Alice en Italia |Evan Peters|

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TylerAndEvanWhore

Evan Peters,
Alice en Italia.


Alice estaba sumamente emocionada una vez la azafata le había indicado su asiento en el avión. Era el primer viaje de su vida, y con apenas dieciséis años para ella era nada más y nada menos que una gran aventura. A su lado, roncando contra la pequeña ventana ovalada se encontraba un señor panzón de unos cuarenta años roncando a más no poder, a su izquierda el angosto pasillo, y a continuación de este una señora con un bebé de no más de dos años que parecía querer salir del regazo de su madre y correr por todo el avión.

Suspiró y sonrió, todo al mismo tiempo, sin duda sería un largo viaje a Italia desde Chicago, pero valdría totalmente la pena poder conocer los museos y reservas naturales, la comida y al fin, después de tres años practicando el idioma, ¡Podría hablar en italiano! Tocó el bolsillo de su chaqueta en busca del pequeño diccionario de bolsillo que solía llevar consigo a todos lados. El pequeño seguía allí, intacto, con un montón de frases típicas listas para ser usadas.

-Ciao, donna, cibo, bagno-Murmuró para sí misma-Bien, Alice, recuerdas dos de las palabras más importantes, todo irá bien.

Se acomodó en su asiento y comenzó a ojear una revista que se encontraba en una especie de saco que sobresalía del asiento delantero, hasta que fue interrumpida por la voz del piloto.

-Bienvenidos a S.A Lag, soy Evan Peters y seré su piloto el día de hoy, espero el viaje sea de su agrado. A continuación, una de nuestras azafatas les indicará las medidas de precaución que deben llevarse a cabo en caso de emergencia, gracias por elegir S.A Lag.

El avión comenzó a moverse por la pista del aeropuerto, y una chica de ojos grises y un montón de pelo rubio alborotado en rulos muy bonitos se paró en medio del pasillo, con un chaleco salvavidas color naranja chillón.

Dio las típicas aclaraciones sobre las salidas de emergencia, el uso de la mascarilla de oxígeno y el chaleco salvavidas, y un montón de cosas más en Español, Inglés e Italiano, que Alice se sintió sumamente feliz de prestar atención, porque entendió todo lo que la chica dijo en cada uno de los idiomas.

Las primeras tres horas pasaron, cuando el estruendo de una discusión resonó por los parlantes del avión.

-¡Jodido idiota! Concéntrate en manejar tu juguete favorito y déjame en paz, ¡Evan Peters!-La misma voz de la chica rubia salió disparada con fuerza de los altavoces, y sonaba sumamente enfadada, y si Alice mal recordaba, el destinatario de su odio era nada más y nada menos que el piloto de voz ronca.

-Se dice pilotear, no manejar, Candy, me extraña que aún no lo sepas, es más, me duele. Tantos años juntos ¿Y no has aprendido nada?-La chica pegó un grito de frustración que despertó al señor cuarentón que roncaba en el oído de Alice, y calmó los berrinches del niño pequeño que se encontraba del otro lado. A su vez hizo exaltar a una señora de unos sesenta años que se encontraba intentando mirar una de esas tontas películas que pasaban en esas pantallas minúsculas. Alice rió divertida al ver como el señor limpiaba disimuladamente la baba que había dejado correr por su mandíbula.

-Cada vez estoy más segura de que terminar contigo fue la mejor decisión de mi vida-La pareja del fondo hizo una exclamación, sorprendida-Eres jodidamente inmaduro, Evan, y mi nombre es Candela, no Candy.-La madre del pequeño automáticamente tapó sus oídos.

-Me dueles, cariño. Yo aún te amo.

Alice no pudo evitar sonreír, y la señora mayor exclamó un «aww». Todos estaban expectantes a la conversación que sobresalía por los parlantes, incluso el resto de las azafatas se encontraban escondidas en el baño, intentando seguir husmeando, nadie se animaba a entrar en la cabina, mucho menos en la pequeña cocina donde descansaban las azafatas.

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