Especial 14

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"El primero y el último"

Narra Erick.

Mi madre siempre me dijo que entendería lo que es ser padre cuando tenga mis propios hijos y eso no era un error, ahora pago las consecuencias.

Amber corría de un lado a otro tratando de terminar a tiempo para ir a la escuela, siendo solo una niña es un desastre, Martín estaba desayunando casi cayendo en su plato de cereal, Lauren corría por la casa para no ser atrapada por Sebastian que tenía que vestirla, está era mi familia, después de la boda fue difícil en que los niños se portan de tal forma que se quisieran como hermanos, al principio fue fácil ya que Lauren apenas era una bebé, Amber con solo 8 años estando en la escuela y Martín con solo 4 años siendo un niño bien portado, claro todo se desata después de 4 años. Tener a una casi adolescentes de 12 años, un niño de 8 y Lauren de 5 años, así fue mi vida, siendo padre se 3 niños desastre, siendo esposo de un hombre desastre y siendo yo un padre desastre, aprendí a cocinar después de muchos intentos, aprendí que ser madre no era fácil.

- ¿Quieres apresurarte?

- Lauren no quiere ir a la escuela - dijo mi esposo desde la planta de arriba, subí y ahí estaban ambos peleando con el uniforme.

- ¡Lauren baja de la cama! - no me gustaba ser duro con los niños pero eran un desastre - ¡Sebastian ve a ver a los niños! - cargue a Lauren y estando ya más tranquilo comencé a vestirla, estando lista bajamos y todo estaba en silencio, con Lauren en mis brazos corrimos al auto, Sebastian conducía, coloque a los niños atrás, yo me fui de copiloto, el primero en bajar era Martín.

- Pasaré por ti como siempre - dije gritándole desde la ventana, él solo se despidió y estaba de nuevo el auto en marcha.

- Eres un amor con los niños - dijo Sebastian con una gran sonrisa.

- Yo soy el único que los controla, tu no me ayudas en nada - dije molesto.

- Eres un gran padre para ellos y eres un gran esposo también - paso su mano por mi pierna a lo que sonreí bajo, pero no era momento Amber y Lauren estaban presentes.

- Listo - dije para abrir la puerta de Amber.

- Adiós - dijo dándome un abrazo y corriendo a la entrada con sus amigos.

- Crecen tan rápido - dijo Sebastian - ahora ya es una adolescente, recuerdo cuando la tenía en mis brazos.

- No digas eso, aún somos jóvenes.

- Tenemos 32 años.

- Lo importante es la actitud y lo arruinas.

- Te amo.

- También te amo - estábamos cerca de la escuela de Lauren, tome su mochila, bajamos del auto y la cargué hasta la entrada.

- Buenos días Erick - dijo la maestra de Lauren.

- Buenos días - era obvia su acción, siempre trataba de coquetear conmigo.

- ¿Como a estado?

- Todo va bien, ahora tengo que ir a casa a terminar unas cosas de trabajo.

- Que bien, a mi me encantan los hombres trabajadores - dijo ella acercándose a mi, invadía mi espacio personal.

- Amor es hora irnos a casa - apareció Sebastian atrás de mi, sostuvo a la niña casi arrebatandola de mis brazos y la dejo en el suelo - te quiero pequeña, diviértete - le dió un beso en la cabeza y ella entró casi brincando.

- ¿Usted es... - no la dejo terminar ya que tomo mi mano.

- El es mi esposo - dije.

- Un gusto - dijo él extendiendo su mano en forma de saludo y después de esa épica escena - te espero - me planto un beso en los labios y se fue al auto.

- No sabía que eras casado y mas con un hombre.

- Todos dicen lo mismo, nadie piensa que soy casado, bueno vengo por ella a la misma hora, hasta luego - camine al auto y en el rostro de Sebastian se plantó una sonrisa - ¿y eso?

- ¿Que?

- Bajaste del auto para despedir a Lauren o para darle a entender a la maestra que soy felizmente casado.

