Sherlock tenía algunas conclusiones acerca de los nuevos, nunca había prestado atención a las personas que lo rodeaban, menos a los vecinos, consideraba improbable que personas con un pasado como ese se alojaran tan cerca del único detective consultor en el mundo, las probabilidades eran mínimas, y sin embargo existían, solo era cuestión de azar que llegaran, y ahí estaban. Él seguía intentando deducir los pequeños detalles que había visto en Leblanc tras su visita, había inconsistencias, pero estaba convencido de que algo malo pasaría, solo era cuestión de tiempo. Su labor de razonar se veía interrumpida por la mirada constante de John Watson, tenía curiosidad por saber que pasaba, las respuestas escazas en detalle de Holmes no le eran suficientes, tal vez Sherlock estaba siendo injusto, después de todo John siempre lo apoyaba y acompañaba en los casos, tal vez debería darle un poco más de participación en el juego, unas pistas lo harían sentir parte de él.
-Han sido seis paquetes John- exclamó Sherlock abriendo los ojos- en los pocos días que llevan aquí, ¿qué te sugiere eso?
-Tal vez que tiene muchos amigos esperando a saber cómo esta.
-Eso es improbable, actualmente nadie te envía cartas, menos un amigo, ¿no? Pero nos habla de que tal vez tenga relaciones más allá de una amistad con asuntos que no pueden esperar a que se instale en una nueva oficina. ¿Qué asuntos podrían ser tan urgentes y por qué quiere que se traten en tan misterioso modo?
-¿Misterioso?- Cuestionó John mostrando confusión en su rostro.
Sherlock asintió. –Viste cuánto quería que nos fuéramos, debía empezar a trabajar, esta noche vendrá su cliente.- Sherlock observó que John parecía no entender lo que sugería- Debiste haberlo notado, además de que por alguna razón tampoco quiere que me acerque a su hija, es obvio que tiene miedo de que ella hable de más, tanto de su negocio, como del otro problemilla.
-¿Hay otro dices?
Sherlock volvió a asentir.-Está noche John, nos mantendremos despiertos, si no te importa.
John sonrió con aires de complicidad.- Sabes que no.
El resto de la tarde Sherlock Holmes la pasó tocando melodías en su violín que iban desde Bach y Saint-Säes hasta sus propias y melancólicas composiciones que hacían que en aquella tarde de otoño el aire estuviera lleno de un pesado ambiente de misterio y tristeza, como si una premonición de peligro sobrenatural estuviese amenazando constantemente.
Cuando finalmente las tinieblas cubrieron todo, John siguió las instrucciones dadas por el detective, debían pasar desapercibidos durante su espionaje nocturno, no hacía falta salir de casa, podían verlo todo desde la ventana, pero Sherlock estaba convencido de que la seguridad y precauciones tomadas por la familia Leblanc esa noche, podrían ponerlos en riesgo de ser descubiertos, llevando el caso a un nivel aún más complicado, no era que le desagradase al detective tal idea, pero ¿por qué ponerlo en riesgo?
Sherlock sostenía un par de binoculares mirando por una mínima abertura en la cortina de la ventana de la habitación principal del 221b, cuando el reloj marcaba las tres de la mañana, John había comenzado a pensar que nadie iría, no había rastros de alguien; no se atrevía a hablar, ya que Sherlock se lo había prohibido estrictamente, así que comenzó a gatear en dirección hacia su habitación cuando Holmes lo tomó por el suéter, y le hizo una seña para que mirara por la ventana. Podía verlo. Un auto negro a paso lento, que apenas hacía ruido, avanzaba por la calle, para estacionarlo cerca del restaurante en el que había estado comiendo. Una mujer esbelta bajó del vehículo a paso aún más silencioso, al llegar al pórtico de los vecinos, no hizo intento de tocar o hacer sonar el timbre, simplemente observó su reloj y entonces una silueta proveniente del interior del edificio, la hizo pasar.
Sherlock y John estuvieron esperando por largo tiempo a que la mujer saliera de la casa, las horas pasaron, y no salía, el sol comenzaba a salir, cuando la mujer que habían visto entrar a la casa, llegó cruzando la calle por dónde la habían visto la primera vez, subió al automóvil negro y se alejó lo más rápido que pudo en él.
Ambos hombres se quedaron perplejos observando lo que acababa de pasar.
-¿Sherlock?- murmuró John asustado
Sherlock cerró la ventana y guardó silencio, debía implementar el plan B.
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Un Misterio entre Sombras
FanfictionSherlock Holmes jamás se había enfrentado a un enemigo de tal magnitud ... Tendrá que luchar contra sí mismo para resolver el misterio