Los rayos del atardecer se colaban por la ventana y se dirigían hacia el suelo como suaves pétalos arrebolados que acaraciaban el cálido aire. Pequeñas y livianas partículas de polvo flotaban en ellos, dando giros y vueltas gráciles, mientras dos figuras sentadas a cada lado de ellos perdían sus tristes miradas en sus bailes. El silencio había caído entre ambos como un plomo. Mientras, sus pensamientos vagaban por oscuros rincones de la memoria.
-¿Qué te pasó en la cabeza?- dijo ella con un hilo de voz apenas, sin dejar de mirar el rayo de sol. Estaba absorta.
-Ah- se tocó la cabeza con cuidado- lo había olvidado. La verdad no lo sé. Pero creo que esto me causó la amnesia- ella levantó la vista y la fijó en sus ojos, luego en su herida y después nuevamente en él.
-¿Por qué no me dijiste eso antes?- Dejó la escopeta a un lado con cuidado y se acercó sin levantarse del suelo hacia él. El cuerpo del chico se puso tenso al ver cómo quién antes estaba dispuesta a matarlo de un tiro, ahora se acercaba gateando graciosamente a él. No se había percatado hasta ahora de lo pequeña que era.
Le hizo un gesto con la cabeza sosteniendo frente a él ambas manos en el aire, sin tocar aún la herida.
-Si- atinó a decir secamente. En realidad no le dejaba muchas opciones.
Con una delizadeza que no esperaba de sus manos, sintió como lentamente presionaba alrededor de la costra sin causarlo mucho dolor. No hizo ningún ruido, por lo que el chico no se atrevía a preguntar nada. Estando de rodillas y ella escarbando su cabeza, notó lo cerca que estaban y lo incómodo que resultaba no haber tocado una ducha en semanas. O meses. Olía asqueroso.
De pronto se sentó frente a él:
-No tienes infectado ni nada. No hay pus y parece que lo que sea que hayas tenido antes, ha cicatrizado muy bien- Lo miró incómoda a los ojos- No es un corte, eso está claro
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A través del tiempo
Ciencia FicciónChile. Un pueblo viejo de esos tantos que abundan. Un chico encerrado en una pieza mira a través de su ventana cada día en la espera de algo. El mundo ya no es lo que recuerda, piensa, mientras se toca la herida sangrante de su cabeza. ¿Qué le ha pa...