P.O.V. Bear.
Estábamos en casa de los titos Harry y Louis, como todos los domingos comíamos juntos.
Pero este domingo no solo éramos nosotros seis, sino que también vinieron los hermanitos del tito Louis, que tenían unos añitos más que Freddy y yo.
Después de comer, Freddy quiso irse a la siesta, pero yo no tenía sueño así que me quedé con mis papis.
Como ellos estaban hablando de cosas de adultos, yo decidí ir a la sala para ver los dibujos.
Pero los que estaban dando a mí no me gustaban, así que apagué la tele y me quedé en silencio, preguntándome si debería ir con mi primito a dormir un rato o no.
Justo cuando iba a bajarme del sofá para irme a echar la siesta, la hermanita del tito Louis entró a la sala con una cosa llena de chuches y sonriendo.
-Hola Bear. -Susurró dejando la cosa en el suelo.
-Hola. -La verdad es que no me acordaba de cómo se llamaba. Otra vez mis mejillas ardían. -¿Es tuyo? -Señalé al suelo.
-Sí, ¿quieres chuches? -Me dijo mientras acercaba aquella cosa a donde yo estaba.
-Vale. -Le sonreí, y pasamos la tarde juntos, jugando.
...
P.O.V. Freddy.
Me levanté para ir a hacer pipí cuando escuché la risa de Bear mezclada con otra más.
Seguí el sonido y cuando abrí la puerta de la sala vi a Bear jugando con la hermanita de mi papi.
Ambos se lo estaban pasando bien y ninguno se dio cuenta de que estaba allí.
Me fui hacia mis papis cruzándome de brazos y con cara de enfadado.
-¿Qué te pasa, Freddy? -Preguntó mi tito Zayn con una sonrisa. Pero no le contesté, fui hacia mi papi Harry y lo abracé.
-Contéstale a tu tío, Fred. -Me riñó papá Louis y tras un gruñido contesté.
-Bear está jugando con alguien más. -Confesé ganandome unas cuantas risas de parte de los mayores, haciéndome enfadar aún más.
-Yo no sé de dónde ha sacado estos celos este niño. -Comentó mi papi Louis lo suficientemente alto como para que pudiera escucharlo.
-Yo sí que lo sé. -Contestó mi tito Zayn mirando a mi papi Louis.