toda su felicidad de ahora.- le conté a Julieta y a Connie de lo nuestro.

-aaaah- se muestra aliviado- ya lo sabia.

-¡¿ya lo sabías?!- digo sorprendido- pero... ¿como?.

-soy mago- dice presumiendo, me sonríe y me guiña un ojo.

-ah bueno y...- adoro como su linda cara de llena de miedo de nuevo.- inventó un ship de nosotros.

Nos quedamos viéndonos, durante un rato con cara de idiotas.

-y me gustó...- pongo cara de ":v" y el me mira sorprendido.

- a bueno....- parpadea mucho y noto que tiene unas pestañas increíbles- y ¿cuál es?.

-berolas- digo orgullos al instante comienza a reír.

-dios... ¿era eso lo que gritaba Julieta en el camión?- no para de reírse y me comienza a dar miedo- si..., si.... a mi también me gusta.

Los dos reímos y nos sentamos juntos en una banca que se encontraba por ahí. Las personas se nos quedaban mirando, casi no había adolescentes en esa área ya que era fin de semana y iban a comer por ahí con sus familias.

-que asco- escucho decir a una señora que tiene de la mano a su hijo, me tapa pelos ojos, aunque no sea tan clara puedo ver que se está dirigiendo hacia nosotros, no sabía que gente así siguiera existiendo- no los veas- le dice al morro- ¡pudranse al infierno!.

Parece que a berni si me afecta y mira hacia abajo apenado.

-no te avergüences berni, no tiene nada de maloooooo- escucho gritar a mi conciencia, no sé si sabe que berni no la puede oír. En eso algo me sorprende.