06.Bruce

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Kath.
Actualmente

—Y... Michel, háblame más de tí.—Pregunta Alice mientras paseamos por el jardín de la magia de ilusión.

—Pues... Me llamo Michel y tengo 18 años.–Me rasco la nuca, no se me pasa nada por la mente para inventarme una vida de alguien que "no existe"

Alice se ríe y me mira.

—Me refiero a... Tu historia, procedencia, gustos y disgustos.–Dice y me pongo nerviosa. Es agradable pasar tiempo con Alice, más de lo que imaginaba. A primera vista, parece la típica chica impulsiva y ruidosa, justamente el tipo de persona que odio. Sin embargo no es para nada así.Ahora me siento mal por haberle hablado así.

—Pues...—Me rasco la nuca— Vengo de esta división... Vivo en la calle de...Las meninas...—Digo nerviosa.
La calle de Las Meninas es una calle donde vive gente de mucho dinero... Ni siquiera la he pisado.
Alice tose.

—Tú... Tienes muchísimo dinero, ¿verdad?–Dice y baja la cabeza. ¿Qué le pasa?

—Sí, mi padre es poli.–Sonrío falsamente.—Le encanta su trabajo, y a mí también, gana mucha pasta. Es guay encarcelar ladrones. O matarlos, es divertido.–Me río. Alice deja de andar y aprieta los puños.

—Tú no tienes ni idea...–Me giro hacia ella.—No tienes ni idea de lo que es ver como matan a tu madre a sangre fría delante de todo el pueblo como si fuese un circo.–Alice levanta la cabeza, en su rostro se refleja la furia y pronto comienzan a caer lágrimas de sus ojos.–¿Cómo puedes decir que es... Divertido? ¿¡Cómo puedes decirlo!?–Se acerca a mí y me agarra por el cuello de la camiseta mirándome fijamente, sus mejillas están rojas, tal vez por la furia o por el hecho de estar llorando.—No vuelvas a hablarme, pedazo de mierda.–Me suelta bruscamente y se va lentamente secándose las lágrimas.
Me siento como la mierda.
Lo cierto es... Que la poli también mató a mi hermano hace años y me obligaron a verlo... Todavía tengo grabada en la mente su última sonrisa, cada vez que pienso en él siento que voy a empezar a llorar.
Me levanto y me voy a casa, no me encuentro muy bien.

Karol
Actualmente

Me paseo por la cafetería mordiéndome las uñas, cosa que no suelo hacer.
No sé lo que le están haciendo a Rei, pero no tiene buena pinta.

Trevor está sentado en una silla apoyando sus codos en una mesa y sujetándose la cabeza con mas manos. Se nota que está bastante nervioso.

Me acerco a él a paso lento. Le toco el
hombro con el dedo índice con duda. Se gira hacia mí y me mira fijamente, su mirada preocupada y fría invade por completo mi campo visual.

—Estás... ¿Bien?–Me atrevo a preguntar.
Espero su respuesta, pero no llega, ya que se gira y vuelve a estar en la misma pose. Siento mucha vergüenza al no ser contestada, así que me alejo hasta la puerta de la cafetería para dejarle a solas, tal vez es lo que él quiere o necesita.

—No...–Responde con un susurro. Me giro hacia él, no sé lo que debería hacer en esta ocasión.—Está en la sala de castigos intensos.–Se levanta de la silla, siento un poco de miedo. Por su rostro en estos momentos y su altura, me intimida. Él y el de hace unos minutos, parecen dos personas completamente distintas.—No puedo entrar... Pero tengo que llevarme a mi amigo.–Sale por la puerta pero le sujeto la muñeca para impedir que vaya.

—Como has dicho... No puedes entrar, sería malo para ambos si entras allí.–Sonrío intentando calmarle, pero es inútil. Es obvio, es su amigo.
Suspira y se gira hacia mí.

—No pasará nada... Sólo voy a impedir la muerte de mi amigo.—Dice y me quedo helada. En esa sala... ¿Matan a la gente?
El instituto Magic Vance Academy no es como lo imaginaba, ¿a quién le puede entrar en la cabeza que maten a alumnos?
La mayoría de personas son cortantes y bordes, yo imaginaba amabilidad por todas partes.
Mi móvil comienza a vibrar otra vez, miro la pantalla y aparece el nombre de Bruce.

—Tengo que cogerlo.–Me alejo de allí, y segundos después, oigo los pasos de Trevor, quien parece muy decidido a salvar a su amigo.

Pulso el botón verde para atender la llamada y coloco el móvil en mi oreja.

—¡Karolyne!–Me regaña Bruce. Parece bastante enfadado, él odia que le cuelguen.

—Hola...–Digo con voz apagada. Bruce tarda antes de responder.

—¿Y ese "hola" tan... Deprimido?–Pregunta y suspiro.—¿No te gusta estar allí?–Por su tono de voz parece que esté esperando una afirmación por mi parte, para decirme "te lo dije".Bruce siempre es así, cosa que odio, él también comete errores y nunca se lo restriego en la cara.
Sólo quiere hacerme sentir más culpable.

—No es eso... Simplemente lo esperaba de otra forma.—Respondo.Paseo la punta de mi pie por el suelo algo nerviosa.

—Ya veo...–Suspira–Aquí... Todos...–Espero a que conteste.

—¿Todos?–Digo esperando a que termine su frase.

—Todos te echamos de menos.–Responde.
Me late el corazón más rápido al pensar en mi familia hablando de mí. Pensando "¿Qué estará haciendo?".
A mis compañeros hablando de mí, mientras recuerdan nuestras anéctodas...
Si implantan la magia en mi cuerpo, en aquella división simplemente seré un recuerdo.

—¿Echamos? ¿Tú también me echas de menos, Bruce?–Pregunto. Me siento encima de una mesa con las manos cruzadas.

—No. Nunca echaría de menos a una enana como tú.–Dice con algo de chulería.
Acabo de recordar el apodo que me pone... "Enana".

—Entonces, ¿por qué me has llamado?–Me río.
Tarda en responder, supongo que se ha quedado sin respuestas, le he pillado.
Oigo como él cuelga y hago lo mismo negando con la cabeza con una sonrisa en el rostro.

Yo también les echo de menos.

Karol.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora