Llorar (CAP3)

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En el mundo hay gente que ríe, gente que habla, gente que grita y gente que, recostada en un rincón, llora.
Personas que lloran por un corazón roto, un amor no correspondido o un amigo perdido. Artistas que lloran, encerrados en su habitación, sentados sobre un baúl lleno de pinturas jamás vistas, historias jamás leídas y poemas jamás contados. Personas que lloran en público y personas que se guardan el llanto para cuando nadie las esté viendo.
Personas que lloran, esperando que alguien o algo las detenga, y a cambio recibiendo sólo más razones para llorar.
Personas que se preguntan, como vos o como yo, qué es lo que hicieron mal para terminar... llorando.

Unas semanas antes del sueño, Sol bajó las escaleras esquivando la mirada de las personas. Bajó rápido, muy rápido, y cuando llegó al patio caminó casi corriendo hacia el baño. Una lágrima se desprendió de su párpado y calló al suelo, pero nadie la notó.
Fue la primera en llegar al baño, abrió la puerta de uno de los retretes y la cerró de un golpe. En ese momento, todo fue un alivio, ya no había nadie que la viese llorando. Las lágrimas empezaron a chorrear de sus ojos como si de una tormenta se tratase. Sol no quizo hacer ni un mínimo ruido para que las chicas que estén por allí escucharan su llanto. Llorando desconsoladamente, apollada de espaldas contra la puerta, en silencio absoluto.
El sábado los chicos del curso habían tenido un cumpleaños de una compañera. Se quedaron toda la noche bailando, cantando y, como no, haciendo otras cosas que no hace falta mencionar. Como era de esperar, Sol no había sido invitada. A Sol se le había roto el celular hacía unas semanas atrás, así que para saber qué cosas habían sucedido el fin de semana tenía que esperar hasta el lunes. Pero ese día, Lunes por la mañana, se enteró de algo que no le hubiese gustado enterarse.
Todos estaban hablando de la fiesta y de lo buena que estuvo. Sol escuchaba música en el banco de atrás de todo esperando que llegase el profesor para sacar la carpeta, ponerla arriba del banco y simular que estaba haciendo algo; cuanso  gritó: "Eh Leandro! Estaba rica Milena?" Luego de esto agachó la cabeza para esquivar la golpe de Leandro para despues recibir otros fuertes en el hombro, mientras reía a carcajadas.
Todos rieron, gritaron y se descontrolaron. Y el corazón de Sol, lentamente, empezó a endurecerse un poco más de lo normal.
Leandro había sido el "Amor ideal" de Sol desde primaria. Muy pocos se enteraban de esta situación y eso era mejor. Pero sol nunca tuvo el valor de declarársele, así que simplemente decidió esperar. No sabía qué esperaba, pero ella esperaba.
Y eso que tanto esperaba, vino, pero  en una espantosa forma.
Mientras los chicos empezaron a revolearse útiles, Mateo volteó y vió a su amiga con la mirada vacía, sin expresión. Cuando Sol se percató su mirada, sonrrió automáticamente y sacudió la mano torpemente en forma de saludo. Mateo hizo cara de ofendido y se volvió hacia los chicos que ahora se revoleaban cartucheras o mochilas.
Como Chiara había faltado, cosa que era normal, no había nadie que se entere de su repentino estado deprimido.
Y volvemos al baño. Sol llorando, el timbre indicando el fin del recreo y ella, o eso, empezando a tener que hacerse ver.

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