ONE SHOTS.

I N T R O D U C C I Ó N

ENTRE BOXEADORES Y DESAMORES.

Me dije que no podía ser tan difícil reparar un corazón roto, que el tiempo lo cura todo, que el dolor siempre tiene un fin.

Pero eso no evita que las lágrimas desciendan por mis mejillas y mi pecho duela.

Que mis brazos ardan por cada pellizcón de realidad.

Que me sienta vacía y desorientada.

Como si mi vida tuviese fecha de caducidad.

Y expiró hoy cuando tus ojos chocaron con los míos y dijeron "Lo siento, Spencer, pero ya no te amo"

Dicen que las palabras duelen más que los golpes, entonces déjame decirte que en el lenguaje eres un profesional del boxeo, porque con tres palabras me dejaste fuera de juego.

Y ahora te observo desde la distancia, hace una hora solamente me dijiste que ya no era yo, que eras tú queriendo a alguien más.

Y ahora soy yo viéndote querer a ese alguien como lo hacías conmigo, y duele tanto. Es como una sensación de vacío en el estómago mezclada con una herida a la que se le agrega limón, sal y alcohol al mismo tiempo.

Eres mi tequila personal, pero a mí no me gusta el alcohol. Entonces, ¿Por qué deseo tomarte con tanto fervor?

Supongo que sólo soy yo siendo yo nuevamente, escribiendo en esta hoja lo que soy incapaz de decirte en persona, dejando aquí mi alma y dolor.

Porque por más que por dentro esté muriendo por fuera sigo viva.

Vivo muriendo y muero viviendo, plasmando en papel sentimiento que se irán a la basura en una bola de papel que nadie va a leer, porque mi orgullo es demasiado grande como para dejar entrever el dolor.

Así que simplemente sonrío cuando me miras sosteniendo la mano de ella, y le sonrío a ella, mi gran amiga, cuando me sonríe enlazando sus dedos con los tuyos.

Y me dedico a seguir sufriendo solitariamente, en las bancas del patio.

Dicen que el dolor es gratis, pero ojalá no lo fuera.

Porque así tendría la opción de pagar por él, o vivir sin ese gasto en mi bolsillo.

El problema es que soy tan masoquista, que creo estaría dispuesta a gastarlo todo por tener un poquito de dolor.

Porque así somos los humanos.

Les dejo una pequeña introducción para que conozcan un poco de mi tipo de escritura, y para que disfruten riéndose de mis viajes mentales.
Con amor y cariño,
Lorena.