La vida de un chico adolescente cambia después de que un sujeto inidentificado matara a su tío. Esta historia describe sus aventuras a lo largo del multiverso y el tiempo mismo, a veces encontrando secretos que estaban a millones de universos lejos...
En ese instante, de confusión, de ira , o rabia más bien, estaba eufórico. Había un cadáver en el piso, y todo por lo que trabajó, destruido.
Y todo por mi, un simple niño que quería jugar a ser un héroe.
No. No puedo detenerme aquí, así.
Tengo otra razón para encontrar a ese maldito: asesinó a una pobre mujer que ni siquiera había hecho algo para merecer la muerte. Me acerqué a su cadáver y logré ver un nombre en un gafete : “Alejandra”. Tomé un láser y una pieza del concreto que había quedado de la pared destruida, escribí su nombre con el láser e hice un agujero afuera en la tierra con el arma que llevaba, de forma que pudiera poner su cuerpo. La enterré y puse su “lápida” en su lugar.
Me quedé pensando en que podía hacer para encontrarlo ; La computadora, no servía para nada. Seguirlo con la pistola de portales multiversal, no había dejado nota, como la última vez.
Espera. ¿Cómo sabía que estaba aquí? Ni siquiera yo sabía en qué dimensión estaba. Eso era raro.
Tomé el arma de portales y elegí un número al azar: 123-A.
Aún no había ido a un universo “A”. Mi Tío no había mencionado nada de un universo “A”, así que tenía curiosidad de ver lo que había en uno.
Disparé en la pared y entré de un salto. Me preparé por si caía de altura, pero esta vez si salí de otra pared, pero no en el lugar que yo quisiera.
Era como una ciudad, pero apocalíptica. Lo cual no me sorprendió a primera vista, ya que era un universo A.
La nave que era responsable de la destrucción era un poco rara, la dibujé con un pedazo de algo quemado, que sinceramente no fue algo difícil de encontrar, y un papel que venía volando. Lo rojo no me pregunten que es.
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(No soy muy bueno dibujando, pero es lo más parecido que pude hacerlo antes de ser disparado por la nave).
Mientras hacía el dibujo, pude escuchar “iiiiiIIIIIIIIIIIIIII”, sonido que no me daba buena espina.
Volteé hacia la nave por puro instinto y, como imaginé, la nave estaba cargando un disparo super potente.
No le habría dado importancia, si la nave nodriza no me estuviera apuntando directamente.
Corrí en dirección contraria a la nave, como en todas las películas de acción, pero la nave me disparó y, lo único que pude hacer era seguir corriendo, y, dí un salto porque si.
Me alegra haberlo hecho. La explosión en mi espalda me sacó volando del lugar en el que antes estaba.
Caí en, como no, escombros. Estaba demasiado lastimado. Me tiré en el piso, debilitado, mirando la nave alejarse en sentido contrario hacia mi. En ese momento pude ver el logo que tenía él.
