Mi cuerpo choca contra el piso y el dolor va recorriendo mi cuerpo a toda velocidad. De mi boca sale un quejido que me hace tomar una bocanada de aire, y volver a la realidad en un instante. Estoy respirando irregularmente y trato de calmarme llevando mí una mano a mi pecho, pero mi cuerpo no obedece mis órdenes.
Levanto la vista en dirección a Leo, que desde su posición me mira con superioridad y desagrado. Si él piensa que no me las va a pagar está muy equivocado, nadie me trata así. Nadie.
Y mucho menos un gay asqueroso.
Chasquea la lengua con molestia y mira al grupo de chicas, detrás de él, a donde nos íbamos a dirigir hace unos minutos. No sé qué estupideces le pasa por la cabeza.
—No eres el mismo de antes, Caín —dice con ironía, esta vez cruzándose de brazos pero manteniendo la vista hacia atrás.
Aprovecho esa oportunidad para levantarme y alistarme para lo que haré.
—¿Ahora te gustan las mujeres? ¿Eh? —Me sorprende su forma de hablar. Fueron tantas veces que lo golpeaba en los recreos y él nunca dijo ni pío. Ahora mírenlo, el marica afeminado dejó de comportarse como un bebé llorón—. ¿Quién te volvió así?
Con esa pregunta siento mi sangre hervir, recorriendo cada una de mis venas. Me tiene harto, él no me sirve. Estoy seguro que no sabe nada de mí.
Lo quiero hacer sufrir para que recuerde la bonita sensación del dolor.
Fijo la mirada en su pómulo izquierdo, vuelvo a respirar tranquilamente y en un parpadeo dirijo mi puño a su linda cara. Al hacer eso siento como todo se detiene por unos segundos, en donde Sheena voltea a verme, sorprendida. Y todo se vuelve borroso por unos segundos. No logro saber por qué hasta que un impacto en mi boca me hace retroceder.
Maldita sea.
Leo ha esquivado mi ataque.
Mi corazón retumba a mil por hora, y mis dientes rechinan al saber que una fina gota de sangre se está resbalando por mi labio inferior. La ira ya se ha apoderado de mí completamente.
—¡¿Qué te pasa maricón?! —Camino hacia él a pasos agigantados. En mi boca, un sabor salado y metálico se va formando—. Yo soy heterosexual desde que nací ¿entendiste?
Recalco lo último señalándolo con el dedo índice. Su cara se va tornando de un color rojo vivo antes de enloquecer por completo.
—¡Maldito criador! ¡Me engañaste todo este tiempo! —Se lanza contra mí, queriendo ahorcarme.
Ambos caemos al piso y es entonces cuando un golpe en mi cabeza me va produciendo mareos y ya no puedo ver casi nada. Agudizo la vista y veo el cielo, donde las nubes se van despejando y dejan paso a la luz del sol, que me están cegando por completo. Por un momento no siento mi cuerpo, y es ahí cuando me desmayo.
No logro recordar lo demás, pero cuando vuelvo a abrir los ojos me encuentro en el parque, tirado en el césped. No hay nadie a mí alrededor, solo Sheena arrodillada a mi lado. Primero pienso que estoy soñando, que su sonrisa solo es mi imaginación pero sus dedos tocándome, no lo son.
Contemplo su universo de pecas que decoran su rostro, y se me hace imposible no recordar los momentos que pasamos juntos. Sé que no es la misma, pero es tan idéntica a la que fue mi novia. Sonrío de lado y ella frunce el ceño. Su pelo rojizo y ondulado cae por sus hombros como si se tratase de una cascada de sangre, y quiero ver cada detalle de Sheena, pero su pregunta me saca del trance.
—¿Caín, me escuchas?—Asiento con la cabeza al cabo de un minuto. Ella suelta un suspiro. Sigue recorriendo cada parte de mi rostro, y quiero que sea así para siempre. Algo que me gusta de ella es que se preocupa por todos, sin importar que fuesen católicos o no. Y fue por eso que había tenido una pelea con su familia hace ya un mes. Quiero volver a verla, a ella y no a la de este mundo—. ¿Por qué peleaste con Leo? ¿Ya no son novios?
Que ganas de reírme cuando dice eso, pero siento toda la cara adolorida como para hacerlo.
—Algo así... —Mi voz suena ronca, tanto que casi ni la reconozco. La veo pensativa pero al final logra creerme.
—¿Quieres que llame a tu casa? ¿O al hospital? —Está a punto de sacar su celular del bolso azul que trae encima.
Con todo el esfuerzo posible levanto un poco para tocarle el brazo y negar con la cabeza. Sheena está a punto de decirme algo pero unas cuantas chicas aparecen detrás de ella, son las mismas con las que estaba antes. También la morena, que se agacha para susurrarle algo al oído, ignorando mi presencia.
Trato de escucharlo lo más mínimo de su conversación, pero no lo logro.
En cuanto las demás se van, ella se tapa la boca sin creer lo que le han dicho. Junto las cejas, buscando una explicación razonable.
¿Le habrán dicho algo de mí?
Sus ojos se van aguando y ahora tengo miedo, no quiero que se vaya. Necesito pronunciar alguna palabra, pero mi boca está demasiado seca como para hacer eso. El pánico quiere ganarme, y no puedo hacer nada al respecto.
—No puedo creerlo... Caín, eres hetero —susurra y con la manga de la chaqueta que lleva encima, trata de limpiarse una lágrima que está cayendo por su mejilla. Hace un impulso para estar en pie, y cuando ya lo ha hecho su cuerpo empieza a temblar. Alguien la llama a lo lejos, y gira sobre sus talones para alejarse de mí lentamente.
Mis ojos se cristalizan, y quiero llorar. Pero los hombres no lloran, según mi padre. Tengo que ser fuerte, pero puedo contenerlo y cierro los párpados para que nadie se dé cuenta que estoy sufriendo por dentro. Que estoy atrapado en este lugar y nunca más volveré a ver a las personas que tanto quiero.
Estoy aquí, tirado en un parque de mierda. Con mi cuerpo en el peor estado posible y una sensación de ardor en mi pecho que me está consumiendo de a poco.
¿Y se supone que el Dios que tanto venera mi padre me va ayudar ahora?
N/a:
Hola♥🙆
¿Cómo están? ¿Les esta gustando como va la historia? ¿Tienen algún personaje favorito?Espero que sí♥
Por cierto, si tienen alguna teoría no duden en compartirla aquí.
Hasta el próximo capítulo, los quierooo😘
ESTÁS LEYENDO
Heterofobia
General FictionCaín es un chico amargado, machista y por si no fuera poco, homofóbico. Pero de un día para el otro su vida cambiará drásticamente. Y así vivirá su peor pesadilla, donde no tendrá ninguna escapatoria posible. ※NO a la discriminación en todos sus a...