- Quiero que vea que eres mi y solo mío.

- Eres un celoso - dije dándole un beso en la mejilla.

- Vamos a casa, tenemos que terminar el trabajo.

Y así fue, llegando estaba la casa hecha un desastre, él se fue a su estudio y yo me quedé a recoger todo, estaba limpiando la cocina cuando sentí una manos en mi cintura.

- Era esto lo que quería - dijo él en mi oído, sentirlo así de cerca despues de años era como si fuéramos aquellos chicos que apenas empezaban su relación, me gustaba su cercanía, posó su cabeza en mi hombro - te quiero a ti - beso mi cuello - te deseo Erick.

- Tenemos la casa sola si quieres podemos hacer algo en la habitación - dije dándome la vuelta para besarlo.

Me tomo de la mano y subimos a la habitación, nuestra habitación, cerramos las cortinas, nos besamos lento, desfrutaba de su sabor, de su aroma, de su cuerpo, nos acostamos en la cama, subía de todo cada vez más nos mirábamos con deseo y amor, era de esos momentos donde no podía negarme, después de cuidar de 3 niños lo merecíamos.

- Te ves tan lindo como siempre - dijo besando mi cuello, yo solo me deje llevar, me gustaba sentirlo, se posó entre mis piernas y comenzó a sacarse la camisa, después de tantas noches durmiendo juntos era como la primera vez, su cuerpo era mío y solo mío, lo atraje con mis piernas y brazos, nuestras lenguas estaban en juego, hacía calor, su frente sudaba al igual la mía, su cabello bañado en sudor era una delicia, todo de él lo era, me quite la camisa y pase por su cuello, acariciaba su espalda, jugaba con su cabello.

- No me cansaría de esto nunca - dije bajo, después de 4 años de casados y más de 10 años conociéndonos era único cada parte de nuestra historia, cada parte lo era, era esa historia de amor que no se repite, era feliz, eramos felices, nos gustamos, nos enamoramos y ahora nos amamos, ahora y siempre sería. Sus manos pasando por cada parte de mi cuerpo, sus ojos mirándome fijamente mientras da pequeñas embestidas y jadea contra mi rostro, cierro mis ojos y me dispongo a disfrutar de cada rose y movimiento, era esto especial, nunca creí en tonterías llenas de cursilerías pero con él a mí lado eran real, era duradero, nos casamos, nos hicimos más que esposos, éramos amantes por las noches, éramos padres de 3 hermosos niños, esta vida era la que quería, es mucho mejor de lo que soñaba.

Sus brazos tomando mis piernas, mi espaldas arqueada, mis manos aferradas a su espalda, sentí su mano posada en mi miembro masturbándome, me corría, él hacía lo mismo, todo era especial.

Me quedé acostado en su pecho como era costumbre, trataba de mantener constante su respiración, lo mire por unos segundos y después de eso me quedé pensando.

- Sebastian crees que sea buena idea si... - lo pensé, lo llevo pensando desde hace mucho tiempo, tal vez era momento de un nuevo bebé - quiero un nuevo bebé.

- ¿Lo dices enserio?

- ¿No te gusta la idea?

- Claro que me gusta es solo que no podemos con 3 y tener uno nuevo sería un desastre.

- Yo quiero otro, quiero volver a intentarlo.

- Está bien, solo tenemos que decirles esto a los niños, tenemos que estar todos de acuerdo.

- Gracias - él se giró y nos quedamos cara a cara.

- Quiero un niño - dijo él regalandome una sonrisa.

- También quiero un niño.

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Les contaré una historia, yo soy la tercera de mis 4 hermanos.

Mi hermano Héctor de 33 años

Mi hermano Alan de 24 años

Luego estoy yo de 17 años

Y por último mi hermana Diana de 14 años

Así que sería lindo que tengan 4 hijos, okay ya, espero les haya gustado, tengo más para ustedes.

Los quiero 🌻

Dulce PensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora